Estaba concentrada pensando en cuál sería el momento perfecto para adelantar al niño de enfrente, que no me di cuenta cuando otro kart me rebasó a mi.

El resto de las prácticas estuve tratando de alcanzar su tiempo, pero me fue imposible.

Al terminar las prácticas, bajé del Kart y me acerqué al niño del kart que me fue imposible igualar para ver de quién se trataba.

Vi como se quitó su casco y volteó.

Era Max.

Cuando se dio cuenta que lo estaba viendo, me regaló una sonrisa.

Yo solo me volteé y camine hacia donde estaba mi padre.

....

Llegó el día de la carrera y por mi gran desempeño en clasificación había terminado en pole position.

Charles atrás de mí en segundo y Max en quinto.

Antes de subir al kart, mi papá me susurró "Esta victoria es tuya cariño, pero recuerda que también debes divertirte", yo asentí levemente, en realidad no me importaba divertirme, solo quería ganar.

La mayoría de la carrera yo era la que lideraba, pero en las últimas tres curvas, un problema en el freno hizo que tuvieran que retirar mi auto de la pista, dejando a Max como ganador, ya que había logrado recuperar posiciones muy fácilmente después de mi retiro.

Estaba tan enojada, sentía que en cualquier segundo estallaría de la rabia.

Yo me merecía esa victoria.

Y ahora estaba ahí, viendo como le daban a Max y a Charles sus trofeos mientras yo esperaba sentada en las mesas de la cafetería.

Cuando se terminó la ceremonia, Charles se acercó a mí y me dio un abrazo.

—Lo siento Cam, será para la siguiente.

—Como sea—recuerdo haberle respondido.

Ya estábamos de salida, íbamos caminando por el estacionamiento, cuando divisé a Max y a sus padres, Max abrazaba su trofeo como si su vida dependiera de ello.

Y entonces fue cuando escuché la frase que detonó todo.

—Esa niña no merecía ganar.

Juro que pude haber ido en ese preciso instante a tirarle su trofeo al piso.

Pero mi padre fue más rápido, tomándome por la mano.

—No vale la pena, cariño.

....

Y así han pasado años en los Max y yo competimos codo a codo.

Hasta que ambos llegamos a la Fórmula 3 europea, ambos éramos solo unos adolescentes, yo tenía 15 y el 16.

Peleé por eso campeonato como si mi vida dependiera de ello.

Y valió la pena totalmente, porque fui campeona ese año.

Con tan solo quince años me había dado cuenta de cómo funcionaba el mundo de MotorSport.

Porque el día en que me subí al podio a recibir mi trofeo de campeona, solamente se escucharon abucheos.

"Bájenla de ahí"
"Las mujeres no deberían conducir"
"¿Cómo es que está allá arriba siendo mujer?"
"Si esta allá arriba es porque es bonita"
"Algo debe estar mal, no es posible que un niña haya ganado"

Lo único que pude hacer fue bajar corriendo de ahí.

No podía parar de llorar.

Me abrí paso entre la gente y cuando mis pies no pudieron con más, me desplomé en el piso.

Me hubiera encantado dedicarle mi primer campeonato a mi padre, el cual había fallecido meses antes por una enfermedad del corazón

Pero en cambio estaba ahí, sentada lejos de todo, llorando por los estúpidos comentarios de la gente.

—¿Estas bien?

No me había percatado de que alguien más estaba ahí, así que de momento me asusté demasiado.

—Ey tranquila, solo soy yo.

—¿Max?, ¿Qué haces aquí?—pregunté en tono de incredulidad.

—Salí corriendo detrás de ti.

Volví a agachar mi cabeza.

—Lamento tanto que tuvieras que pasar por eso.

Yo no sabía si sus palabras eran verdaderas o vacías, todavía recordaba lo que había dicho años atrás, como no merecía ganar.

—¿Podrías dejarme sola un momento?

—Pero...

—Que me dejes sola Max—estallé.

El no dijo ni una palabra más, solo se retiró de ahí.

Respiré hondo.

Debía probarles que se equivocaban.
Mi padre hubiera querido que hiciera eso.

Así que minutos más tarde regresé a la pista a reclamar lo que era mío.

No dejaría que nadie me hiciera sentir inferior, mucho menos Max Verstappen.

Ese día regresé a mi casa con un nuevo trofeo a la colección.
Charles y yo salimos esa tarde a los bolos para  festejar mi primer campeonato.

Más tarde llegue a mi casa.

Prendí la televisión, pasaba canales hasta ver algo que me interesara, hasta que paré en uno donde se podía leerle la leyenda.

"Camille Watson, hija del fallecido piloto Nicholas Watson se convierte en campeona de la fórmula 3 europea"

Sonreí enormemente.
Nadie podría quitarme eso.

Seguí escuchando la noticia hasta que apareció una nueva leyenda en la televisión.

"Max Verstappen, se convierte en el corredor más joven de la fórmula 1 en el puesto de piloto de prueba"

Mi corazón comenzó a latir fuertemente.

Yo había ganado el campeonato ese día, y aún así Max ya estaba en la máxima categoría.

No quería admitirlo, pero sentía una enorme envidia en ese momento.

Nadie me ayudaría a entrar a la máxima categoría, tenía que hacerlo por mí propia cuenta.
Así que así estaría al menos otros cinco años, en los que continúe compitiendo.

Campeona mundial de la Fórmula 3 internacional.
Dos veces seguidas campeona mundial de la Fórmula 2 internacional.

Así sería hasta el año 2019 en el que llegaría a la Fórmula 1.
Con tan solo 20 años, ya había firmado contrato con uno de los mejores equipos.

Mercedes AMG Petronas F1 Team.

Y ahí empezaría todo.

*****
POR FIN PRIMER CAPÍTULO.
Espero les guste tanto como a mí.

Prepárense para la montaña rusa que va a ser esta historia.

Díganme hasta ahora que les ha parecido.
Nos vemos en el siguiente capítulo.

Anxiety | Max Verstappen Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt