Capítulo 26: Misión en el planeta Tarsex (III)

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- ¡Golpe de impacto! - gritó Auber.

El ataque golpeó de lleno en la desprotegida cabeza de Velimar. La brench se tambaleó durante un segundo y, soltando la presa sobre Umber, se precipitó inconsciente en dirección al suelo. Auber agarró a Umber del brazo, evitando que cayese junto a su enemigo.

- ¡Velimar! - gritó el brench llamado Marsink, sin poder creer que su amiga hubiese sido derrotada - ¡¿Pero qué demonios le has hecho?!

¡Justo a tiempo! – pensó Auber eufórico. Había acumulado su ki para realizar esa técnica desde el principio del combate y había estado esperando su oportunidad. Sabía que, se tenía éxito, podría decantar el combate a su favor.

- ¡Ese es nuestro capitán! - exclamó Tich. Tanto él como Ion tenían arrinconado a Marsink.

- ¡Este ya es nuestro! - gritó Prico llamando la atención del grupo.

Auber se giró para ver como le iba a Prico y Plum. Los dos saiyans habían conseguido apresar a Polver, sujetándolo cada uno de un brazo.

- ¡Maldita sea! - exclamó Polver mientras intentaba liberarse -. ¡Soltadme maníacos!

- ¡¿A qué esperas?! - le gritó Prico -. ¡Remátalo!

Auber no lo dudo. Soltó a Umber y comenzó a concentrar energía en sus manos. No creía tener el poder para acabar con alguien tan poderoso como Polver, pero al menos esperaba debilitarlo lo suficiente para dar una oportunidad a Prico y Plum.

Podemos ganar – pensó entusiasmado. Esperaba que Lych pudiese contener a Tomber hasta que acabasen con los brench. Entonces, los siete unidos tendrían alguna posibilidad de vencer.

Sin embargo, sus esperanzas no tardaron en hacerse añicos.

- ¡Cuidado Plum, su boca! - gritó Auber al percatarse del movimiento de su enemigo.

Fue demasiado tarde. Una potente detonación de energía salió disparada de la boca de Polver y, donde antes se encontraba la cabeza de Plum, apareció un hueco calcinado.

- ¡Maldición! - exclamó Prico, observando como lo que quedaba del cuerpo de su compañero se precipitaba en dirección al suelo.

- ¡Sois unos novatos! - exclamó Polver agarrando a Prico del cuello -. Nunca se debe dejar de observar al enemigo.

Prico comenzó a retorcerse, intentando liberarse de la presa del brench.

- ¡Muere maldito! - gritó Auber lanzando su detonación de energía en dirección a Polver.

Alertado por su grito, el brench interpuso el cuerpo de Prico como escudo. Sin embargo, cuando la detonación estaba a punto de hacer contacto, el disparo se desvió trazando una circunferencia sobre la cabeza de Prico y golpeando a Polver en la espalda.

- ¡Demonios! - exclamó el brench, sorprendido por el cambio de trayectoria del ataque.

El impacto no fue suficiente para dañar de gravedad a Polver, pero si para que se tambalease. Auber no perdió la oportunidad y, abalanzándose sobre su enemigo, le golpeó en la cara con el puño derecho. La fuerza del golpe lanzó al brench varios metros hacía atrás y consiguió liberar a Prico de su presa.

- Gracias... - murmuró Prico mientras recuperaba el aliento.

- No te distraigas Prico, entre los dos podemos acabar con él y vengar a Plum – dijo Auber.

- Eres muy bueno muchacho – le felicitó Polver, ya recuperado del golpe -. Un ataque de control de ki con tu edad, sin duda has entrenado mucho. Eso lo respeto.

- Lanzar un ataque de ki desde la boca tampoco debe ser fácil – respondió Auber, devolviendo el cumplido. Quería ganar tiempo para que Prico se recuperase. Había perdido demasiada energía con el último ataque de ki y necesitaba de toda la ayuda posible si querían derrotar a Polver. Su rastreador le indicaba que, aunque el brench había recibido daño, apenas habían menguado sus fuerzas.

- ¡Aún no has visto nada maldito! - gritó Prico, ya recuperado -. ¡Ahora experimentarás la desesperación de luchar contra los saiyans!

El brench sonrió confiado ante la bravata.

- Hablas demasiado monito – respondió Polver -. Sin embargo, no tenéis ni idea de donde os habéis metido. Estabais muertos desde el mismo momento en el que vuestras naves entraron en la atmósfera.

- Eso no es lo que ven mis ojos – repuso Prico -. Os superamos en número y tu amigo está medio muerto deberías...

- ¡Prico debemos irnos! – gritó Auber aterrorizado -. ¡Tich, Ion, coged a Umber y volad al sur! ¡Ahora!

- ¡¿Pero qué demonios dices?! - le preguntó Prico -. Pero si ya los tene...

Las palabras murieron en los labios de Prico.

- No puede ser... - murmuró el saiyan.

Elevándose desde el suelo había aparecido la silueta de Tomber. El marshelita apenas tenía signos de haber sufrido daños y, en su brazo inferior izquierdo, llevaba a Lych. Lo tenía agarrado por la cola, balanceándose inerte mientras Tomber ascendía.

- ¡Ion, Tich, moveos! - gritó Auber -. ¡Tenemos que salir de aquí! ¡Ya!



Fuerzas de la Facción Cooler:

- Polver: 3.170

- Marsink: 3.310

- Velimar: 3.950

- Tomber: 12.130

Dragon Ball: una historia de los saiyansOù les histoires vivent. Découvrez maintenant