9. Culminación

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Satoshi volvió la vista hacia la puerta y vio al Gou paralelo, entrando a la habitación

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Satoshi volvió la vista hacia la puerta y vio al Gou paralelo, entrando a la habitación. Quedó perplejo ante la aparición de ese "otro" Gou, sin saber cómo reaccionar.

—Satoshi, ¿qué estás haciendo? ¿Por qué tienes una cuerda en tu ventana? —preguntó el Gou paralelo, con un tono de sorpresa.

Pero al instante, en ambos Gou se hizo presente un fuerte dolor de cabeza que los hace caer de rodillas al suelo. Satoshi los miró a los dos, confundido y sin poder reaccionar.

Los dos Gou se miraron a los ojos, sufriendo de la fuerte jaqueca. Era como si un martillo estuviera golpeando su cabeza desde adentro. Un dolor intenso, punzante y penetrante. Cada latido se sentía como una explosión en su cerebro. Las luces brillantes y los fuertes ruidos provocados por los autos que pasaban por la calle solo empeoraban la agonía.

Las lágrimas comenzaron a formarse en sus ojos y la respiración de cada uno se volvió cada vez más rápida. El dolor era insoportable e insidioso.

Gou intentó levantarse con ayuda de Satoshi, pero sus piernas eran débiles y temblorosas. Se aferró al cuerpo del azabache para no caer al suelo y trató de inhalar y exhalar profundamente para calmarse. Mientras que el Gou paralelo se sostuvo de una silla.

—Te ayudaré a bajar —comentó el azabache, pidiéndole que se subiera a su espalda.

Con cierta dificultad y no muy seguro de sus palabras, cargó a Gou usando todas sus fuerzas. Jamás pensó que sería demasiado pesado.

Antes de bajar por la puerta, Satoshi miró por una última vez a el Gou paralelo, quien también lo veía con detenimiento.Segundos después bajaron hasta llegar al suelo.

El azabache se sentía abrumado por la responsabilidad que había asumido al cuidar a Gou. Sabía que tenía que mantenerse alerta y pensar con rapidez, ya que estarían en peligro inminente en cualquier momento.

Volver al laboratorio sería demasiado arriesgado, entonces llevo con él a Gou en la espalda, siendo difícil debido a su peso y el azabache no suele ejercitarse.

Mientras caminaba, Satoshi hacía lo posible por mantenerse en calma. Sin embargo, su mente estaba inundada de dudas y temores, ¿Cómo podía proteger a Gou cuando el mismo no tenía idea de lo que estaba sucediendo?

Mientras seguía pensando, escuchó un ruido detrás suyo. Rápidamente se dio la vuelta, soltando a Gou y preparándose para cualquier cosa. Afortunadamente, solo era un pequeño Rattata que corría entre los árboles cercanos.

Satoshi suspiró aliviado y continuó su camino. El azabache seguía avanzando y descansando en numerosas paradas, ya que el peso de Gou y el ritmo frenético que llevaba empezaban a mermar su energía.

Caminaba con cautela, tratando de no hacer ruido mientras buscaba un lugar donde refugiarse del acecho de la oscuridad. Las ramas crujían bajo sus pies y el viento soplaba con insistencia en el bosque.

El Chico De Las Constelaciones | SatogouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora