2. El hombre pálido

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En momentos como estos se cuestionaba por que había aceptado la idea de Kim de venir a este pueblo de mala muerte, este lugar no se parecia en nada a las fotos que había visto, google era un jodido estafador, ¿En donde estaban esos paisajes coloridos tan llenos de vida? En lugar de eso, todo se veía oscuro y sin nada de vida, parecía abandonado, apenas si podia ver a causa de la neblina, e incluso estaba, ¿Nevando o era ceniza? No, era nieve lo que caía, pero si apenas estaban en junio, en pleno verano como para que nevara.

Al menos no parecía ser el único que se arrepentia de seguir las recomendaciones del asiático, tenía planeado golpearlo una vez que lo viera, por ahora, su deber era encontrar a alguna persona que los pudiera ayudar, aunque duda que así fuera. Todo se veia relativamente tranquilo lo que lo hacía poner cada vez más nervioso, a diferencia suya y de Dan, Clare parecía ser la única que se encontraba verdaderamente relajada. Según sus propias palabras, pasear por ese pueblo fantasmal se sentia como estar en una película de terror de esas que tanto le gustaban. Y no podía objetar nada ante ello, en las peliculas de terror siempre te muestran pueblos similares a este, bueno, no tan similares, como en ese filme, Los extraños, era un parque de remolques en el que los unicos presentes son los protagonistas y claro, los asesinos enmascarados, recordar esa película le hacia preguntarse de donde saldrían los asesinos enmascarados que habitan este pueblo. Mientras que no fuera gente como en la Masacre de Texas, todo estaría mas que perfecto.

Caminaron sin rumbo por mas de media hora y a cada minuto que pasaban en ese lugar, su terror por el mismo aumentaba en consecuencia. Extraños y misteriosos ruidos se oían por todas partes, eran como gruñidos y reñidos agonizantes. Dan y Patty querían largarse lo mas pronto posible de ese lugar, pero la rubia se negaba en regresar, repitiendo en multiples ocasiones que nesesitaban buscar ayuda, pero no paso mucho para que ella tambien se arrepienta de estar allí cuando un grito desgarrador escucharon a la lejanía, haciéndolos sobresaltar de la impresión y temblar como si fueran gelatinas—Bien, prefiero irme antes de que esta experiencia aterradora se vuelva todavía más aterradora—dijo apenas, regresando sobre sus pasos, siendo seguida por sus acompañantes—tenias razón, Patty, nunca debimos entrar a este pueblo fantasma.

— ¿Cuando no tengo la razón? Yo siempre tengo la razon en todo—escupio, aunque parecía molesto, estaba aliviado de poder salir de ese maldito pueblo de una buena vez.

Regresaron sobre sus pasos, pero, por mas que lo intentaran, no lograban salir del pueblo de Silent hill, se sentían atrapados en una especie de laberinto infernal, un laberinto el cuál no parecía tener un jodido fin. Caminarán lo que caminarán, siempre regresaban al mismo sitio en donde decidieron dar la vuelta, el pequeño cafe cerca del centro de la ciudad, las causaba una gran inseguridad cada que pasaban por ese lugar, temiendo que algo saliera de allí, pero, ¿Qué es ese algo? El miedo y la inseguridad que los invadía no era más que un producto de su imaginación, que se siente aterrada de encontrarse en un terreno que se le es por completo desconocido. Un rugido grotesco se rió a sus espaldas, creyeron que se trataba de algun animal, pero algo les decia que estaban equivocados. Era una persona, ó, eso fue lo que pensaron por la forma humanoide que este ser poseía. Su apariencia era retorcida, un ser que parecía haber sido traído del maldito infierno, no había palabras para describirlo, tampoco tenían tiempo como para quedarse allí esperando a ver que pasaba, sus piernas se movieron  de forma mecánica, huyendo de allí. Corrían sin parar, debían alejarse lo mas que puedan de aquél ser, no era nesesario girar la cabeza, como para saber que aquella criatura les seguía el paso. No pararon hasta que lograron llegar a la escuela del pueblo en donde se pudieron esconder en uno de los tantos salones, pudiendo respirar en paz.

-— ¡¿Que mierda era esa cosa?! —susurra a los gritos, estaba aterrada, no podían culparla, todos estaban igual.

—No lo se—dijo sereno, Dan, intentando ser el pilar del grupo para mantenerlo en pie—, pero no entremos en pánico.

— ¿Como no quieres que entremos en pánico si el jodido hombre pálido del Laberinto del fauno nos quiere matar? —exclamo horrorizado, sintiendo un escalofrío, aquél ser infernal le recordaba a esa criatura ciega de aquella película, un monstruo que habia sido el dueño de sus peores pesadillas, y ahora se habia vuelto realidad. Esto es una mierda. ¿Y si habían mas criaturas como esa? La sola idea lo hacía retorcerse aterrado. Y ahora, debían de enfrentarse a ellas o de otra manera nunca saldrían de este lugar, ó, en el peor de los casos la muerte pronto estaría tocando la puerta—Debemos enfrentarnos a esa cosa.

Clare ahogo un grito— ¡¿Estas loco de remate o que?! —exclama temerosa— ¿Eres Jovovich? ¡Porqué de otra manera veo imposible que podamos sobrevivir a esas cosas sin perder la vida en el proceso!

— ¿Se te ocurre alguna mejor idea que tener que esperar a morir? —inquirio irritado. Clare guarda silencio y resentida apoya a la idea al igual que Daniel.

Sus recuerdos luego de eso eran borrosos y distorsionados, mezclados con otras memorias todo se volvia tan confuso. Debía dejar a su mente descansar, la habia forzado demaciado, además, no podía pasarse todo el tiempo sumido en los recuerdos del pasado, y si, habla de esto como si hubiera sido hace tanro porque aun no era consciente de cuanto tiempo había pasado de aquel tiempo al ahora en donde estaba como el prisionero de quien sabe quien, lo que le hacia pensar de quien se trataba su captor.

Tenia un leve recuerdo que al salir de la escuela (en esta ocasion armados con simples fierros y tubos), no corrieron, tan solo caminaron con sigilo, alertas a cualquier posible amenaza. Se sentía como esos críos que en las películas por mas que se armen de armas para defenderse, de todas maneras los zombies entrarían al centro comercial a comerlos. Joder. Odiaba encontrarle a esta situación semejanzas con las películas que tanto le gustaban, como ahora con el amanecer de los muertos. Continuaron caminando hasta que se toparon por primera vez en tanto tiempo a una persona, era una mujer quien asustado huye de ellos y entra en un convento, justo a tiempo cuando el sol se mete y la oscuridad se apoderó del pueblo, ellos supieron en ese instante que nada bueno sucedería con la llegada de la noche. El único problema fue que cuando entraron al convento fueran tomados como prisioneros por los que allí se encontraban—Mhg, ahora todo tiene sentido—murmura, aun que eso lo hacía llenar su cabeza de preguntas sobre el posible paradero de sus amigos.

Verdugo ᴾʸʳᵃᵐⁱᵈ ʰᵉᵃᵈWhere stories live. Discover now