VII

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[Advertencia: abuso sexual. Se pide discreción]

Michael había escuchado ruidos extraños de la habitación de Rayita por lo que dejó de lado la máscara en la que estaba trabajando.
Salió del pasillo y le sorprendió ver la habitación de la menor abierta, con curiosidad se asomó por el espacio de la puerta entreabierta y se encontró con un escenario grotesco.

James se encontraba encima de Rayita con una sonrisa siniestra. Sus manos rodeaban el cuello de la pequeña de tan sólo 5 años. Los pantalones de la menor habían sido retirados de ella al igual que los del mayor. Lo que más desconcertó a Michael fue ver cómo el mayor intentaba meter su miembro en la cavidad de la menor al mismo tiempo que la asfixiaba y golpeaba.
-Esto es lo que te mereces maldita. Aprenderás a no meterte conmigo nunca más. Primero serás tú y luego ese idiota de la máscara.

Los tres niños presentes estaban mal de la cabeza. Pero James era definidamente el más perverso.

Michael tuvo recuerdos de ver cómo su hermana Judith tenía intimidad con su novio, algo que le molestaba mucho ya que sus padres se lo habían prohibido, estaba rompiendo las reglas. Pero había algo distinto, a diferencia de Judith, Rayita estaba con un rostro lleno de emociones negativas, miedo, asco, pánico, odio, repulsión. Sumando el hecho de que los golpes de su rostro la habían hecho desangrarse, más la falta de oxígeno que casi la mataba, entendió que lo que veía estaba mal.

Probablemente si Michael y Rayita jamás hubieran convivido, si ella jamás se hubiera acercado a él, si él jamás hubiera confiado en ella para mostrarles su rostro, si nada de eso hubiera pasado Michael tan sólo se hubiera quedado viendo la escena en silencio o hubiera regresado a su habitación para evitar problemas. Pero no fue así.

Rápidamente tomó la silla de madera que cada habitación tenía y se la aventó al mayor sorprendiendo tanto a la niña cómo a James.

-M-Michael- la niña apenas si podía hablar pero agradecía ver a su amigo, pero esa esperanza rápidamente se volvió en preocupación. Sabía que Michael Myers tenía una fuerza mayor a la que cualquier niño de su edad tendría pero también sabía que la diferencia de altura sería un problema, James podría acorralarlo fácilmente, sin embargo esta vez no pudo hacer nada, el pánico le había dormido las piernas y el dolor de su rostro la mareaba.

Por otro lado el mayor se había vestido otra vez y se acercó a Michael con una sonrisa incómoda.

-Ya veo. Así que el enano vino por el rescaté de la tonta e indefensa princesa. ¿Qué harás al respecto? ¿Sostener mi mano mientras esperas que la otra me ataque? ¿Acaso no ves que está casi muerta? Eres un idiota, igual que ella, tal para cual-Soltó una carcajada que llegó hasta el pasillo donde descansaba la enfermera Rebeca, ruido que la despertó extrañada.

Michael no tenía un plan, sólo sabía que debía acabar con esa escoria.
James corrió hacia él y lo empujó contra la pared haciendo un ruido que despertaría a todos. Luego cerrando su puño lo golpeó directamente a la cara varias veces. Sin embargo James no notó que Michael había tomado las tijeras escolares de la niña que estaba en el suelo. Estás tijeras están diseñadas para no ser peligrosas, sin embargo con mucha fuerza podrían ser letales. Con esto, Michael las enterró en el momento exacto en que James lo golpeaba. El mayor entró en pánico alejándose de él. Le dolía y mucho.
-Mierda.
Como si nada hubiera pasado, Michael se levantó del suelo con la espalda recta. Caminó directamente a donde estaba el mayor agonizando, nuevamente tomando la silla de madera, lo golpeó varias veces.

-¡Michael Myers detente ahora mismo!-gritó la enfermera Rebeca. Michael se detuvo, volteó a ver a la enfermera sin hacer un sólo sonido. Ella rápidamente lo tomó de las manos no permitiendo que se moviera o escapará. El castaño no hizo nada.

Hybris🔪 Michael Myers FanfictionWhere stories live. Discover now