10. Celos

6.3K 360 127
                                    

La profesora no dejaba de hablar y yo ya no sabia como mantener mis ojos abiertos. Se me hacia imposible no morirme del sueño.

Sophia se encontraba a mi lado tomando apuntes, no habíamos hablado en toda la mañana. Sus resortes dorados se encontraban sujetos en un rodete evitando que le estorbarsen la vista.

Faltaba apenas una hora para quedar libres y poder irnos hacia nuestra casa; no era mi caso. Papá me iba a pasar a recoger así íbamos directamente a su evento de trabajo.

Dirigi mi vista al otro extremo del salón, donde se encontraba Michelle. Estaba dibujando sobre una de las tantas hojas que tenia arriba de su banco. Supongo que ella también se había aburrido de escuchar a la profesora Henderson hablar de existencialismo.

En verdad esperaba que no haya visto el corazón que se me había escapado en una de sus fotos, sería envarazoso. Ya iba a tener tiempo para averiguarlo de todas formas, después de todo íbamos a pasar la tarde en el mismo lugar.

Como si hubiera sentido mis ojos quemarle la piel, dirigió su vista hacia mi. Una sonrisa burlona se formó en su rostro.

Honestamente no me importaba que me atrape observándola, me aburría y Sophia no había hecho otra cosa que no sea escribir en toda la jornada escolar.

Frunci el ceño y dirigi mi vista hacia la hoja que tanto se había concentrado en colorear, dandole a entender que queria que me la enseñase.

Michelle no tardo mucho en captar mis señales, tras unos segundos levanto el papel con disimulo y lo apunto hacia mi, dejándome ver de que se trataba.

No pude evitar reir al percatarme de que un retrato de la profesora dibujada como si fuese una caricatura era lo que se encontraba entre sus manos.

—¿le parece gracioso algo de lo que digo señora Machiatto?

Lleve la mirada a la profesora Henderson lo más rápido posible. Para cuando mis ojos quedaron apuntando hacia ella Michelle ya había logrado esconder su curioso dibujo.

—claro que no, de hecho creo que tiene razón  en todo.

Sophia me miro por primera vez en horas, incrédula. Podía jurar que se encontraba levantando una de sus cejas en aquel momento.

—¿ah si? ¿En que exactamente?— cuestiono la profesora de cabello revoltoso.

—en todo. Sobre todo cuando dijo que en la primera guerra mundial todos existencializaban. Tiene mucho sentido para mí.

La profesora se acercó hasta mi banco, observando si de por casualidad había escrito algo en los ochenta minutos que llevábamos de clase.

La mano de Sophia se escabullo hasta mi, dejando uno de sus apuntes justo delante mío. Trague saliva, aliviada.

—procura prestar atención, Machiatto.— objeto al ver la hoja cubierta por colores pasteles. —si vas a anotar lo que digo al menos aprendetelo.— concreto para luego volver a dirigirse hacia el pizarrón.

Eso había estado cerca.

—gracias.— le dije en susurros a Sophia, ganandome una sonrisa de su parte.

—si no piensas escucharla al menos finge que lo haces. ¿Existencializaban? ¿en en serio? ¿En donde tenias la cabeza?

—que más da, al menos piensa que tengo linda letra.— le señale los apuntes que se encontraban de mi lado. —espera un segundo...— observe curiosa lo que estaba escrito en el margen de la hoja. —¿por qué mi nombre está escrito tantas veces?

Cereal loversWhere stories live. Discover now