IV

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-Me gustaría ver tu rostro, ver tu reacción, así que me esforzaré más para mostrarte mis dibujos y que reacciones más.

La pequeña le hablaba entusiasmada, Michael sólo la veía sin moverse, aunque su máscara no lo delataba. Sí, le habían gustado los dibujos, le agradaba que alguien no lo viera raro por las máscaras que tanto le gustaba hacer. ¿Si le interesaba ver cómo la niña seguiría dibujando sus máscaras? Por supuesto.

-Pero no uses rojo en tus máscaras, porque no lo tengo, estoy segura que ese niño molesto me lo quitó, estoy segurísima, pero me da miedo decirle que me lo devuelva. No te lo he dicho pero los hombres me asustan, muchas mujeres me han dicho que es absurdo, que en algún momento de la vida encontraré un hombre que me protegerá y en ese entonces deberé dejar de temerle a los hombres, pero no creo que eso llegué a pasar...

¿Por qué le contaba todo eso?¿Acaso quería que él recuperará su crayón? ¿Qué obtendría él a cambio? ¿Por qué debería hacer al respecto?

-Cuando lo recupere te lo puedo prestar, ese y mis demás crayones, es que me caes bien.

Trato hecho.

🔪

7 de la noche. Una hora antes de que los niños vayan a dormir, una pequeña de 5 años y un rubio de 7 años se encontraban en el pasillo fuera de sus habitaciones, ambos en silencio, una dibujando a la persona que tenía frente a ella, mientras que el otro sólo observaba en silencio.
Rayita no sabía que Michael había memorizado la rutina de Smith. Anteriormente ese mismo niño buscó problemas con él al ser Michael menor que James. Nunca escaló a mayores porque Michael nunca respondió a sus ataques así que el otro se aburrió. Michael sabía que el niño estaba loco, hablaba con niños que no existían los cuales le aplaudían sus actos de bullying hacia otros. Era narcisista a más no poder, le gustaba ser el centro de atención y odiaba que los doctores lo ignorarán así que hacía de todo para que los ojos se posaron sobre él. Tenía varios llamados de atención pero nunca habían llegado a algo peligroso más que algunos mordiscos y golpes a otros niños.
James Smith era un niño predecible, se despertaba e inmediatamente se arreglaba con lo que tuviera a la mano para ser el más atractivo del sanatorio, desayunaba en el comedor de la manera más ruidosa y asquerosa posible para después jugar, correr y saltar con las voces de su cabeza. Luego tenía largas conversaciones que para él eran complementadas por varios comentarios aunque en realidad todo era un monólogo. Cada día rompía una silla o robaba las carteras de las enfermeras. Eran muy raros los días en los que se quedaba tranquilo cumpliendo con sus estudios correspondientes.

Michael sabía que después de la comida Smith se iba al baño a vomitar llorando, era su momento más vulnerable. Se quedaba ahí justo hasta las 6:30pm para posteriormente ir a su habitación la cual estaba al final del pasillo, cerca de las escaleras que dan al comedor y al patio. Michael aprovecharía el tiempo en que Smith fuera a su habitación para distraerlo para que la niña fuera a buscar su crayón a la habitación del niño la cual estaba abierta ya que la enfermera Rebeca las abría en caso de que los niños quisieran visitar a sus amigos. Últimamente estaban muy tranquilos así que no había preocupación de que algo malo pasará.

El problema ahora era ¿Cómo le contaría su plan a la niña? No quería hablarle, no iba a decir nada, no veía la necesidad. Pero tampoco sabía cómo darle señas para que entienda su mensaje. Frustrado apretó sus puños y frunció el seño. La niña notó lo de sus manos, pero no su expresión debido a la máscara negra que lo cubría.

-¿Te pasa algo? ¿Estas enojado?

Tal vez si había forma de que ella le entendiera.

Hybris🔪 Michael Myers FanfictionOù les histoires vivent. Découvrez maintenant