capítulo catorce.

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En verdad que la temperatura había descendido notablemente. Hacía mucho frío. Muy poca gente se encontraba deambulando por allí. Ambos para su suerte estaban bien abrigados. Iván llevaba su gorro color negro y Rodrigo un par de guantes azules.

Cruzaron la calle y comenzaron a atravesar la plaza pero Rodri se detuvo. Iván también se detuvo y lo observó atentamente. El día había oscurecido por completo. Los faroles estaban encendidos creando una aureola luminosa alrededor de ellos a causa de la suave neblina.

Rodrigo miraba al cielo completamente negro y veía caer los diminutos copos de nieve.

-"Las noches de Buenos Aires son hermosas ¿No crees Iván?"-

-"Sí"- respondió. Aunque él no estuviera apreciando la belleza de la noche precisamente.

-"Contame ¿Cuál es tu estación favorita del año?"- dijo ahora mirándolo con una sonrisa dibujada en esos lindos labios.

Iván lo meditó unos momentos. En realidad las estaciones del año le daban igual. Él vivía encerrado en su casa todo el año debido a su estúpida fobia. Lo único que cambiaba era la ropa que debía usar para asistir a sus terapias o a los almuerzos familiares. Pero conoció a Rodrigo en otoño, razón suficiente para que esa fuera su estación favorita.

-"Otoño"- respondió sencillo.

-"La mía también, sabés por qué?"- sonrió aún más.

-"No"- respondió Iván sonriendo también.

Entonces el castaño señaló las hojas esparcidas en el suelo, alrededor de los árboles -"Siempre desde que era chico me gustó jugar con las hojas secas"- dijo caminando sobre el césped y las hojas en el suelo mientras hacía una seña a Iván para que se acercara a él.

-"Éstas están algo húmedas y por eso no hacen tanto ruido al pisarlas, pero es una de mis cosas favoritas, ya sé que suena medio estúpido, pero es la verdad"-

Carre miró hacia todos lados, tratando de estar seguro que nadie los observaba y sacudió el árbol con fuerza haciendo que muchas de sus hojas secas se desprendieran y cayeran lentamente junto con la suave nevada. Amontonándose a sus pies. Se agachó y tomó varias de las hojas recién caídas y se las arrojó a Iván. El pelinegro se cubrió rápidamente. Rodri rió un poco.

-"Tranqui, no te van a lastimar"- Iván dejó de cubrirse con sus brazos y notó como las hojas caían sobre él de manera totalmente inofensiva.

-"Yo nunca te lastimaría"- dijo ahora en un tono más serio. Iván tragó saliva y decidió seguir el juego. Después de todo, estaba compartiendo una de sus cosas favoritas con él y eso lo hacía sentir especial.

Tomó una gran cantidad de hojas del piso y se las aventó a Rodrigo. Rodrigo hizo lo mismo. Y así en cuestión de segundos habían comenzado una especie de guerra de hojas.

Ambos comenzaban a respirar agitados por el cansancio pero no borraban las sonrisas de sus rostros, dejando escapar risas divertidas. Iván se estaba divirtiendo como nunca antes pero dio un mal paso, tropezando con una roca y cayendo encima de Rodrigo.

El castaño quedó tendido sobre un suave colchón de hojas sin movimiento alguno e Iván encima de él. El pelinegro se preocupó demasiado al verlo con los ojos cerrados y sin expresión en su rostro. Lo meció suavemente por sus hombros para que reaccionara pero nada sucedió. Estaba comenzando a asustarse demasiado.

-"¿Rodri?"- dijo sumamente preocupado acercándose a su rostro lentamente -"Bu"- dijo el mencionado al mismo tiempo que abría los ojos cuando sintió la respiración de Iván lo suficientemente cerca de su rostro.

𝙚𝙡 𝙘𝙝𝙞𝙘𝙤 𝙙𝙚 𝙡𝙤𝙨 𝙘𝙙'𝙨 ★ 𝘳𝘰𝘥𝘳𝘪𝘷𝘢𝘯Where stories live. Discover now