Capítulo 9

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Cinnamon girl de Lana del Rey suena en mis auriculares mientras con los ojos cerrados apoyo mis manos firmes en la estirilla y elevo mi tronco hacia arriba. Respiro profundo y voy relajando mis hombros y el resto de mi cuerpo para disfrutar del estiramiento. Cuando me desperté esta mañana, tenia un correo en la cuenta institucional donde me informaban que todas mis clases del bloque de la mañana estaban suspendidas. Raro, pero no me voy a quejar por tener un poco de tiempo libre. Es por eso que estoy haciendo yoga.

La música se detiene para avisarme que tengo una llamada entrante de Brando. Despacio, abandono la postura y me siento cruzando mis tobillos.

—Estaba comenzando a hacer yoga y me interrumpiste.

La risa divertida de Brando me saca una pequeña sonrisa. Creo que, si cualquiera me escucha hablarle así a Brando, pensara que soy la persona más odiosa y grosera que existe. En parte si lo soy, pero lo que no saben es que esto ya es parte de nuestra dinámica. No puedo evitar quien soy, y a Brando no le importa siempre y cuando tenga la certeza de que no es a propósito. Además, de que sabe que intento mejorarlo. Más bien lo cree.

—Buenos días, amore. Diría que lamento interrumpirte, pero la verdad es que no.

—Ah ¿sí?

—Si. ¿Sabes por qué?

—¿Como podría saberlo si no leo mentes? —resoplo.

Brando vuelve a reír y estoy segura de que esta negando con la cabeza, aunque no pueda verlo.

—Tenías que preguntar "¿por qué?". Vamos hazlo —me anima.

Dejo salir un quejido.

—¿No puedes solo decirlo y ya?

—No.

—¿Por qué? —digo entre dientes.

—Porque tengo un plan para nosotros. Y antes de que digas que no —cierro la boca y me muerdo el labio—. Hoy es jueves, tu día designado para romper la dieta y comer lo que sea.

—Te escucho...

Brando me invita a desayunar a su apartamento prometiendo cocinar lo que yo quiera. Hace mucho que no tenemos una cita y pasamos un poco de tiempo a solas, así que esta es la ocasión perfecta porque casualmente también tiene la mañana libre. Luego de colgar, me doy un baño para después arreglarme y vestirme. Una vez que termino de usar el peine caliente, tomo mis cosas y me voy.

El conjunto de apartamentos de Brando queda a 20 minutos del mío, es el más apartado del campus. La primera vez que me trajo esperaba conseguir una casa llena de al menos diez grandes jugadores de hockey, suciedad y resto de basuras de fiestas anteriores, pero no fu el caso. Brando, al igual que yo, valora mucho la privacidad y, aunque Dimitri le ofreció quedarse con ellos, lo rechazó amablemente explicándole que su padre le había comprando un apartamento en el complejo mas costoso a las afueras del campus. Aparco mi auto al lado de su Audi SQ7, pero dejo el motor encendido. Las palabras que me dijo la italiana antes irme, hacen acto de presencia. «No olvides usar protección, no queremos pequeños gremlins corriendo y ensuciando tu piso fino». Fueron una broma de su parte, pero eso me hace pensar si algo de eso puede pasar hoy. Brando y yo tenemos casi tres meses saliendo y aún no hemos tenido sexo. No me opondría a la idea, solo creo que el sexo está sobrevalorado y, teniendo en cuenta mis tendencias, no estoy segura de que tan compatibles seamos ahí. Dejo atrás mis pensamientos y apago el auto antes de salir. La seguridad de su apartamento funciona diferente al mío, así que estoy en el mueble de la pequeña salita mientras espero que baje a buscarme. Sería más fácil si tuviera el código del ascensor, pero no me lo ha dado.

Dolce BelladonaNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ