07. Beso fugaz

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Estaba llegando tarde al colegio. ¿Pero a quien le importaba? A Sandra claramente no.

—¿le puedes agregar un poco más de azúcar cielo? ¡Gracias!

Sandra había parado en la estación de servicio a pedirse el café más azucarado de la historia. Era imposible de creer que esa mujer todavía no contrajera diabetes o algo por el estilo.

Nos encontrábamos con Francis en los asientos traseros del coche. El rubio tenía auriculares puestos y parecía estar completamente aislado del mundo. En cambio yo, me tenía que conformar con el ruido del motor y la voz del locutor de noticias mañaneras.

Desde el momento en que había puesto un pie en el coche el ambiente pareció tensarse. Sophia no me había dirigido la palabra en todo lo que llevábamos de camino, ni si quiera se atrevió a mirarme.

Tenia sus ojos fijados en un libro que mantenía sobre su regazo.

¿Acaso había hecho algo malo?

Es decir, no es que haberme desaparecido durante toda la noche hubiera estado bien, pero tampoco fue como que me hubiese ido por voluntad propia.

Fue un secuestro.

Además, tampoco es como que aquello le daba el derecho de cerrarme la puerta en la cara como había hecho el día anterior.

—Hey So...— me atreví a hablar.

—¿hm?— respondió sin más.

Parecía estar castigandome con desinterés.

—¿que lees?

Sophia por primera vez me miro a través del espejo retrovisor. Desde el asiento delantero se veía intimidante, me hacia sentír una niña y aquello me molestaba.

—Julia Queen.

Pude ver en la tensión de sus labios como se contuvo en maldecirme.

Asentí.

Apostaba que si no hubiera sido por la presencia de Sandra, Sophia me comía viva.

Sandra manejaba mientras tomaba a ritmo paciente su vaso de café.

El trayecto hasta el instituto se me estaba volviendo eterno.

Apoye mi cabeza en la puerta del auto con la esperanza de que pronto pudiera bajar a tierra firme.

—Francis, cariño. ¿Cuando me dijiste que era tu partido?

La señora Brown no recibió respuesta alguna de su hijo.

—Francis, te estoy hablando.

La música llegaba hasta mis oídos, dudaba de que si quiera sepa que le estaban dirigiendo la palabra.

—¡Fran, por dios!

El rubio se quito uno de los auriculares debido al grito que retumbó por todo el vehículo, dandole a la voz de Drake pausa por unos instantes.

—¿que?— cuestiono con molestia.

Sophia se lamio la yema del dedo índice y paso la página de su libro.

—te pregunto que cuando juegas, imbecil.

Fran chisto ante la respuesta de su hermana, seguían peleados por el acontecimiento de la fiesta.

—el miércoles, va a ser una pasada.

—¿contra quienes juegan?— cuestione.

No habían muchas opciones de equipos en la zona, y por lo que tenía entendido ningun equipo del exterior tenia planeado viajar hasta aquí por el momento.

Cereal loversWhere stories live. Discover now