Capítulo X (Ven aquí)

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P.O.V. Diana: 

Las cosas no empezaron tan bien, luego de la noticia que mi padre me dio, Alec y yo conversamos un poco acerca del tema. 

Él tiene razón, a veces existen personas que solo buscan lastimarte y hacer daño por naturaleza, y lo único que sé es que Alison la pagará caro. 

Hablé con mi hermano por teléfono, me comentó que confirmaron todo; Edwin abrió la boca pensando que era tan solo un comentario inocente y la rubia lo escuchó. 

Quisiera creer que todo quedará en un error y que se olvidará pronto, pero a veces no es así. 

—Hablé con tu padre, dijo que tratará de calmar las cosas, pero digamos que la bomba ya explotó —Alec se asomó por el marco de mi puerta —Mientras tanto, yo debo encargarme de algunas cosas aquí, en menos de dos horas estaré de vuelta...

Me levanté y lo miré suplicante, puedo defenderme sola en caso de que algo pase, pero me desconcertaba de que yo me quede sola cuando quiero estar con él. 

—Diana, yo también quiero estar contigo, pero créeme que necesito encargarme de algunos cabos sueltos —se acercó a mí y acarició mi rostro —Le mie caramelle... Hoy quisiera llevarte a cenar o cocinarte algo en casa, ¿Qué te parece? 

(Traducción "Le mie caramelle" al español: Mi caramelo)

Una sonrisa complacida apareció inconscientemente en mi rostro, creo que su chantaje para que deje de insistirle de ir estaba funcionando. 

—¿Acaso me estás invitando a una cita? —alcé una ceja —Moriría por verte cocinar...

Él se vio alegrado por mi respuesta y sus ojos brillaron emocionados. 

—Entonces también compraré todo para hoy, ¡Veras que te encantará! —se alejó de mí caminando animado —Tienes copias de las llaves de la casa en el escritorio, siéntete como en casa... No dudes en llamarme ante cualquier problema, ¿Está bien? 

—Está bien, ¡No tardes! —hice un gesto apenado. 

—Te lo prometo, no tardaré más de dos horas —asintió. 

Él se despidió de mí con una sonrisa, al parecer se emocionó por el plan de esta noche... Jamás lo vi tan alegre, ¿Qué le pasa a este hombre? 

Reí por su cambio de humor y lo miré por la ventana, subió al coche rápidamente y se fue sin desperdiciar ni un segundo. 

Tiene demasiados pendientes, lo entiendo, incluso cuando él conversaba con Adriano mientras estaba en el coche esperándolo para llegar a casa, el otro le decía que se lo necesitaba urgente en la "Casa roja". 

Según lo que él me explicó, la "Casa roja" era el lugar donde todos se reunían y la base central de todo.

Suspiré al sentir el silencio de este lugar, le faltaba un poco de emoción. Salí de mi habitación a recorrer un poco, había varias habitaciones que me faltaban mirar y empecé por la primera puerta que encontré. 

Al abrirla, era un estudio con bibliotecas y sillones, estaba lleno de libros y de papeles en algunos idiomas que no entendía. 

Me sorprendí con algunos libros, muchos tenían decenas de años que se notaban en sus hojas amarillas y gastadas. La mayoría eran de historia y de archivos históricos, decidí agarrar uno que se notaba muy antiguo. 

—No puede ser... —sonreí al abrirlo y encontrarme con miles de documentos falsos. 

Bueno... Al pasar los años, los vampiros vivimos a base de estos documentos falsos debido a nuestra eternidad, ningún humano recibiría un pasaporte o papel de algún vampiro que diga que nació hace más de trescientos años. 

Sangue DolceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora