Capítulo 27: Misión en el planeta Tarsex (IV)

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- De eso nada – intervino Tomber -. Ese saiyan se viene con nosotros, necesito hacerle unas preguntas.

Lo más probable es que el objetivo de los saiyans fuese liberar el planeta del control tardaliano. Sin embargo, había una posibilidad de que sus planes fuesen muy diferentes... Tomber tenía que conseguir respuestas y asegurarse de que su misión no estaba comprometida. Se jugaba demasiado.

- ¡Ya tienes un prisionero, déjame desquitarme con este! - repuso Velimar mirando al saiyan inconsciente bajo su brazo.

- Ya te he dicho que no – zanjó el marshelita.

La intensidad de su mirada fue suficiente para calmar la ira de la brench. Indignada, desvió la vista y permaneció en silencio. Tomber se giró en dirección al saiyan de pelo rapado. El muchacho seguía observando a su grupo con gesto impasible.

Tiene los nervios de acero kacchin – pensó impresionado.

- Bueno muchacho, ¿cómo lo hacemos? ¿Vas a venir con nosotros por las buenas o por las malas? - preguntó el marshelita.

- Voy a derrotaros a todos – dijo el saiyan -. No puede terminar de otra forma. Tengo una promesa que cumplir.

- ¿Derrotarnos a todos? - dijo Marsink -. Esta claro que este chico no vive en nuestra realidad.

- Bueno, a ti ha estado a punto de vencerte – señaló Polver sonriendo.

- ¡Eran dos contra uno! - repuso el brench de tono grisáceo -. ¡En un combate justo no habría tenido nada que hacer!

- No existen los combates justos – dijo Polver -. Además, su nivel de poder es superior al tuyo.

- ¡Y al tuyo! - exclamó Marsink.

- ¡Parad ya! – dijo Tomber, cansado de la discusión -. Polver, sujétame esto.

El marshelita le lanzó al saiyan que llevaba bajo su brazo y se encaró de nuevo con el de pelo rapado.

- Me temo que tendrá que ser un combate rápido, tengo asuntos importantes de los que ocuparme – le dijo al saiyan -. Así que iré con todo desde el principio.

Tomber no le dio tiempo a reaccionar. Atacó a toda velocidad. Como un borrón, imperceptible, apareció frente al saiyan y le lanzó un potente puñetazo con su brazo inferior izquierdo en el abdomen. La fuerza del golpe hizo que el saiyan se doblase sobre si mismo. Sin embargo, no retrocedió y, para su sorpresa, agarró su brazo con la mano derecha para retenerlo.

- Soy como el agua – le susurró el saiyan -. El agua no siente dolor.

Acto seguido, lanzó un ataque con su brazo izquierdo al rostro de Tomber. Sus dedos índice y corazón estaban rígidos y el objetivo era su ojo derecho. El marshelita movió rápidamente su cabeza para esquivar el inesperado contraataque.

Debería haberse desmayado con el primer golpe – reflexionó impresionado -. La resistencia de estos saiyans no es una broma.

Sin embargo, por muy resistente que fuese el saiyan, sus niveles de poder estaban demasiado alejados para que sus técnicas fuesen efectivas. Aún así no debía confiarse. Rápidamente, apresó las dos manos del saiyan con sus brazos inferiores y, alzando los dos superiores, lanzó un fuerte golpe cruzado al cuello de su oponente. El saiyan se derrumbó en sus brazos. Tomber comprobó su pulso. La potencia del ataque había sido excesiva y, por un momento, temió haber acabado con el muchacho. Por suerte, aún respiraba.

- De acuerdo, asunto terminado – dijo Tomber colocando al saiyan bajo uno de sus brazos -. Volvamos a la base.

- Tomber, tienes una herida en la mejilla – dijo Polver con tono de sorpresa.

El marshelita levantó la mano superior derecha y se palpó la mejilla. La herida era superficial, si bien sangraba bastante. Era un corte limpio.

Que raro, estoy seguro de que lo había esquivado – reflexionó mientras observaba con curiosidad al saiyan inconsciente bajo su brazo -. Estos saiyan están llenos de sorpresas.

- Es solo un rasguño – dijo Tomber -. Volvamos a la base.

Los brench se prepararon para seguir a su líder.

- Un momento – dijo deteniéndose de improviso. Una extravagante idea se había formado en su mente -. Tú no vienes Velimar. Quiero que vayas en dirección a esas montañas y busques los cadáveres de los saiyans.

- ¿Los cadáveres? - preguntó Velimar con asombro -. ¡Solo deben quedar cenizas!

- Aún así, asegúrate de que están muertos – repuso el marshelita -. Esta misión es muy delicada y no podemos permitirnos cabos sueltos.

La brench observó a su líder con gesto dudoso. Finalmente, asintió conforme.

- Supongo que no vendrá mal echar un vistazo – dijo la brench.

- Infórmame si encuentras algo y si, por alguna remota posibilidad siguen con vida, tienes mi permiso para hacer con ellos lo que quieras.

Velimar esbozó una macabra sonrisa.

- Ojalá sigan vivos – dijo la brench poniéndose en marcha de inmediato.

Tomber la observó partir en silencio. La posibilidad de que esos saiyans siguiesen vivos era sin duda una quimera creada por su mente. Sin embargo, no perdía nada por asegurarse.

No perdamos más tiempo, aún debemos procesar muchos datos orbitales antes de finalizar nuestra misión – se dijo emprendiendo el vuelo en dirección a la base.

Dragon Ball: una historia de los saiyansTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang