CAPÍTULO 13

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-Harry, andando.-dijo Ron dándole una sonrisa a Harry y a Hermione una mueca de desagrado.- Ah ¿sigues aquí?
-Pues sÍ ¿acaso no ves bien, o qué? Es más ¿sabes qué Harry? Deberías de dejarle tus lentes, al parecer el que los necesita más, es él.- dijo Hermione dejando sus ojos en blanco.
Ese comentario le dio mucha gracia a Harry, pero no quería expresarlo, ya que si lo hacía Ron podría enojarse con él... pero a pesar de que lo intento, no pudo más y rompió aquel silencio en el que estaban sumidos en una gran carcajada.
Ron estaba muy asombrado, tanto por la contestación de la chica, como por la risa que tenía su amigo.
-¡Hey, Harry!- le dijo Ron dándole un leve codazo.
-Lo siento Ron, pero no puedes negar que si fue gracioso.
-Bueno, como sea, es hora de irnos Harry, andando.
Harry no sabía que hacer, ya que Hermione estaba parada sin hacer y decir nada, solo miraba a un chico rubio, él no entendía que era lo que le pasaba, pero decidió acabar con aquel silencio.
-¡Hey, castaña! ¿No vendrás con nosotros?- le dijo Harry, mientras le dedicaba una gran sonrisa.
Hermione reaccionó, lo miró y le dio una leve sonrisita.
-Oh no, disculpa Harry, me encanto platicar contigo, pero la verdad no soportaría las tantas estupideces que diría tu amigo, además debo alcanzar a Neville, para decirle que no he encontrado a su sapo. Adiós Harry, fue un placer.
-Adiós castañita.- dijo Harry con un toque de tristeza en su voz.
Ron no sabía como reaccionar, incluso no sabía que pensar ante lo que veía, ya que aunque todo parecía algo muy normal en aquella escena, él se percataba de algo más, él sentía algo más, vio a Harry y se sorprendió aún más de notar que este seguía mirando el pasillo en el que la chica había desaparecido.
-Harry, despierta.
-Estoy despierto Ron.
-Pues no lo parece, es como si aquella chica te hubiera empujado a un trance profundo, del cual a penas vas despertando.
-Jajaja, no seas ridículo, no me empujo en ningún trance, ni nada por el estilo.
-Ajá, lo que tú digas... bueno ¿ahora si podemos irnos?
-Oh es verdad, si claro, vámonos.
Los chicos salieron del tren y mientras caminaban aquellos dos nuevos amigos, un niño rubio los observaba recargado sobre la puerta del tren.
En ese momento de distracción alguien choco con él, el niño rubio muy enojado volteo y cuando se dio cuenta de quien era, no supo como reaccionar o que decir.
-Lo siento, fue un accidente.- dijo Hermione sin ninguna pizca de vergüenza, es más, se le notaba algo molesta, y lo decía sin bajar la mirada, cosa que sorprendió a Draco, ya que él pensaba que tal vez el volverlo a ver, y el volver a cruzar alguna palabra con él, si es que eso llegará a pasar, le causaría a la chica pena o tristeza o que incluso esta bajaría la mirada, ya que lo poco que había hablado con ella, él pudo notar cierto tipo de debilidad, pero al contrario de lo que él pensaba, en ese momento la chica se mostraba más fuerte y valiente que nunca.
Draco no le dijo nada, y se volvió a recargar sobre la puerta del tren, mientras veía como los demás iban pasando.
La chica se estaba fastidiando, ya que quería salir, pero este no la dejaba pasar.
-¡Dame permiso, que necesito bajar!
-No, no te doy permiso.
-Parece que no entiendes, no te estoy preguntando que si me das permiso, te estoy ordenando que lo hagas, así que muévete.
Draco se giro y quedó frente a frente con la chica, Hermione pudo notar lo furioso que estaba, pero eso realmente no le importo, ya que lo veía venir.
-Que te quites ¿qué no entiendes lo que digo?
-¡Mira, no voy a permitir que una hija de muggles como tú me este hablando como si fuéramos iguales, porque es obvio que no lo somos.- dijo Draco cada vez más furioso, ya que no veía alguna pizca de tristeza por parte de la chica, sino de indiferencia.
-Oh, sí, y me alegro que no seamos iguales, ya que sí, es verdad que no soy de sangre pura como tú o algunos otros de este colegio, pero por algo estoy aquí, sabes y aprovecharé al máximo esta oportunidad que se me ha dado y no como tú, que de seguro no la valorará solo porque simplemente tendrás en mente que mereceras todo por el sencillo hecho tienes la pureza en la sangre, pero dejame decirte que el pensar así no te servirá de nada.
El chico estaba sorprendido por como le había hablado y no solo por eso, sino también por lo que le había dicho, estaba rojo de la rabia y más que ahora miles de alumnos los miraban, aunque la castaña parecía no darse cuenta, de lo que estaba pasando a su alrededor.
-Ahora sí, quítate, que me estorbas.- dijo Hermione mientras le propinaba un gran empujón.
Draco muy enojado la tomo del brazo fuertemente y la hizo girarse, iba a decirle algo, pero antes de que pudiera incluso abrir la boca un chico con gafas lo aparto fuertemente y puso detrás de él a la niña
-¿Pero qué te pasa? ¡Hazte a un lado, ahora!
-No, no voy a dejar que le hagas algo.-dijo Harry con algo de molestia, pero con mucha seguridad.
Draco observaba a aquel chico con enojo y con curiosidad, tratando de recordar quien era, hasta que por fin lo supo al ver esa curiosa cicatriz que adornaba su frente.
-Ah, con que es verdad, así que tú eres Harry Potter, ya había oído rumores sobre que vendrías a este colegio.-Draco recobro rápidamente la compostura, de hecho hasta a él mismo le había extrañado mucho como había perdido los estribos tan fácilmente, ya que era muy difícil que eso le pasara.-Mucho gusto.-dijo Draco dándole la mano, cosa que en realidad no quería, pero recordaba que su padre le había dicho que se hiciera su amigo.
-Como sea, pero ya me oíste, a ella no la vuelves a molestar.-dijo Harry restándole importancia a lo que Draco decía y por ende no dándole la mano.
-Jajaja, a mi nadie me dice que hacer Potter, y será mejor que busques mejores amistades, ya que una hija de muggles y un traidor a la sangre, no te ayudará de mucho para lo que se pueda aproximar.-dijo Draco dándole la espalda.

AMOR VINCIT OMNIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora