My Evil |Leedo + Xion|

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"La felicidad y el amor  que tanto anhelaba la encontré en ti".

-¿En qué tanto piensas Kim?- Habló una voz.

-¿M-madre?- Dijo el menor volteando a ver por todas partes.

-Estoy aquí mi pequeño maléfico- Soltó una risa suave.

-P-pero..- Leedo no podía asimilar ni lo que estaba viendo y sucediendo.

-Tranquilo, solo es.. un pequeño secreto, el cuál beneficia a los dos- Una mujer alta, delgada, seria, gótica, vestida con un vestido negro y largo, adornado también con tonos morados en forma de llamas de fuego, con dos cuernos negros en la cabeza y de color negro salió detrás de un árbol y a paso lento se acercó a Leedo dedicándole una sonrisa encantadora. Era su madre.

-Mamá..-Leedo corrió a los brazos de su madre y la abrazo fuertemente. -P-pero cómo es posible?- La miró, la bella mujer sonrió de labios acariciando la cabeza de su hijo.

-Ya te lo dije, es un secretito- Soltó una risita.

-¿Porqué estás aquí?- Preguntó curioso el niño.

-Solo volví para despedirme de ti, no durará mucho tiempo la magia, ya no tengo fuerzas, éste es mi adiós mi niño- la mujer se agachó quedando cara a cara con el niño mientras le acariciaba la mejilla. -Vi que conociste a alguien- Leedo abrió sus ojitos de par en par.

-C-cómo?- Dijo tragando saliva.

-¿Cómo lo supe? Es sencillo, soy tu madre, Kim-

-Eso no tiene lógica- Puchereo Leedo.

-Qué vas a saber tú de lógica, pequeño maléfico- Rió dulcemente la madre.

-Se muchas cosas- Dijo orgulloso.

-Ah sí?- arqueo una ceja.

-Tengo tus cualidades, y tampoco pudo faltar tu inteligencia, madre- Sonrió ampliamente. La madre le pellizco las mejillas y sonrió.

-Mi pequeño maléfico es todo un inteligente-

-Ouch, madre, eso duele- Se quejó el niño.

-No te quejes, mejor cuéntame que tanto te agrada ese niño? ¿Es malo cómo tú?- Preguntó curiosa la madre.

-¿Dongju? Él no es cómo yo, él es todo un ángel, madre- Sonrió de labios. -Es muy bondadoso, y sabe querer muy bonito, es amigable, y te puede alegrar la vida con una simple sonrisa suya-

-Vaya, ese niño si que es una maravilla- Dijo sorprendida. -¿Qué te parece si le damos un pequeño regalo?- Sugirió la madre.

-¿Por qué?- Preguntó sin comprender a lo que se refería.

-Por alegrarle la vida a mi amado niño- Sonrió dulcemente mientras acariciaba la cabellera de su hijo.

-Dongju no lo aceptaría madre, conociéndolo, dirá que su mejor regalo soy yo-

-Ese ego que tienes Kim Leedo- Rió la madre.

-Ujum- Dijo sonriendo.

-Me alegra que hayas encontrado a tu felicidad, así podré irme en paz y cuidar de ti a lo lejos- sonrió dulcemente.

-¿Cómo hiciste para volver madre? ¿Podré volver a verte de nuevo?-

-Sólo estoy presente en tu corazón, y siempre lo estaré, no existe algo más maravilloso que el amor que vive en tu corazón.- Se levantó y volvió a su postura actual mirando a Leedo quién se veía realmente pequeño frente a su madre.