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Chapter VIII. Compañero de al lado.

En muchas ocasiones se puede juzgar a una persona antes de conocerla realmente. Pueden verse físicamente intimidantes, pero cuando se les conoce tanto su forma de ser como de pensar con el pasar del tiempo son todo lo contrario a lo que en un principio se podría pensar de ellos. Personas solitarias llenas de miles de historias sin contar, personas con un duro pasado que tan solo mirar un poco hacía atrás entra ese terrible escalofrío por todo el cuerpo, personas incapaces de expresar lo que viven en su día a día por ser simplemente algo inexplicable a oídos de los demás: que al final de cuentas son las primeras en brindar una deslumbrante sonrisa.

Desde que Jeon Jungkook ingresó al aula donde de ahora en adelante estaría recibiendo sus clases notó la mirada curiosa y confusa de uno de sus nuevos compañeros el cual se encontraba sentado a unas cuantas bancas al lado contrario de la entrada y cerca de uno de los largos ventanales. Piel bronceada, cabello oscuro, ojos achicados y preciosos hoyuelos, no se diga de esa complexión que le hacía parecer intimidante que por un momento logró que el menor le tuviera miedo y el leve escalofrío al verlo recorriera su piel; así eran los que siempre trataban de aprovecharse físicamente de él, pero al ver aquella linda sonrisa amistosa como saludo al iniciar y finalizar su presentación le hizo darse cuenta que las apariencias siguen engañando y no siempre es lo que nos imaginamos a la primera.

—Bien jóvenes, desde este momento Jungkook forma parte de ustedes y espero que lo incluyan en sus actividades y le muestren las instalaciones como se merece —los presentes le aplaudieron finalmente dándole nuevamente la bienvenida y con sonrisas el director salió del aula no sin antes darle una leve palmada en la espalda al menor.

Repasó una vez más a sus compañeros los cuales algunos ya no le prestaban atención y algunos más solo le sonreían para darle confianza en su primer día ahí.

—Hola —dijo animadamente el chico de los hoyuelos bonitos <<chico el cual en un inicio le parecía intimidante>> al momento que el menor tomó asiento a su lado siendo este el último disponible— soy Kim Namjoon, es un placer tener un nuevo compañero de clase y ahora asiento —estiró su mano para poder estrecharla de manera cálida. Las bancas solían ser individuales, pero al mismo tiempo dos unidas ocasionando que fuese una banca más amplia y con más espacio en ella.

Jungkook sonrió haciéndolo de igual manera —El placer es mío, Namjoon —ambos jóvenes sonrieron tiernamente sin percatarse que tres chicos los miraban con recelo desde sus respectivos asientos. La clase dio comienzo como día a día en la pesada rutina con diferencia que Jungkook sentía la mirada pesada de aquel chico pelirrojo sin tener idea el porqué de su comportamiento cambiante hacia él. Al cruzar miradas se dio cuenta que no era a él a quien miraba con esa intensidad sino a su compañero de banca, Namjoon el cual mantenía su hermosa sonrisa al hablarle.

—¿Almorzamos juntos Jungkook? —preguntó el de hoyuelos sacándolo de sus pensamientos al ver la extraña mirada de su amigo Taehyung.

El contrario asintió animadamente ahora mirando al chico a su lado al ver que a alguien además de sus amigos le gustaría desayunar junto a él —Solo que iré también junto a mis amigos ¿Vienes con nosotros? —este alzó una ceja mostrando su confusión, era un estudiante nuevo y ya tenía amigos.

Asombroso.

—¿Tus amigos? —dijo con intriga.

Jungkook asintió sonriente ante su cara de confusión —Los chicos de allá enfrente son mis amigos —al girarse los tres chicos se sorprendieron que los cacharon mirándolos, eran tan obvios que se giraron en cuanto las miradas se cruzaron con las de ellos.

Ambos chicos rieron y era evidente de qué chicos se estaba dirigiendo el menor —Solo he tratado un poco con ellos a lo largo de este año, pero convivir no hace daño. Además son muy agradables —aseguró con una sonrisa para así continuar con las actividades que les había puesto el profesor.