Chapter V. Casa, dulce casa.

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Los cuatro amigos no podían dejar de sonreír por tener esa sensación tan cálida en sus pechos, por fin tener cerquita a su amigo y no se diga de Min Yoongi que siempre había deseado tener a su mejor amigo cerca para poder protegerlo de todos y de todo como siempre lo deseo, estando a su lado está completamente seguro que Jungkook no volverá a derramar una sola lágrima y si lo hace será de total felicidad.

Kim Taehyung sonrió tímido al mirarle una vez más —¿Te molestan tus ojos, Kookie? —preguntó con esa dulce timidez que solo el peligris notó en el momento. Su amigo estaba siendo tímido cuando jamás lo había hecho con ningún chico ninguna vez, sonrió yendo a hablar con los padres del menor acerca del largo viaje.

Este dudó qué decir, inesperadamente se encontraba ido por la dulzura que el más bajito le provocaba —Sí, un poquito —casi sonreía de oreja a oreja al ver al pequeño pelirrojo haciendo un leve puchero con sus labios inconscientemente— casi no dormí por estar emocionado por por fin mudarme de ese lugar —ahora sin poder evitarlo esa hermosa sonrisa se dibujó en sus labios. Taehyung permanecía con la vista sobre él y su hermosa sonrisa, parecía que aquella mantenía imanes los cuales le prohibía alejarse un solo milímetro.

El tercer chico entrecerró sus ojos mirando a ambos jóvenes, algo había ahí que no podía descifrar correctamente: esas miradas, esas sonrisas que sin ser notado por ambos fue al lado de Min Yoon-Gi. —¿A estos qué les picó? —preguntó riendo mirando como hablaban entre sonrisas y risas sin dejar de mirarse con ternura.

El contrario al escuchar aquella pregunta rio —Se han llevado muy bien desde el primer momento en que hablaron por teléfono —confesó Yoon-Gi a los mayores que los miraban con interés y sorpresa— también me sorprendió porque ambos son muy especiales con las amistades y ellos han congeniado muy bien —todos asintieron dándole total razón.

Hoseok los veía feliz, él seguía teniendo ese presentimiento de que sus sonrisas y ese brillo en los ojos de Taehyung no eran para nada normales. En cambio, unos resplandecientes ojitos color rubí brillaban hermosamente detrás de esos oscuros lentes, su emoción al ver por fin al chico con el que podía durar horas y horas hablando por videollamada era única. No podía notarlo ni nadie a sus alrededores, pero esos preciosos ojos brillaban como nunca al ver esas mejillas levemente sonrojadas al igual que su preciosa sonrisa. El chico frente a él resultó ser mucho más lindo, tierno u atractivo de lo que podía notar en simples fotos o videollamadas, sus pensamientos se inundaban acerca de jamás haber visto un chico tan precioso como él.

Sonriendo ambos se acercaron a los demás siendo recibidos por radiantes sonrisas —¿Nos vamos, hijo? —preguntó amablemente el señor Jeon. Este asintió —Bien, me adelantaré a pedir un taxi —dijo para así salir del lugar apresurado para tomar alguno libre cerca.

—Señora Ha-neul —dijo el peli gris mirando a la madre de Jungkook— nosotros podemos llevar a Kookie —sugirió mirando al menor.

Este dudó un momento, no por no querer ir con sus amigos, sino por miedo a que le pidan que se quite los lentes. Su nerviosismo aumentó cuando Hoseok lo tomó del brazo —¡Si, señor Jeon! Iremos justo detrás de ustedes —Ha-neul sonrió al ver como los tres chicos colocaban sus manos en el pecho en forma de súplica dando a ver una bonita escena similar a pequeños pidiendo algún juguete en el paseo familiar.

Miró a su hijo y esté ya convencido asintió —Iremos detrás como dijo Hobi —los chicos aplaudieron emocionados. Querían desde ya pasar tiempo con Jungkook, tenían que remediar todo ese tiempo en el que aún no se conocían o solo hablaron casual.

Minutos más tarde los cuatro jóvenes iban felizmente cantando una de sus canciones favoritas que por obra del universo resultó ser la favorita de todos. Min Yoon-Gi había tomado las llaves para conducir y de copiloto se mantenía Jung Hoseok porque sobre todo era el auto de su padre. Detrás de ellos los dos menores, ambos concentrados cantando y haciendo movimientos al ritmo de la música ya con la confianza fluyendo en sus venas. Por primera vez Jeon Jungkook se sentía en el lugar que pertenecía; era el lugar en el que siempre debió de estar y ahora su corazón está más que feliz por ello y detrás de esos oscuros lentes era reflejado con su hermoso brillo de felicidad.

« Look at me » KookTae | Mírame ©Where stories live. Discover now