Emma lleva cierto control en su vida. No es normal, no porque sea nerd, sino porque lleva todo controlado y premeditado. No deja que ningún suceso, desde un simple pestañeo hasta el idiota del chico mas popular derramando una malteada en su jersey...
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POV. Emma:
A mí a veces se me ocurrían cosas muy estrambóticas, sin embargo, en mi defensa... el que camina con cojos al año cojea, supongo que Lason me estaba contagiando su especialidad. O simplemente hacia que saliera a flote mi otro yo, ese que incluso a mi me sorprendía cuando fluía. Últimamente fluía mucho más con él.
El era de las pocas personas a las que yo sin pensarlo la invitaría a un bar - por no decir la única – y bueno, qué mejor lugar que el club nocturno de mi tío Steven. De pasó le serviría al pelirrojo como promoción gratis de mi parte.
—¿Qué ahora eres una alcohólica empedernida o qué? — preguntó el moreno mientras ingresábamos al lugar. Tuvo que subir el tono de voz para que pudiera escucharlo por encima de la música, e incluso acercárseme un poco.
Nos detuvimos y giré mi rostro hacia él.
—No, en realidad nos vamos de prisa. Solo es un chot.
Hizo un gesto como de no entender, pero de comprender un poco.
—¿Y eso para qué o qué?
—Abrir la noche.
Abrió ligeramente la boca, en señal de sorpresa. Mientras tanto yo empezaba a sentir mucho mas calor que cuando estábamos en el gimnasio del instituto, en la fiesta de Halloween. Había mucha gente en el bar y es que mi primo Steve, el dueño del lugar, tenía la costumbre de hacer una fiesta de disfraces en esas fechas.
Siempre tan exceptivo.
—¡Emma! — exclamó alguien a mi lado.
Miré, ignorando por completo a mi acompañante y topándome con el susodicho Steve. Nos dimos un abrazo lleno de anhelo y cariño. No lo negaré, el joven empresario era mío tío favorito. No sé si porque era mil veces mas joven que papá y que era cinco años mayor que yo o sencillamente porque era de las pocas personas que en toda mi vida pude considerar como un amigo.
Mas que mi tío era como un hermano mayor.
—¿Cómo estás? — preguntó al alejarse de mí — ese disfraz te queda precioso. No sabía que vendrías.
—Y no sabía que estaban permitidos los menores de edad.
Lo decía porque en la entrada los guardias de seguridad no me detuvieron.
—No se te nota por... el disfraz que por cierto está... — tomó mi mano y me hizo dar una vuelta sobre mi eje — Divino. Muy real.
Asentí, admitiéndolo.
Lason se aclaró la garganta y bueno, tuve la decencia de presentarlos – que por la mirada que se lanzaron supe que no se cayeron bien – y explicar nuestra llegada.
—Lason, él es mi tío Steve Brown (hermano de mi padre), y Steve él es Lason mi único amigo en el nuevo instituto.
