Capítulo XX: La cazarrecompensas Azul

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Yo suelto un gemido de sorpresa al escucharla, mis manos tiemblan al entender sus palabras ¿Fantasmas? No sé si creer en eso, siempre usé a los fantasmas para hacer que George fuese temprano a la cama amenazando con los fantasmas que roban niños después de las diez, pero nunca me detuve a pensar en su existencia, más sin embargo tampoco creía que los dragones eran reales y ahora mi mejor amigo es un dragón, así que ya nada me sorprende realmente. Scarlett parce realmente asustada y no es para menos; el lugar es terrorífico.

-¿Es enserio Scarlett? -le pregunto con temor, ella asiente con la cabeza.

-He escuchado historias, dicen que era un pueblo de maderistas, pero de un momento a otro el pueblo fue abandonado, nadie sabe lo que paso, pero todos dicen que los fantasmas terminaron ahuyentando a los habitantes. -susurra Scarlett con total seriedad.

-Revisemos el pueblo. -le digo, ella me mira como si me estuviese saliendo otra cabeza.

-¡Estás loca! ¡Es un pueblo embrujado! -chilla con indignación, yo le sonrió con sorna.

-¿Acaso la gran Scarlett tiene miedo? -le digo, ella abre su boca sorprendida.

-¡No trates de hacerme cambiar de opinión! Bajo ninguna circunstancia entrare a este pueblo raro. -dice ella cruzando sus brazos, yo sonrío y me alejo de ella.

-Está bien... supongo que tendrás que quedarte aquí sola, esperando a que regrese. -digo con una sonrisa mientras me alejo, ella me mira indecisa.

-¡Eres de lo peor Eliana! -dice mientras corre para entrelazar nuestros brazos. Ella me mira con molestia y yo le doy una sonrisa.

Caminamos en silencio por las calles, yo puedo ver una casa sin puerta, al acercarme me doy cuenta que la puerta esta partida a la mitad tirada en el suelo, Scarlett también mira la puerta con detenimiento.

-No creo que sean fantasmas los que hayan ahuyentado a estas personas, algo realmente malo debió pasar aquí. -le digo, ella asiente.

Entramos en la casa, los pocos muebles de la casa yacen desparramados desordenadamente y algunos rotos, los vidrios cubren el suelo y algunos tablones de las escaleras al segundo piso lucen quemados. Trago en seco mientras me dirijo hacia las escaleras, pero al pisar el primer tablón, este se rompe haciendo que mi pierna quede metida en un hoyo lleno de astillas. Scarlett me suelta de la mano y se acerca a tomar mi pierna para ayudarme a salir de allí, pero suelto un leve gemido cuando lo intenta y las astillas arañan la piel de mi pierna, veo como las gotas de sangre comienzan a surcar mi pierna.

-Lo siento mucho. -gime apenada.

-No es tu culpa. Tenemos que sacarla rápido, así será un único dolor. - digo, ella asiente con los ojos temerosos, mientras traga en seco. Yo asiento y tanto ella como yo jalamos hacia arriba, suelto un grito fuerte cuando siento como las astillas rompen la piel de mi pierna. Me siento en el suelo con dolor, gimiendo con dificultad. Las heridas son un poco profundas y la sangre es escandalosa, ya que comienzo a sangrar profundamente manchando el piso. Scarlett se acerca a mí y saca de su bolsa una venda blanca y un pañuelo gris.

-Iré a buscar un poco de agua, quédate aquí. -me dice ella, yo asiento con los ojos cerrados, puedo escuchar sus pasos moverse por la casa y después su correteo por las calles. El ardor es cada vez más fuerte y comienzo a sentirme mareada. Lentamente siento como la inconsciencia cada vez está más cerca.

-No te duermas. -escucho una voz, no estoy segura si se trata de Scarlett, pero siento unas frías manos golpear levemente mi mejilla, abro mis ojos con dificultad, todo parece borroso, pero puedo enfocar a una persona frente a mí, efectivamente no se trata de Scarlett, esta persona tiene el cabello negro, pero su rostro es borroso. Siento las manos de la persona en mi pierna, quiero alejarme, pero mi cuerpo no me responde, siento un paño mojado pasar por mis heridas, el ardor me hace gemir.

La Princesa del Reino PerdidoOnde histórias criam vida. Descubra agora