Gou es teletransportado por accidente a otra dimensión. En este nuevo mundo, Gou conoce a otra versión alterna de sus seres queridos entre ellos, Satoshi. Pero este nuevo Satoshi es muy diferente al que conoce. Es bastante llorón, inseguro y ni hab...
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Hace ya varios años, el universo gozaba de una armonía total. En una infinidad de dimensiones existentes, había un individuo que resaltaba por su intelecto y su afán por conocer todo acerca del mundo Pokémon.
El hombre en cuestión anhelaba que los seres humanos que eran seres inferiores, en comparación a los Pokémon, podrían contar con habilidades similares a las de estos. Si bien su percepción se encontraba distante de la realidad, el individuo estaba convencido de que tal objetivo era alcanzable.
Nada era imposible, hasta el momento en que se topó con el verdadero significado del amor. En una noche de luna llena, el hombre encontró a la que sería el amor de su vida.
Bajo el brillo lunar, bailaron, expresando sus sentimientos y descubrieron que correspondían. El tiempo pasó, y tuvieron una hermosa hija, similar a su madre, con quien compartieron múltiples similitudes.
Con el paso de los años, también tuvieron otro hijo. La vida del hombre y su familia parecía ideal, con una combinación de momentos alegres y tristes que sólo los unía más. A pesar de la gran responsabilidad que tenía como padre, el hombre persistió hasta cumplir su sueño: cambiar el mundo completamente.
Creció como un gran científico y se ganó la admiración de todos.
La ambición y la codicia se llevaron al hombre a los extremos más recónditos de su ser. A pesar de contribuir a la sociedad con los inventos que facilitaron la vida diaria de las personas, se planteó objetivos aún más grandiosos.
Soñó con viajes inalcanzables para la mayoría, lugares cuya existencia ni siquiera eran conscientes de. De la mano de los Pokémon Dialga y Palkia, el planeaba otorgar a la humanidad la habilidad de viajar tanto en el tiempo como en el espacio.
Su labor fue titánica, y día a día trabajó sin descanso, renunciando a su familia y desechando cualquier sentimiento de empatía hacia el entorno que había creado.
Su obsesión por ser el mejor de todos los científicos lo condujo a graves errores, como el trágico episodio que marcó su destino.
En una noche de luna llena, Mientras los Pokémon danzaban bajo la brillante luz lunar y observaban el resplandor de las estrellas, el hogar del hombre comenzó a arder.
Las llamas se propagaron rápidamente, abrazando todo lo que encontraron a su paso, como la vivienda en donde se encontraba la familia del hombre. Este, recién llegado del trabajo, detectó el incendio y aceleradamente ingresó a la casa con la finalidad de salvar a su familia, o así se creía.
El hombre sacó únicamente los documentos que le permitirían cumplir su sueño, ignorando el clamor desesperado de sus seres queridos, que se encontraron atrapados entre las llamas.
Su hijo menor, con lágrimas bañando su semblante, lo miró desde la ventana, suplicando ayuda, pero el hombre hizo caso omiso a su súplica, prometiéndole que regresaría por él.
