My Evil |Leedo + Xion|

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—¿Qué es chistoso?— Hwan lo miró arqueando una ceja.

—También estaban peleando por mí— Keonhee se echó a reír junto con los otros dos.

—Keonhee— habló Hwan.

—Diga, duende— respondió.

—No soy un duende! ¡soy un hada!— tintineo Hwan.

—Anda, que pasa— dijo Keonhee.

—¿Cuántos años tienes?— preguntó Hwan.

—Aparte de pequeño eres curioso— rió Keonhee.

—Él siempre fue así— dijo Leedo.

—Bueno, tengo nueve años ¿qué edad creías qué tendría?—

—Pareces más viejo— Leedo se rió a carcajadas al oír lo que dijo su amigo.

—Oye, creo que esa palabra no es la adecuada Hwan—

—Pero te reíste, eso tampoco es adecuado— dijo obviando su razón. —¿Cuál sería entonces?— preguntó Hwan arqueando una ceja.

—Creo que la correcta sería, te ves mayor de lo que aparentas— Keonhee  por su lado trataba de asimilar lo que le acababa de decir el pequeño Hwan.

—Oigan! Me ofenden— puchereo Keonhee.

—¿Qué?— dijeron ambos niño al uníso.

—Cómo pueden decir que me veo mayor de lo que aparento? Es cómo decirme feo— Leedo y Hwan intercambiaron miradas entre sí.

—Lo sentimos— dijo Leedo.

—No, lo siento yo— Hwan hizo una reverencia.

—Bueno ya, ni que fuera para tanto— respondió Keonhee.

—De acuerdo, creo que nosotros debemos irnos—

—¿Por qué? ¿A dónde? Yo quería ir a la aldea— dijo Keonhee.

—¿A la aldea? ¿Para qué o qué?— hablo Leedo.

—Quiero zanahorias o ¿acaso tú tienes?— Leedo negó con la cabeza. —Entonces ¿vienen conmigo?—

—Yo si quiero ir!— dijo Hwan empezando a dar saltitos.

—Creo que no es buena idea que yo valla— respondió Leedo.

—¿Que tiene?—

—El caso es qué, la última vez que Leedo fue a la aldea lo trataron muy mal— suspiró Hwan.

—Oh, entiendo, ¿entonces no vas?— Leedo negó.

—Hwanwoong, ¿me acompañas?— preguntó Keonhee.

—Uhm— Hwan miró a Leedo de reojo.

—Anda, ve con él, yo estaré bien Hwan— sonrió dulcemente y Hwan lo abrazó.

—Gracias— dijo antes de qué se fuera con Keonhee dando saltitos con su caminar.

—Adorable— dijo mientras sonreía tiernamente. 

—Leedo ¿que haces mirando en la nada?—

—¿Uh? ¿Dongju? ¿Qué haces aquí?—

—Muchas preguntas— dijo y soltó un suspiro.

—¿Estás bien?— se maldijo a si mismo al darse cuenta de que hizo otra pregunta.

—Tanto se nota?—

—Yo diría que sí, me contarás que pasa Dongie?— habló dulcemente.

—Papá..—

—Pasó algo con él?— se acercó al contario a paso lento.