01.

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Ambos eran nuevos empezando un nuevo año, nueva escuela y un intento de nueva vida, aunque a ninguno le emocionaba demasiado.

Con uno de catorce años y otro de casi dieciséis por haber repetido un año, la diferencia de edad parecía reforzada por su apariencia física. Siendo el menor más bajito y con apariencia más esponjosa, mientras el mayor era mucho más delgado y alto.

El más alto miro con desinterés el pasillo vacío y con un poco más de atención al chico parado a un metro de él.

Abultadas mejillas, cabello negro y mirada enterrada en el lustroso suelo de la escuela.

Ambos esperaban a que el director llegará para presentarlos a sus nuevos compañeros, llevaban haciendo eso desde hacía unos quince minutos, en los cuales no habían dicho una sola palabra al otro.

Cristian Romero no era famoso por ser sociable y menos por dar el primer paso en una conversación, pero al ver que su compañero tampoco avanzaría, decidió hacerlo él.

—Hola —comenzó, extendió una mano al chico quien cambio su mirada del suelo hacia esta, sacando con lentitud su mano del bolsillo, tomándola sin hacer fuerza—. Soy Cristian Romero —se presentó, estrechando la adorable pequeña mano del otro.

El chico solo alzó el rostro, lo miro y estiró un poco sus labios en una sonrisa casi penosa, pero que dejó ver un lindo eye smile que enmarcó sus aún más lindos ojitos.

—¿Cómo te llamas? —pregunto Cristian al ver que el chico no había respondido.

¿Es qué era muy tímido para hablar?

El chico abrió la boca un poco pero no dijo nada, soltó la mano de Cristian bruscamente para llevársela en su cabeza y acomodar sus cabellos de forma nerviosa.

Luego para su confusión, el cacheton alzó la mano, hizo un gesto con su mano y luego comenzo a alzar sus deditos, siempre volviendo a hacer un puño antes de hacer el próximo gesto.

Cristian no entendió que hacía pero solo pudo mirar lo suave y algo rellena manito de su compañero.

En cuanto término, el chico dejó caer su mano al costado de su cuerpo, mirando al otro con las mejillas algo ruborizadas.

—¿Qué? —pregunto Cristian y el otro chico suspiro pesadamente.

—Bienvenidos chicos —una voz amable los hizo mirar al hombre de traje y sonrisa que se acercó a ellos—. Lamento hacerlos esperar tanto tiempo —miro a los dos de forma paternal—. Soy el director Lionel Messi, sé de ustedes pero refresquenme la memoria -miro a Cristian—. ¿Tu nombre?

—Cristian Romero —respondió sin ganas.

—Oh, sí... De Córdoba, sí ya recuerdo —le sonrió y miro al cacheton a su lado—. Y vos sos Son Heungmin, de vos sí me acuerdo —sonrió con ternura—. Bien, ¿Listos muchachos? —colocó una mano en un hombro cada uno, aunque solo por un segundo para tocar la puerta del salón y entrar sin esperar respuesta.

La clase hizo silencio para ver con ojos curiosos a los dos nuevos alumnos.

El director saludo a la profesora para luego mirar a los alumnos.

—Chicos, chicas... Les traigo dos nuevos compañeros —apoyo una mano en el hombro del mayor—. Él es Cristian Romero, viene desde Córdoba, es un poco más grande que ustedes pero no lo traten como un viejo, van a ver que es tan joven como ustedes.

Esa presentación ridícula hizo que Cristian rodará los ojos.

El director soltó su hombro para centrar a los demás en el cacheton a su otro lado.

—Él es Son Heungmin —dijo—, viene desde Corea del Sur y quiero que todos lo traten muy bien, cualquier cosa que le lleguen a hacer, se las verán conmigo y mi oficina —su rostro se había puesto serio con esas palabras—. Heungmin es mudo.

¡!

Boludoo, mi perfil es puro Cutison y me era raro tener algo sobre otra parejita, re rara la amiga... En fin, anoche decidí eliminar Mute en Juli y Enzo para ponerlo al Cutison.

Una disculpa.

No tengan miedo de comentar gente, no muerdo.

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