Capítulo XV (Le debería agradecer al infierno)

1K 129 29
                                    

P.O.V. Diana: 

El momento habría seguido por mucho tiempo más, incluso sus manos en mi cintura y su boca en mi cuello estaban por convencerme de que me lleve a la cama y me haga suya de una vez, pero mi teléfono comenzó a sonar. 

Alec me soltó para que vaya a contestar, y cuando me acerqué a ver quién era, mi hermano quería hacer videollamada. 

Olvidé completamente de que en la mañana arreglé con él para hacer alguna llamada luego.

Agarré una de las batas que tenía en el baño y me la puse, para luego atender rápidamente el teléfono. 

—¡Hermana! —David gritó desde el otro lado de la llamada, alargando la "A". 

—¡Ya! Ya te atendí —hice un gesto aturdida y noté que él vio que estaba en bata, para sonreír pícaro. 

—¿Qué es lo que estaba pasando que atendiste tarde y ahora estás en bata? —David comenzó a reír. 

Alec estaba escuchando todo, así que sonrió ante el comentario de mi hermano. 

—No pasó nada. —rodé los ojos —¿Alguna noticia?

—No sabes lo que me pasó hoy. —agarró su cabeza avergonzado. 

Me reí por su gesto, ¿Qué pudo haberle pasado para que actúe así?

—Me acosté con una mujer, era preciosa, ojos azules, cabello negro y tenía un culo perf—David comenzó a hablar y lo interrumpí. 

—No hace falta que me comentes esa parte —lo detuve. 

—Bueno, la cuestión es que luego de acostarme con ella, le pregunté su nombre —continuó —¿Y sabes quién era? Francesca Depardieu... ¡Depardieu! 

Comencé a reír a carcajadas, no puedo creer que se acababa de acostar con la hermana del ex noviecito que mi mamá tuvo en su infancia; Máximo Depardieu. 

—Eso te pasa por no preguntar sus nombres, no te entiendo a veces —suspiré negando con mi cabeza, este chico era un caso perdido. 

—Como sea... ¡Cuéntame qué has hecho hoy! —exclamó y vi que se acostó en una cama, creo que se ponía cómodo para escucharme durante unos cuántos minutos. 

Mordí mis labios un poco nerviosa, tenía una cita con Alec y todavía debía prepararme para esta noche. 

—Habla tranquila... Aún hay tiempo, recién se esconde el sol —Alec comentó al notar de que la charla iba para largo. 

—¡Hola Alec! ¡Te escuché! Sé que estás ahí —David gritó en un tono burlón. 

—Tampoco era mi intención esconderme, David —exclamó serio. 

—No, bueno, ¿Estás cuidando a mi hermana? A papá no le gustaría verla ni con un solo rasguño —alzó un dedo —Me dijo que tengas cuidado. 

—Tu padre no me da miedo, David —Alec sonrió de lado y mi hermano abrió la boca sorprendido. 

—¡Exijo una pelea amistosa contra él cuando vuelvas al castillo! —ordenó emocionado. 

—La acepto —el italiano asintió. 

—¡Oh! ¡Sería el mejor regalo de cumpleaños de todos! Hablando de eso, Diana, falta muy poco para nuestro cumpleaños —Dijo David sonriente —¿Cuándo vas a volver, hermana? 

—Ni siquiera pasó una semana desde que me fui. —me reí —Y falta un mes para nuestro cumpleaños todavía... 

Y así pasaron los minutos, donde Alec se fue de la habitación para darme más privacidad y yo me quedé conversando con David durante mucho tiempo.

Sangue DolceWhere stories live. Discover now