CAPITULO DIECIOCHO

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Apenas llegaron al pueblo, fueron a la casa de Taehyung ya que los padres de Namjoon aún no estaban despiertos y no querían molestarlos.

El pueblo estaba completamente en silencio cuando llegaron, esperaron a que las personas salieran de sus casas para comenzar a interrogarlos, Jeon, Min y el doctor Kim salieron a las calles, vieron exactamente todo lo que habían visto el día anterior, niños con bolsas de compras y personas mayores acompañados de jóvenes.

— Bien, comencemos, no creo que sea muy difícil.—comentó Namjoon.

— Creo que no, separémonos para preguntar a más personas.— indicó Yoongi y todos asintieron para luego cada uno tomar un camino diferente.

Los tres hombres llevaban un arma en la parte de atrás de sus pantalones y un cuchillo en la bota, justo como Taehyung ordenó, solo por seguridad les había dicho.

Pasaron las horas y nada, ninguna información, las personas con las cuales hablaron transmitían miedo en su mirada, solo querían saber el porqué de ese miedo pero por más que preguntaban no obtenían respuestas.

¿Los tenían amenazados? No lo sabían, pero pronto lo harían.

Al caer la noche y no había ninguna persona por las calles, Jungkook, Yoongi y Namjoon, trasladaron las armas hasta la casa de los padres de Namjoon.

— Señor, le agradezco que cuide las armas, descanse.— se despidió Jungkook para luego salir de la casa y dirigirse, junto con Yoongi, a la casa de Kim.

En el camino, no había nada malo o algo que peligre contra su vida, pero lo que les llamó la atención fue un pequeño niño, que estaba en la ventada de su casa y parecía haber llorado, este agarró un lápiz y arrancó un trozo de papel de algo que tenía cerca y comenzó a escribir. Jungkook y Yoongi esperaron a ver qué hacía ese niño y vieron cómo arrugaba el papel en forma de bolita y lo lanzaba hacia ellos, en el mismo momento en el que el niño era arrastrado hasta ya no dejarse ver a través de la ventana.

Jungkook caminó hasta llegar a donde estaba el papel tirado y lo recogió.—¿Qué dice?—preguntó Yoongi a sus espaldas.

—Dice… "Sálvanos".—dijo mirando el papel— Yoongi, creo que mañana debemos entrar a cada casa.

—Te iba a proponer lo mismo, pero ¿te parece si vamos a la casa? Se está haciendo tarde.

Este par de amigos llegaron a la casa de Kim y se durmieron en la sala de la casa no querían que Taehyung se moleste con ellos, por dejar todo desordenado. 

Jungkook no podía dormir, estaba pensando en lo que podría pasar si se desata una guerra ¿Los norcoreanos quieren más territorio? ¿Por qué no se conforman y todos son felices? Sin muertes de por medio. 

¿Y si él muere? 

¿Y si Taehyung muere?

No se habían amado lo suficiente para morir, solo hace siete meses se conocieron, eso no es mucho tiempo. Él quiere cumplir sus planes de vivir con Taehyung, de ser feliz a lado de la persona al cual tanto ama, no podían morir. Si Jungkook muere, Taehyung sufre y si Taehyung muere, Jungkook sufre, no hay muchas opciones pero Jeon quería ser positivo en ese aspecto así que se fue por la opción en la cual ambos están vivos.

¿Pero y si no pasaba eso?

Con esa pregunta en mente se levantó del sofá en el que estaba y fue hasta una mesa, había visto papeles en una habitación así que fue a traerlos todos, y en menos de diez minutos, Jeon ya se encontraba sentado en la mesa, tratando de escribir una carta ¿de despedida? Si, exactamente de despedida, Jungkook esperaba que esta carta nunca sea entregada, que la haya escrito en vano, no le tenía miedo a la muerte pero no quería morir ahora que había aprendido que el amor no es una pérdida de tiempo, bueno, no mucho, Taehyung se lo había demostrado, es increible como Taehyung había cambiado en mecanismo de su mente, le hizo cambiar el concepto que tenía sobre el amor, ahora le encantaba dibujar el rostro de su amado en trozos de papel, antes odiaba que le saquen fotografías sin que le digan pero ahora ama que Taehyung lo haga. 

Carta de Jeon《Taekook》Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz