Verdugo ᴾʸʳᵃᵐⁱᵈ ʰᵉᵃᵈ

18. Chung-hee Kim

La Iglesia Madre Sagrada no era nada de otro mundo, tan solo una iglesia no cristiana que seguían la voluntad de su Dios, quiénes siempre ayudan a la comunidad y organizan eventos para recaudar dinero, como este bingo del que estaba participando para conseguir ese par de aretes con sándwiches colgando de ellos, artesanales y preciosos, planeaba ganarlos y regalárselos a Clare, a esa mujer le encanta la comida y estaba seguro que le iban a encantar esos aretes, y planeaba ganarlos a toda costa...

— ¡TENGO BINGO PERRAS! —exclama eufórico luego de que dijeran el número que le faltaba—Mi precioso ya estás bajo mi poder.

Imitar voces no se le daba muy bien, su voz se desafinaba al instante, en momentos como estos le gustaría tener la misma capacidad bucal que Patrick, él si que sabía imitar a la perfección voces y cantar, aunque eso es lo unico que sabe hacer; al tener los aretes en su poder tuvo que ponerse a las pilas ya que tenía aún cosas que hacer, cosas más importantes como para distraerse en banalidades tales como esa, tenía que buscar a sus amigos.

Pregunto a varias personas del lugar acerca del tal Albert que le había hablado aquel tipo del hospital.
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Un hombre joven le dijo que lo buscará dentro de la iglesia, en el altar, dijo que lo iba a reconocer por lo alto que era, además de que tenía un porte aristocrático, sea lo que sea eso, en otras palabras tenía que buscar a un hombre alto que parezca muy autoritario, y su búsqueda termino mas rapido de lo que esperaba, porque apenas entro lo vio parado al cerca del altar, observando un extraño y perturbador mural que parecía representar el infierno.

—Nunca antes había visto un mural como este en una Iglesia—comenta acercándose al hombre, sin quitarle la lirada al perturbador mural— ¿Que es lo que representa?

—Lo que nos depara la vida después de la muerte—espeta firme, sorprendiendo al joven por su respuesta—segun nuestra lider, esto nos espera a todos al final, no importa lo que hagamos, eso no cambiará nuestro destino.

—Wow—murmulla en medio de su trance—ósea, ¿Hagamos lo que hagamos acabaremos en ese lugar?

—Exacto—dice sereno—creo que al saber wue nos depara este final tan crudo, nos hace valorar todavía más nuestras vidas, vivimos mejor la vida y procuramos que los demás lo pasen igual.

Solo emite un tenue "mhm" en respuesta, aún vacilando acerca de lo contado, nunca antes había conocido una religión de este tipo con personas tan educadas, normalmente si las personas supiera que eso los espera se volverían salvajes no pacíficos como ellos, lo cuál era bastante extraño en verdad.

Aún así no es momento para distraerse con la doctrina de este culto, tenía que buscar a sus amigos.

—Disculpe, ¿De casualidad lo a visto a estos tres? —dice a la par que saca una fotografía de él y sus amigos.

—Los conozco... ¿Son amigos tuyos? —asiente en respuesta, aquel hombre se mostraba extraño—Segun tengo entendido, planean irse de aquí por el mismo lugar por el que llegaron.

—Uy, sera mejor que me apresu...—sus palabras quedaron flotando en el aire al cruzarse en su campo de visión una bella joven que lo cautivo de inmediato—Bendita Elena de Troya la que me deslumbra con su presencia.

— ¿Disculpa?

—Nunca antes eh visto chica más linda en mis veintitrés años—confiesa sin despegar la mirada de la joven, que lentamente se acercaba hasta ellos— ¿Cuantos años tiene? Se ve joven.

—Veintinueve—responde fríamente—sera mejor que no intentes relacionarte con ella, se puede decir que no es alguien de fiar.

No tuvo tiempo de hablar cuando aquella mujer ya había llegado junto a ellos, su mirada era analítica, aún así su rostro y postura eran relajadas, unas vendas cubriendo su cuello captaron su atención al instante, ¿Que le habrá pasado? Se pregunto sabiendo que está pregunta no sería respondida—No esperaba que tuviéramos visitas, ¿Quién es él, Albert? —la joven no paraba de analizarlo como la mirada, sentía como si estuviera buscando algún defecto en él, eso lo extraño muchísimo—Eh de suponer que no eres de por aquí.