33.

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-Como amo el amor.

Los cuatros jóvenes alzaron la vista al escuchar aquella voz, encontrándose con un pelinegro detrás de ellos que los miraba con una sonrisa cómplice.

Tres sentandos sobre el pasto y uno en su silla, pararon su conversación para mirar al director.

-Amo el amor -repitió.

Pablo pareció ruborizarse.

-¿Quién te lo dijo?

Enzo se encogió de hombros.

-Tengo cámaras por toda la institución. ¿Cómo crees vos que me entero de los chismes? Tengo ojos en todos lados.

El saxofonista cubrió su rostro con sus manos, completamente avergonzado, todo lo contrario de su novio, quién no pudo evitar reírse.

-Ustedes no son los únicos -Enzo palmeo el hombro de Pablo, quizás con un poco más de fuerza de la necesaria, por lo que el chico se enderezó de golpe con una mueca de dolor.

Cristian miro al director, tan joven e infantil como ellos, quien hizo un corazón con sus manos, mirando por el medio al trigueño y al chico mudo a su lado.

Esta vez fue Heungmin quién se avergonzó, enrojeciendo hasta las orejas.

El pálido se sorprendió cuando Cristian tomó su mano, llevándola hasta sus labios y dejando un pequeño beso en el dorso de esta.

Una sonrisa comenzo a crecer en el rostro del menor.

Escucharon aplausos y volvieron a ver a Enzo, quien estaba con una sonrisa enorme.

-Hacen que me enamoré aún más del amor -dijo en un tono más agudo de lo normal.

-¿No deberías conseguirte un amor para enamorarte? -cuestionó Cristian-. Así no molestas al amor de los demás -murmuró, tan bajo, que solo Heungmin lo escucho y lo hizo reír.

Enzo agitó su mano.

-Mi amor es bastante idiota -respondió, luego llevo su mano al mentón, como si pensara-. O quizás solo sea muy tímido... Ya saben que hay gente que le da pánico el amor.

-Síp -concordó Sebastian-, como Pablo.

-No me da pánico el-...

Sebastian tomó el mentón de su novio, alzandolo su rostro para ponerlo a su misma altura, se acercó poco a poco hacia Pablo con una sonrisa, logrando que el castaño se ponga completamente rojo, con su cometido hecho se separó del chico.

Los presentes solo atinaron a reírse.

-Amo el amor -volvió a repetir Enzo.

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