❄️Capitulo 1- Tierras heladas❄️

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Oki bajo del tren y se dirigió a la salida, llegó a su destino después de dos dias. Habian pasado casi dos semanas desde que ella piso este lugar junto a Saori y los chicos y en vez de verse como un lugar tranquilo y alegre, ahora solo veía como las calles estaban repletas de policías antidisturbios, en cualquier momento se podía desatar una disputa violenta.

Un hombre estaba semi-desnudo gritando y predicando cosas sin sentido en el centro del pueblo.

—¡Odin nos ha abandonado! ¡El causara el fin del mundo!.—

Algunas personas solo lo grababan y otras lo pasaban de largo. La castaña trato de ignorar aquello y seguir su camino pero el hombre se le acerco demasiado.

—¡Arrepiéntete ahora mismo!.—grito cerca de su cara.

Oki lo empujó y se fue rápidamente. Ella recordaba lo que Shaka le dijo en la estación de tren.

"No llames la atención, mantente al margen y no te involucres con nada ni nadie"

Al recorrer las calles, podía ver algunos grupos de personas con una mirada algo intimidante cargando con ellos algunas armas, era como estar en cualquier calle de NewYork pero con mucha nieve, Oki aprovecho para comprar algo de comer en el camino.

—Señorita.¿Usted viene sola?.—preguntó un hombre que le estaba vendiendo unos snacks.

—Ehh...¿si?.—ella lo miro con algo de duda.

—Este lugar es peligroso sobre todo para los extranjeros, no salga de noche ni pasee por lugares que no conoce.—decía algo preocupado.

—¿P-por?.—preguntó.

La castaña estaba muy confundida, si Hilda ya no estaba bajo el control de un dios maligno y por ende, ya no andaba de dictadora ¿por que aún había problemas? Al parecer las acciones de Hilda agravaron la situación aunque no fuese su culpa totalmente, pedir disculpas no seria suficiente.

—Quieren quitar a Hilda de Polaris del poder pero solo nos esta perjudicando. La venta de armas ilegales ha aumentado y varias personas formaron pandillas para atacar a los civiles, ahora controlan los comercios aprovechando que el pais esta en crisis constante.

—Entiendo...—dijo guardando los snacks en su mochila.

De pronto un carro de lujo había llegado al lugar, el hombre que atendía a la chica se había alertado y una cara de miedo apareció en su rostro.

—Por favor retírese señorita, este hombre es un criminal y es peligroso.—trato de cerrar su tienda lo antes posible.

Oki se alejo lo mas que podía de ahí. Un hombre alto y de tez blanca lleno de tatuajes en su cuerpo, rapado a los lados de la cabeza con una trenza algo larga en medio y con barba, bajo del carro junto a 5 personas, se separaron y fueron con los comerciantes a quitarles mercancía amenazandolos con una pistola y quien no pagara, era golpeaba brutalmente.

—Asi que usted no tiene el dinero.—dijo el jefe de esa pandilla.

—N-no señor Breivik, las ventas han estado muy bajas.—el hombre estaba demasiado nervioso.

El jefe se llamaba, Anders Breivik, era un supremacista que sobornaba a la policía y aprovechaba los disturbios para hacer de las suyas, desde que empezaron estos problemas, el tenia en su control los comercios. El estaba a nada de golpear a ese inofensivo hombre, su esposa había salido para rogar clemencia pero los otros hombres que eran cómplices la habían tirado con violencia y la obligaron a presenciar como iban a golpear a su esposo.

Oki vio todo por encima del hombro mientras se alejaba, trataba de hacer de la vista gorda y no involucrarse, sin embargo se detuvo, ella no era así, no soportaba ver abusos de bravucones con los más débiles, a pesar de que Shaka le hubiera dicho que no se metiera en problemas, no podía quedarse sin hacer nada.

SAINT SEIYA FATE: ASGARDWhere stories live. Discover now