XIII

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Pasos pesados, lentos y seguros. Alguien se acercaba a la sala. Era huir o pelear, pero Rayita no huiria más, su miedo lo transformó en coraje. Buscó entre sus cajones un martillo para defenderse, con los pasos más silenciosos se quedó escondida debajo de un mueble con un gran espacio vacío en dónde se supone que habría una fogata.
Los pasos se detuvieron exactamente en la entrada de la sala, su cuerpo robusto estaba cubierto por un overol azul, la respiración estaba cubierta por una máscara blanca sin expresiones. Sea quién sea, Rayita sabía que él sabía que ella estaba ahí por lo que al primer paso que dió el hombre, ella lo atacó detrás de la rodilla. El hombre cayó por reacción, pero al parecer no le había afectado el golpe, fue hasta que recibió el segundo golpe, justo en la nuca, cayó al suelo soltando de paso el cuchillo que tenía en mano. Rayita rápidamente recogió el cuchillo y con ese empezó a amenazar al hombre, nerviosa pero determinada dijo.
- ¡¿Quién eres?! ¡Quítate la máscara ahora mismo!
No hubo respuesta.
-¿QUIÉN ERES? ¿QUÉ HACES EN MI CASA? ¿Planeabas matarme? Pues ahora yo te mataré.
El hombre volteó a verla, al ver su rostro furioso y sobre todo la máscara de papel que aún tenía sobre la mitad de su rostro, algo lo sorprendió.

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Michael Myers se había alejado lo suficiente de las patrullas que ya no se escuchaban, en su camino se encontró con varios niños que ignorando las recomendaciones de los policías siguieron pidiendo dulces como si nada. Michael no atacaba niños ni bebés, sólo adultos que le molestaban.
El hambre, como cualquier humano, empezó a atacarlo, por un momento pensó en agarrar algún perro callejero y comerlo, pero la idea le dió asco, de niño se divertía maltratándolos, pero comerlos era asqueroso sobre todo porque no tenían buen sabor si estaban crudos, por lo que optó por entrar dentro de alguna casa y robar algo de comida, si la casa estaba abandonada, se quedaría ahí por un tiempo hasta que pudiera ir a su hogar.
Fue cómo llegó a una pequeña casa sola, estaba cerrada con llave por todos lados pero al revisarla vio que había una ventana abierta. Entro por ahí para inspeccionar el lugar, a pesar de que era pequeña, se veía espaciosa por dentro. Fue de lo que parecía ser la sala a la cocina, en el refrigerador había algo de jamón y mayonesa. Recordó a su madre, cuando preparaba un sándwich para las clases el cual se aplastaba en el camino, pero aún así se lo comía. Buscó pan entre las alacenas y para si fortuna había un paquete nuevo. Fue entonces que escuchó que alguien venía.

Metió a su boca dos rebanadas de pan y subió las escaleras que llevaban a las habitaciones de la casa. La puerta se abrió y unos pasos casi mudos entraron, el sonido de una silla arrastrarse más el sonido de la llave del agua le confirmó que la persona que vivía en esa casa había llegado. Decidió que si quería comer algo de lo que había en la cocina tranquilamente tendría que matar a la persona que no lo dejaba solo.
Fue entonces que Michael Myers se dispuso a bajar a la cocina con su cuchillo en mano. Nadie estaba ahí, pero ya no sentía le ráfaga de aire que venía de la sala, el o la dueña de la casa la había cerrado y era probable que estuviera ahí.
Ni un solo sonido, tal y como un gato escurridizo, su próxima víctima se había escondido en la oscuridad del lugar. Al entrar a la sala sintió un golpe detrás de sus rodillas, cayó por el impacto pero no sintió dolor alguno pero luego quedó algo aturdido al recibir un golpe en su cabeza.
No se había dado cuenta de que soltó el cuchillo, sólo alcanzó a ver cómo una mano pequeña lo tomaba rápidamente.
Era una mujer con un rostro tan familiar que lo sorprendió, su rostro enfurecido estaba adornado por una máscara, una máscara que él mismo había hecho años atrás para alguien muy importante para él, para su Rayita.

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"Quisiera verte otra vez"

Un deseo que ambos niños tuvieron, ahora convertidos en adultos, lo estaban cumpliendo, aunque parecía que el único que se había dado cuenta era Michael. Claro ¿Cómo Rayita se daría cuenta de que era él aquel chico que tanto la protegía?
Convenientemente ella habló.
- ¿Quién mierda eres? Quítate esa máscara ahora mismo.
Por un momento Michael lo dudó, la máscara lo hacía sentir seguro pero Rayita debía reconocerlo, ni siquiera pensó en que ella le haría daño, no se sintió amenazado a pesar de tener frente a su rostro el mismo cuchillo con el que horas atrás asesinó a jóvenes niñeras, había soportado 4 balazos del doctor Loomis como para no soportar un cuchillazo, aunque aún le ardía el ojo por el gancho que uso la niñera rubia para defenderse. Estaba muy molesto por no haberla matado sobre todo porque había visto su rostro, esa rubia debía morir, sin embargo, no era momento para pensar en ella. La única mujer en la que debería pensar en ese momento era a la que parecía ser Rayita, si no era ella, la mataría para quitarse un peso de encima.

Hybris🔪 Michael Myers FanfictionWhere stories live. Discover now