Sempiterno: que durará siempre, que habiendo tenido un principio, no tendrá fin.
Meira Bravo es lo conocido como una Kook, pero lo cierto es que ella no cree pertenecer a ese grupo, a ninguno en realidad. Sin si quiera buscarlo encontrará su lugar...
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"Todos los otros niños con los zapatos caros Más les vale correr, más les vale correr más rápido que mi bala"
A pesar de estar sobre su cómoda cama, con la cabeza de su novio dormido apoyada sobre su pecho. Meira no podía quitarse la imagen de la moto cayendo por el puente. Por breve que fuese, por unos instantes pensó que lo había perdido, y no estaba preparada para perder a nadie más.
Trataba de conciliar el sueño, pero cada vez que cerraba los ojos, o le venía la imagen de JJ muriendo o le venía su madre a la cabeza.
— Deberías intentar dormir. — murmuró JJ limpiándose con el dorso de la mano la baba que le caía por la comisura.
— No puedo. — respondió Meira. — No duro más de quince minutos sin tener una horrible pesadilla.
JJ se levantó de su pecho y se acomodó para esta vez él quien la abrazase.
— No me ha pasado nada, estoy aquí contigo. — le besó en la frente. — Ahora duérmete, me quedare protegiendo tus sueños.
Escuchando el ritmo de la respiración del rubio, y sintiendo su pecho subir y bajar contra su espalda, Meira consiguió conciliar el sueño sin que fuese interrumpido por horribles pensamientos. JJ la abrazó durante toda la noche, a pesar de que le hubiese encantado quedarse tumbado junto a ella durante toda la vida, cuando empezó a entrar el sol por la ventana tuvo que irse, no quería arriesgarse a que la abuela de la chica le encontrase allí. La mujer no había sido demasiado dura con Meira desde su vuelta, ni si quiera la había castigado, pero por eso mismo no querían arriesgarse a abusar de confianza. Con cuidado de no hacer el más mínimo ruido, dejó un beso sobre la frente de Meira, recogió toda su ropa y salió por la ventana.
Cuando Meira se despertó lo primero que sintió fue el lado contrario de la cama al suyo vacío, aunque no se alarmó porque sabía perfectamente porque el rubio se había ido. Estiró el brazo para alcanzar su móvil, y tuvo que entrecerrar los ojos para que la luz artificial no le dañase. Se sorprendió al ver que eran las doce y media de la tarde, había dormido más de lo que esperaba. Entró en la aplicación de mensajes y vio que tenía uno de JJ avisándole de que se iba y diciéndole que deseaba que hubiese descansado bien, también tenía uno de Sarah en que le decía que esta noche, en la fiesta de los padres de Kiara, necesitaba contarle algo importante. Lo que no se esperaba era encontrar en su buzón varios mensajes de Topper invitándola a comer.
"Sarah me ha dejado tirado, ¿comes conmigo?"
No le sorprendió tanto que Topper le escribiera, aunque llevaba mucho sin hacerlo, nunca habían dejado de ser amigos, al menos por su parte. Lo que verdaderamente le sorprendía es que por lo visto Sarah había estado con él. Antes de conocer a los pogues, Meira estaba acostumbrada a pasar tiempo a solas con Topp, porque eran muchas las veces en las que su mejor amiga dejaba tirado a su entonces novio. Cosa que Miera siempre le había recriminado, porque se sentía mal por el rubio, estaba tan enamorado que dejaba pasar por alto todas las putadas que le hacía.
