26 | Mitsuya Takashi

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Me coloqué los auriculares, arregle mi cabello y crucé los brazos esperando el tren de la mañana que me llevaría a la universidad como cada día, cuando este llegó, subí y miré a los lados como siempre en busca de algún asiento vacío, nada. Me apoyé en el barandal más próximo a la puerta de bajada y me sumergí en la última lectura del mes. Al llegar a la estación universitaria, tomé mis cosas y me preparé mentalmente para las asignaturas del día. Y en eso se resumía mi rutina diaria, tomar el tren, leer, bajar, clases y el tren otra vez. Me preguntaba, ¿cuando cambiaría mi vida? ¿Conoceré algún día al amor de mi vida? A pesar de tener casi 21 años, nunca había tenido una relación más allá de esas de secundaria que solo comparten uno que otro piquito en los labios, ¿cuando podré vivir mi historia de amor? ¿O será que estoy destinada a pasar el resto de mi vida leyendo libros sobre historias de amor ficticias protagonizadas por personas perfectas y hermosas? ¿Algun dia me sentiré como la protagonista de mi propia historia? La voz robótica del tren me saco de mi ensoñación, recordándome que esta es mi parada y debía bajar antes de matar de la procupacion a mi madre, quien ya me había marcado tres veces para verificar que todo vaya bien.

Esa noche, dejé los libros a un lado y me concentré en la presentación que debía entregar al día siguiente, nuevamente me puse los auriculares y me sumí en mi tema de investigación, mientras que muy fondo en mi corazón , deseaba tener alguien que se preocupe por mi más alla de los lazos familiares, deseaba que alguien me demuestre amor a diario y haga lo imposible por mantenerme a su lado, me lo imaginaba, tal como lo queria, gentil, inteligente pero no soberbio, humilde y de buen corazón, lo visualizaba a mi lado, dándome animos a seguir con la presentacion y no dormir en el intento, no me importaba si era alto, bajo o no tan guapo, me bastaba con alguien que de verdad me amara, con defectos y... Me desperté gracias al silbido de la tetera que retenía agua hirviendo.

"¿Que hora es?" pregunté a mi madre quien estaba ocupada preparando el desayuno luego de limpiar el hilo de saliva seca al lado de mi boca.

"Las seis con quince, buenos días querida" le respondí al saludo y luego de verificar que, como me temía , no logré terminar la presentación, salté de la silla directo a la ducha.

Debía tomar el tren anterior al que suelo tomar para llegar a tiempo y poder terminar la presentación, coloqué la mochila sobre mi hombro y salí de casa corriendo hacia la estación, al llegar, arreglé mi cabello como pude y arreglé mis audifonos como de costumbre. Al ser más temprano, había un poco menos de gente esperando por el tren. Inspiré hondo y retuve el aire tratando de recuperar el aliento que había perdido al correr desde casa, pero no tuve mucho éxito al notar a cierto joven a unos cuantos metros de mi. Un suspiro salió de mis labios al verlo, tenía el cabello lila y sus ojos delataban su cansancio, al igual que yo, tenia puesto los auriculares y la mochila sobre el hombro. Vestía jeans negros y una sudadera marrón oscuro en conjunto con botas negras, me quedé mirándolo como tonta hasta que el aire despeinó mi cabello, dándome a entender que el tren se acercaba. Parpadee muchas veces y rogué al cielo, al destino y hasta a Buda porque el chico misterioso subiera al tren conmigo. Susurré un suave "gracias" cuando lo vi pararse a esperar el tren junto a mi. Lo mire de reojo una ultima vez antes de subir al tren. Ese día, no me importó la historia de amor que reposaba en mis manos, no abrí el libro ni una sola vez, solo me importaba el chico de la mirada lila y cansada. No cruzamos miradas, pero me conformaba con tal vista durante el viaje de 20 minutos.

Tuve un muy buen día, terminé la presentación a tiempo, incluso me dio tiempo suficiente para pulir mi guion y obtener una muy buena nota, pero mi mente no dejaba de pensar en el chico de cabellos lilas, lo vi bajarse una estacion antes de que yo me bajara y, a pesar de no haber cruzado palabra con él, imaginaba su voz y su personalidad pero, ¿sería en verdad como me lo imagino? Preferí despejar mi mente y no preocuparme por ese tipo de cosas y decidí dormir en paz, me esperaba un día largo.

Tokyo Revengers OneShots | Headcanons Donde viven las historias. Descúbrelo ahora