1. Cacería de estrellas

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No es la primera vez que una multitud de personas furiosas llegan al laboratorio con tridentes y antorchas

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No es la primera vez que una multitud de personas furiosas llegan al laboratorio con tridentes y antorchas. Puedo escuchar desde mi habitación cada uno de sus reclamos e insultos que van dirigidos a todos los que trabajamos en este lugar.

Para evitar problemas, cierro con cautela una de las ventanas que se encontraba abierta. Para mi desgracia, se percatan que he apagado las luces de mi dormitorio, lo que los hace enfurecer aún más.

Rápidamente me oculto debajo de mi cama mientras me pongo en una posición que me permite abrazar mis piernas. Estoy asustado.

Mis piernas tiemblan y mis manos no dejan de sudar. Trato de calmarme mientras repito la misma frase cada segundo, "Todo va a estar bien".

Debería estar acostumbrado, no es la primera vez que vienen a "cazarnos".

Mi corazón se acelera al momento de que una piedra, de un tamaño considerable, rompe la misma ventana que cerré hace apenas unos momentos. Tapó mi boca con fuerza, no quiero que se me escape ni un solo ruido.

Sin moverme de mi lugar, logró apreciar unos pies que entran desde la ventana ya rota. Sin apartar mi vista, sigo cada uno de sus pasos cautelosos que siguen caminando hasta llegar a la puerta. Una persona ha entrado al laboratorio.

Desvío mi vista al escuchar nuevos pasos desde la ventana.

- ¡Ay! -Uno de los sujetos, gritó del dolor. - ¿Por qué tenías que hacer tanto desastre? Gracias a ti, me enterré un vidrio en el pie - Se quejó aquel hombre y tomó asiento sobre la orilla de mi cama.

-Deja de quejarte y busca a Cerise -Con uno de sus pies, movió todos los escombros de vidrio que habían quedado de mi ventana. -Te dije que trajeras tenis, ¡Idiota! -Espetó y caminó unos cuantos metros hasta la puerta solo para abrirla y salir de mi habitación.

El otro sujeto, aun quejándose de dolor, continuó unos segundos más sentado en mi cama. No fue hasta que, el grito de la otra persona que ya había salido, lo hizo levantarse y salir del cuarto.

Respire aliviado justo en el momento que había quedado solo. Mi cuerpo comenzó a relajarse, pero ahora todo se había quedado en silencio. Esto me preocupó a tal grado de querer salir de mi escondite, del cual me sentía seguro. Tampoco podía negar que estaba muy preocupado.

Pasó el tiempo y con ello la noche.

Desconozco cuánto tiempo ha transcurrido, esto comienza a ser estresante aparte de ser aburrido. Bostezo y me estiró un poco. Una ola de espasmos ha inundado mi cuerpo por todo el rato que he estado en esta posición debajo de mi cama. Tampoco sé dónde están aquellos dos sujetos invasores, ¿Se habrán ido? Supongo que sí, ya no se escuchan los reclamos de las demás personas.

Mire en dirección a la puerta luego de volver a escuchar unos pasos que provenían aparentemente de las escaleras. Estaba preparado, aunque dentro de mí también existía ese lado cobarde. Suspiré hondo justo cuando la sombra de aquellos pies se detuvo frente a la entrada.

El Chico De Las Constelaciones | SatogouWhere stories live. Discover now