◌᮫۪۪۪۪᳝۟6

62 15 2
                                    

El Rey se rindió y su ejército quedó derrotado, el páramo estaba a salvo otra vez.

—¡Leedo! Lo hiciste!— Hwan venía volando y cuando llegó hasta Leedo se convirtió en humano y lo abrazó cálidamente.

—¿Lo hice bien?—

—Lo hiciste excelente— sonrío dulcemente.

—Espero que luego de eso no intente conquistar el páramo de nuevo— hablo cansado.

—No lo hará y, sí lo vuelve a hacer no estarás solo— hablo seguro de sus palabras.

—Lo sé Hwan, se que no estaré sólo— sonrió de labios.

—¿Tienes hambre?— 

—Depende de lo que preparaste está vez—

—Qué tenía lo de la otra vez?— puchereo Hwan.

—Nada, sólo me dio malestar por una semana—

—Y por que no me lo dijiste!? ¿¡estabas fingiendo estar bien todo esté tiempo!?— Leedo asintió. —Aaaagsh!— Hwan estaba rojo otra vez y, enojado.

—Tómalo con calma amigo—

—¡Calmarme!— Leedo estaba por estallar a carcajadas. —Y ni se te ocurra reírte por cómo me veo ahora— el peli rubio se cruzó de brazos y Leedo se aguantó las ganas de reír.

—De acuerdo, lamento no habertelo dicho, no quería ser una molestia—

—Cuantas veces te he dicho que no eres una molestia para mi Leedo?—

—Unas mil quinientas y ocho mil setecientos cincuenta veces— Hwan se echó a reír. —Cambias tú humor mucho más rápido que yo— Leedo arqueo una ceja.

—Es tú culpa—

—Y ahora por que es culpa mía?—

—Pues por que sabes cómo hacer cambiar mi humor en un par de segundos—

—Uh, supongamos que si es cierto—

—Ya no estoy rojo y ya no te puedes reír de eso— Hwan le saco la lengua.

—Tonto.—

—¿¡Cómo me acabas de llamar!?—

—Tonto—

—Basta o t—

—Tonto— Leedo empezó a correr, no muy rápido.

—¡Ven aquí Kim!—

—Me recuerdas a mi madre cuando estaba enojada, ya veo por que te creo— 

—¿Cómo? ¿Por qué?—

—Para no echarla tanto de menos, para no sentirme solo pero, ¿por qué tardaste en aparecer?—

—Me puso un hechizo—

—¿Cuál?—

—Apenas tenías dos años cuando ella murió, le encargo a los animales del bosque para que te cuidarán, pero a mí, me creo cuando apenas tenías un año, eras tan pequeño y lindo, quien iba a pensar que ahora ya te podías hacer cargo de todo un páramo— lo miró y sonrió de labios. —El caso es que en ese entonces aún no podía convertirme en humano, aún era un simple hada que digamos, una normal, pero me puso un hechizo el cuál me haría dormir hasta que tú cumplieras cinco años, cumpliste los cinco, volví a nacer, pero con poderes más especiales, cómo el convertirme en humano y muchos otros.—

—Y a todo eso, ¿cómo lo sabes con detalle?—

—Es una buena pregunta— sonrío. —Es uno de los hechizos especiales de tú madre, me lo grabo todo en la mente— rió bajito.

My Evil |Leedo + Xion| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora