CAPÍTULO: 16

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La selección seguía y seguía mientras la fila de los jóvenes iban disminuyendo ya que los alumnos iban tomando su lugar en la mesa y en la casa que el sombrero seleccionador les fue asignando.
Hermione seguía tan maravillada por aquella nueva aventura y por todo lo que había sucedió en el transcurso del día... estaba tan ensimismada en sus pensamientos que no escucho cuando la profesora la llamaba al frente, ya que ahora era su turno de pasar adelante.
Harry la observo por unos segundos y después decidió apretar un poco su mano para que por fin prestara atención al llamado.
-Señorita, preste atención por favor, todavía faltan unos tantos para acabar con le selección.
Una Hermione muy apenada y con la cara sumamente roja simplemente asintió y subió donde se encontraba la sorprendente silla y el sombrero parlante. La profesora Mcgonagall le puso el sombrero y espero a la declaración de este; -Que vemos aquí, que cerebro tan más sorprendente, pero también misterioso... podrías ir a cualquiera de las cuatro casas, pero hay dos que me tientan más, pero... ¿cuál será el que elegiré? ... Sí, sí ¡síiiii! Ya lo tengo...  ¡Gryffindor!-
La castaña estaba algo conmocionada, sabía el prestigió que cada casa tenía, pero de la que hablaban mucho mejor era sobre aquella casa, se sentía totalmente extasiada... sentía que el corazón se le saldría del pecho, pero tampoco quería demostrarlo, así que simplemente dio una sonrisa llena de suficiencia y entre brinquillos se dirigió a la mesa que le correspondía.
Después de unos estudiantes más se llenó de más alegría al saber que Harry sería parte de aquella casa, claro al lado de su fastidioso amigo, pero tal vez con el tiempo llegaría a tolerarlo.
También aunque quería evitarlo a toda costa no podía evitar ir a parar su mirada a aquella rubia cabeza.
Al observarlo pudo notar aquel mismo semblante que el chico había dejado salir durante el viaje en aquel bote, ahora nuevamente en aquella noche, en este banquete, surgía de nuevo. Todos los demás compañeros disfrutaban, sonreían y se divertían, pero aquel joven no... simplemente se encontraba ajeno a aquella situación.
Harry al ver a donde se dirigía su mirada decidió hablarle.
-No le tomes tanta importancia a aquellas palabras con las que se dirigió hacía a ti, por lo que sé, así es él, prepotente, clasista, egocéntrico y todo lo malo que te puedas imaginar.
Hermione no le pareció aquella descripción así que decidió intervenir.
-Harry por favor, no te dirijas de esa manera a alguien que no conoces.
-Pero es que todos saben cómo es aquel chico. -susurro algo avergonzado y con un muy ligero rubor en su rostro.
-Sea como sea Harry, no deberías de hablar de nadie y menos si tenemos menos de un día de conocernos.
Tras decir aquellas palabras se quedo pensando sobre como es que había tratado y las cosas que había pensado sobre a aquel chico pelirrojo amigo de Harry y se sintió culpable e hipócrita.
- ¿Castañita que te pasa? -volvió a hablarle Harry.
Hermione se ruborizo un poco por aquel apodo, pero trato de dejarlo pasar.
-Nada, es solo que me quede pensando sobre aquello que te dije... y en que no he sido del todo amable con tu amigo.
-Oh, bueno eso es cierto... aunque creo que los dos deberían de disculparse el uno con el otro.
-Tienes toda la razón -Hermione asintió- lo haré cuando estemos menos ocupados.
Harry asintió dedicándole una gran sonrisa y regresando su mirada a la comida que se encontraba en el gran mesón. Hermione por su parte por mucho que quisiera prestarle atención a aquel gran manjar simplemente no podía... y no solo por el Slytherin que se encontraba a unas cuantas mesas, sino por todo aquel maravilloso momento que esta viviendo.
Cuando el banquete termino Dumbledore ordeno a los prefectos que comenzaran a organizarse para ayudar a los de primer año y recordarles ciertas cosas a los de los demás años.

Ya estando en la casa de Gryffindor todos los de primer año quedaron asombrados por la maravillosa sala que se encontraba frente sus ojos, no solo se veía fantástica, sino que hasta aquella sala se sentía tan hogareña. Hermione no sabía como sería las otras casas, pero sin duda alguna aquella en la que se encontraba era increíblemente perfecta.
Después de la explicación de Percy el prefecto de Gryffindor y hermano de aquel chico pelirrojo amigo de Harry, decidió retirarse a su habitación, ya que se encontraba sumamente agotada por todo lo vivido de aquel grandioso día.
-Castañita, no te vayas aún, todavía faltan algunos minutos para que el hermano de Ron nos mande a nuestros dormitorios.
Hermione se sintió algo tensa e indecisa, ya que ella,  orden y regla que ya estaba la cumplía al pie de la letra, pero era cierto que todavía faltaban algunos minutos para retirarse... además de que el haber conocido y haber convivido aunque sea un poco con Harry la hacía sentir segura.
Se sentó frente a Harry, su amigo pelirrojo y otros chicos que de seguro eran hermanos del chico pelirrojo, tanto por su parecido, como por el mismo tono de cabello que compartían, solo que aquellos dos chicos que se encontraban con los dos menores eran gemelos.
Mientras los chicos seguían con su plática y ella seguía analizándolos, uno de los gemelos alzo la mirada hacia donde se encontraba ella, y Hermione bajo rápidamente la mirada, pero la elevo de la misma manera en que la había bajado.
-Mmmj... -todos los chicos que se encontraban sentados la voltearon a ver- no me he presentado. -hablo algo avergonzada, pero sin volver a bajar su rostro- Harry ya me conoce, y él también -señalo a Ron con el rostro.
Ron algo enojado e indignado se levanto bruscamente de su asiento.
-Para tu información ME LLAMO RONALD WEASLEY ¿ENTENDISTE? O TE LO TENGO QUE DELETREAR O ESCRIBIR, ¿ADEMÁS QUE RAYOS HACES AQUÍ?
-Calma Ron siéntate, no te hizo o dijo nada malo para que reacciones así. -dijo uno de los gemelos.
-Discúlpalo, no se que le pasa desde que salimos del tren. -otro de los gemelos hablo.
Hermione estaba totalmente roja, pero no por la vergüenza o tristeza, simplemente del coraje que estaba tratando de controlar.
-Mejor cállate Fred, no te metas en asuntos que no son tuyos, no seas como siempre, un metiche... -el gemelo llamado Fred abrió sus ojos totalmente impactados por aquella contestación que le había dado su hermano menor... se encontraba a punto de contestarle o de soltarle un golpe en la cabeza, lo que se le ocurriera primero, pero una dulce, pero firme y fuerte voz lo detuvo.
-¡BUENO YA BASTA! ¡El problema es conmigo, no con tus hermanos, no tienes que desquitarte con ellos o con la primera que persona que te encuentres, y aunque yo te haya enojar por alguna maldita razón, tampoco es para que me hables así a mí! Modérate porque lo único que estas causando es que te veamos como alguien insoportable... -Hermione respiraba agitadamente y su rostro se comenzó a ver más y más rojo por el inmenso enojo que le hizo pasar aquel pelirrojo- ¡Y SI ESTOY AQUÍ TONTO, ES PORQUE HARRY ME LO PIDIÓ! -trato de inhalar y exhalar unas cuantas veces para calmar la rabia que sentía hacia él- Además también me acerque porque te quería pedir una disculpa... creo que desde que nos vimos en el tren no te trate del todo bien y al platicar con Harry me di cuenta que estuve mal contigo en ese momento... -parecía que la rabia que había desaparecido por algunos minutos volvió a surgir como si nada, tanto que a Harry y los Gemelos les dio algo de pena y miedo por su amigo y hermano. -PERO AHORA ME DOY CUENTA DE QUE NO ERES MÁS QUE UN TONTO PREPOTENTE, PATÁN, QUE NO RESPETA NI A SUS HERMANOS Y MUCHO MENOS A UNA NIÑA COMO YO, ASÍ QUE MEJOR ME RETIRO ¡ADIÓS IMBÉCIL! -grito una muy exasperada Hermione.
Cuando Ron supuso que ya no lo escucharía volvió a gritar.
- ¡ADIÓS LOCA!
Hermione que lo alcanzo a escuchar bajo rápidamente las escaleras que daban a la puerta de su dormitorio.
- ¡¿A QUIÉN LE LLAMAS LOCA?! -Hermione se fue acercando bruscamente hacía Ron, pero alguien alto se lo impedía. Desde donde se encontraba decidió enfrentarse al pelirrojo- A PARTE DE IMBÉCIL, ESTÚPIDO Y MAJADERO TAMBIÉN ERES UN MALDITO COBARDE- trato de empujar el cuerpo que se interponía, pero no podía, después sintió como una mano la abrazaba de su cintura y la trataba de acercar a las escaleras de su dormitorio, pero ella no se lo quería dejar fácil... después de unos cuantos forcejeos más decidió alzar su cabeza para ver quien la sostenía. -Suéltame ahora -demando.
-Leoncita, si te suelto eres capaz de desfigurar a mi hermanito, y no me quiero llevar un vociferador de mi madre -Hermione no sabía que era eso, pero supuso que era algo malo, ya que a pesar de que el gemelo que ella distinguía como Fred no le mostraba gran preocupación en su rostro, pudo sentir que sus brazos se tensaban mientras la seguía sosteniendo por la cintura.
Al darse cuenta de la cercanía que compartían un rubor comenzó a surgir por su rostro y lo arrojo a un lado.
Fred se sorprendió por la fuerza que aquella leoncilla tenía, ya que a pesar de que se encontraba algo distraído en ese momento y era más fácil apartarlo, no iba a negar que aquella niña tendría una gran fuerza y valentía.
Se intento acercar para volver a impedir que se acercara a su hermano, pero ella puso sus pequeñas y pálidas manos en su abdomen impidiendo que la volviera a tocar.
-No es necesario que me sostengas, ya no quiero matar a tu hermano... TODAVÍA -luego se dirigió hacia Ron que se encontraba escondido tras Harry y George -Más te vale que les pidas disculpas a tus hermanos y que aparte les agradezcas de salvarte de la paliza que pude darte si no fuera por Fred, además espero que para la próxima trates mejor a todos los de tu alrededor, IMBÉCIL. – Fred se impactó por aquella palabras, pero más por el cómo pudo diferenciarlo de George, no la podía dejar de observar mientras hablaba más y más... no pudo dejar de observar su piel tan linda y suave, como sus mejillas tenían un sonrojo un lindo, como sus rizos en una cola de cabello ahora se encontraban totalmente desordenados y más rizados por el sudor de aquel forcejeó y sobre todo, no podía dejar de observar aquellas preciosas pecas que con aquel sonrojo se acentuaban más en aquellas bellas mejillas.
Hermione le dirigió una leve sonrisa y Fred le correspondió.
-¿Entonces? -preguntó Hermione acercándose un poco a Fred.
-Disculpa ¿qué me decías? -respondió Fred algo apenado ya que había perdido el hilo de la conversación por estar admirándola.
-Te decía que si me disculpabas por todo este drama... y sobre todo por haberte empujado... tú no tenías la culpa de nada, sin embargo, te trate muy mal.
-Leoncita, disculpas aceptadas, pero tampoco hay que exagerar... en todo caso el que nos debe una disculpa a todos es Ron... ¿cierto hermanito?
Antes de que respondiera Ron, Hermione decidió adelantarse.
-Lo mejor será que yo me vaya, esto es entre ustedes y yo sinceramente... ya no quiero estar cerca de él.
Al girarse a los escalones para por fin ir a descansar una mano la detuvo y de alguna manera se sorprendió de ver quien era el dueño de aquella mano que no le permitía irse.
-¿Fred? ¿Qué pasa? -no lo dejo ni comenzar y ya estaba hablando- En serio que no es necesario que se disculpe, créeme que, aunque tengo horas de conocerlo sé que es un besti... - Fred en un impulso tomo entre sus dedos unos cuantos rizos sueltos del peinado de Hermione y los acomodo detrás de sus pequeñas orejas, después de ese acto, pudo reaccionar. -Disculpa, es que pensé que te estaba estorbando -antes de que dejará procesar a Hermione lo que acaba de hacer decidió hablar. -Te quería preguntar algo... ¿Cómo es qué sabes que soy Fred y George?
Todos se quedaron en silencio procesando aquella pregunta, pero antes de que Hermione pudiera responder llego Percy a mandarlos a sus habitaciones.
Ron jalo a Harry para irse a su habitación, aunque este se rehusaba a irse hasta no oír la respuesta de la rizada, pero estaba tardando mucho y el impaciente de su amigo no dejaba de  jalarlo que mejor decidió ceder y hacerle caso.
George seguía esperando a Fred, pero este parecía no querer separarse de la castaña.
-Chicos, no porque sean mis hermanos voy a dejar pasar esto, así que se van a sus habitaciones o les pongo un reporte a los tres. -hablo Percy muy seguro de sí mismo.
Fred y George lo miraron con fastidio y decidieron ignorarlo.
Pero una castaña muy nerviosa trataba de zafarse a como diera lugar de la mano del gemelo.
-Fred, por favor déjame ir, si quieres luego de contesto, pero yo no quiero tener ni un reporte, por favor, por favor, por favor. – Parecía que la pecosa casi lloraba, y aunque quería seguir jugando con ella, hubo algo en sus ojos que lo hicieron detenerse y simplemente la dejo ir.
-¡Pero eso sí leoncilla me vas a tener que explicar lo que te pedí! -grito con algo de emoción Fred.
-Sí, sí, sí, como quieras, adiós... -al casi entrar a la habitación recordó algo y decidió volver a bajar aunque sea un poco y asomar su rostro por un muro que no la dejaba tan expuesta a la vista de Percy- George- los gemelos seguían en la sala platicando muy animados como si aquella amenaza de su hermano no les causara ni cosquillas. George volteo a verla y le dedico una leve sonrisita.
- ¿Qué pasa? -pregunto algo dudoso ladeando la cabeza.
-Es que no me despedí de ti, perdón, hasta mañana y que descansen... y por favor ya háganle caso a su pobre hermano... ahora veo que los chicos Weasley son todo un caso... adiós. -dijo dedicándoles una gran sonrisa.
Ya solos Fred seguía manteniendo aquella sonrisa que había aparecido desde que Hermione se puso como fiera.
-FRED NO, no nos llevamos tantos años con ella, pero no puedes y no debes jugar con ella, no debes romperle el corazón. -negó muy enojado por lo que se imaginaba que planeaba hacer su gemelo.
- ¡OYE! El cruel eres tú, yo nunca me imagine algo malo con ella, además solo tiene 11 años, soy tu gemelo y me sorprende que creas que sería capaz de hacerle algo malo a cualquier niña o chica -Fred de verdad se encontraba demasiado molesto que la persona más importante y que más lo conocía pensara eso de él.
-Pero es que desde que se sentó con nosotros has estado actuando muy raro y además lo que paso en las escale- George se calló abruptamente al ver como su hermano se alejaba de él.
-Me iré a dormir, será mejor que tú también hagas lo mismo para que así dejes de hablar y pensar estupideces – dijo Fred mientras subía los escalones, y llegando a su cuarto azoto la puerta del enojo.
George se sintió mal por pensar eso de su hermano, pero es que nunca lo había visto así por nadie... y verlo así por una amiga del amigo de su hermano fue completamente nuevo y extraño... pero sabía que aquel comentario que había soltado no estaba del todo bien.
Pero ya mañana sería otro día y hablaría tranquilamente con su gemelo y claramente le pediría disculpas por aquella insinuación que hizo.
Y hablaría del porque la atracción hacia ella, ya que mientras el problema pasaba aparte de no dejar de ver a sus hermanos, tampoco podía dejar de ver a Harry... no podía dejar de observar con cuanta admiración y cuanto gusto la observaba...
Y si era lo que se imaginaba, si de por sí ningún año era completamente tranquilo para ellos, los gemelos... ahora sí que lo sería mucho, pero mucho menos.
Con aquellos pensamientos dejo pasar unos minutos más para no tener que encontrar despierto a su hermano y tener que soportar su dolorosa indiferencia.

AMOR VINCIT OMNIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora