Capítulo XXXIV: La diosa de la oscuridad

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La tension se siente en el aire. Por un momento se escucha solamente los gruñidos de las criaturas oscuras. Las serpientes habían desaparecido con una blandida de la espada del rey Bastean. Emuneth le mira con odio puro, pero el rey ni siquiera le presta atención. Ellos no hacen ningún movimiento por el momento, pero en cualquier segundo un nuevo ataque por parte de la diosa de la oscuridad puede llegar. Scarlett respira agitadamente al igual que nosotros. La rubia había intentado desesperadamente avanzar hacia el ejercito de snubed, intentando en vano rescatar a su madre, pero sus intentos habían sido en vano. El rey se acerca a mi y hace un leve asentimiento con su cabeza, casi inexistente. Un sonido extraño llega a mis oídos, el sonido de una horda de gritos y pisadas fuertes. Mis ojos se abren cuando veo una gran cantidad de ogros dirigirse hacia nosotros, todos con armaduras de la gran casa Collingwood, dirigidos por dos muy conocidos personajes, una sonrisa involuntaria se apodero de mis labios. En cuestión de segundos, los únicos cuatro guerreros hasta ahora, nos encontramos rodeados de un centenar de ogros y duendes. Además de algunos otros humanos con la armadura de la nación del sol. Ahora esta guerra no parece tan dispareja, sin embargo no hay nadie que le pudiese hacer frente a la mujer oscura. 

—Rey Bastean, usted y Scarlett pueden hacerle frente a la mujer que los controla, son nuestra mejor opción. Nosotros vamos a despejar su camino.  —le digo, el asiente levemente y mira a la única mujer entre nosotros. 

— Por la princesa de las estaciones! —grita Tincus y una horda de gritos se escucha detrás de el, todos corren a atacar a los snubeds. La mujer levanta sus manos de nuevo; Esta vez un liquido viscoso comienza a correr hacia nostros de color negro. Unas figuras humanoides se comienzan a formar; Una enorme cantidad de snubeds se materializan ante nostros, quizás triplicando la cantidad anterior de enemigos. La lucha comienza entonces; Una enorme cantidad de enemigos se abalanzan hacia mi, gracias a la ayuda de Phaos, mi espada es ahora mas efectiva y con un movimiento puedo derrotar a tres de ellos. Veo el cielo donde se vislumbra la figura de Phaos alejándose del castillo. Siento como si un peso se me quitara de encima: hicimos el tiempo suficiente para que los príncipes huyeran a salvo. Ahora mi concentración puede estar plenamente en la batalla. Veo como Bastean junto a Scarlet comienzan a correr hacia la mujer misteriosa. 

—¡Escuchen todos! Nuestra misión es despejar el camino para el rey y la princesa. —digo. cinco ogros se colocan en formación , cubriendo a ambos y derrotando a cualquiera que se acercara. 

Finalmente ambos pueden llegar hacia donde se encuentra la mujer, Emuneth saca su espada dispuesto a pelear contra Bastean, corro hacia ellos, evitando que le toque y mi espada choca con la suya.

—Esta si sera una batalla justa, tu espada maldita, contra mi espada bendecida. —le digo. 

El hombre solo me dedica una sonrisa perversa y da una vuelta rápida para alejarse de mi. Yo corro nuevamente hacia el, el sonido de nuestras espadas suena frenéticamente. Mientras Bastean lanza un rayo de luz hacia la mujer, quien finalmente se levanta y con un movimiento elegante evade el ataque, sus manos comienzan a contener varias pequeñas bolas de oscuridad que se condensan en una, la cual es lanzada hacia ellos, a duras penas pueden esquivarla, la bola de luz choca con una de las paredes del castillo, destruyéndola al instante, la pared ni siquiera queda en escombros, es completamente derretida. Scarlett ahora recita un hechizo y de la tierra salen dos gruesos látigos de luz que atan a la mujer con sus dos manos, a tiempo para que el rey lance un nuevo rayo de luz que está vez atraviesa el pecho de la mujer, pero ella no sangra, tampoco se queja, al contrario, unos halos de luz morada comienzan a serpentear por su cuerpo hasta llegar a la herida, sanando por completo su cuerpo. Ella se suelta de las ataduras de Scarlett y su cuerpo se eleva en el aire, alza sus manos y una bola de oscuridad comienza a cubrir su cuerpo por completo, la cúpula de oscuridad es enorme y se puede ver casi cubriendo el sol. La bola de oscuridad se dispersa y la mujer desaparece, mis ojos se abren al ver lo que descubre la gran bola de oscuridad; un dragón enorme color negro sobrevuela sobre nosotros y sobre su cabeza está la mujer sentada de piernas cruzadas con los ojos cerrados y ambas manos juntas.

La Princesa del Reino PerdidoWhere stories live. Discover now