22. Aries

81 7 1
                                    

Aun que le cuesta admitirlo, Piscis concuerda con Capricornio. Si quiero tomarme en serio La Selección y poder pasar tiempo de calidad con cada candidata, treinta y cinco chicas son demasiadas.

―Deberíamos comenzar despidiendo a las chicas que no te interesen ―propone mi consejero.

Piscis trajo consigo el libro con la información fundamental de Las Seleccionadas, mientras Tauro iba a la cocina por sándwiches para que cenáramos.

El libro me resulta vagamente familiar. Para los asesores reales era muy importante que conociera a cada Seleccionada antes de que ellas llegaran y me hicieron recitar cada solicitud. Algo de esa información debe seguir en mi cabeza, pero realmente no me interesaba en su momento y no hice mayor esfuerzo por aprendérmelo.

Piscis recita la información sobre la primer Seleccionada. Raiza McHarris, una Tres de Allens. Conforme avanza la información que en su momento leí sobre Raiza vuelve a mi mente. También la impresión que me dio su fotografía. Es rubia con unos ojos grandes y bonitos y con cara en forma de corazón. Pero fuera de su físico su información se resume en que es hija del dueño de la revista Wind (revista dedicada al cine) y que a ella le interesa seguir los pasos de su padre.

―A mi no me gusta el cine ―informo al final de la presentación.

―Entonces irá a los No ―concilia Piscis escribiendo el nombre de Raiza en la lista de las que menos me interesa. De inmediato me siento culpable.

Tauro lo mencionó antes. Todas ellas se inscribieron a La Selección convencidas de querer entregar su vida a Íllea, a mí.

―Ella quiere ser editora de la revista de su padre ―murmuro arrebatándole el libro a Piscis.

―¿Y? ―Tauro tiene la boca llena de sándwiches.

―Si ser editora es su sueño... Y está decidida a abandonar ese sueño por mi... Me hace sentir culpable el querer echarla ―reconozco con un extraño sentimiento de remordimiento en el pecho.

―¿Entonces la paso a los Si? ―consulta mi asesor a lo que asiento.

Esto de elegir esposa es demasiada responsabilidad. Echar a cualquiera podría significar no encontrar a una compañera de vida.

―Bien. Sigue Virginia, la Ocho de Ángeles ―lee Piscis tomando de vuelta el libro.

Con ella no me cuesta tanto tiempo decidir.

―No me interesa ―respondo en cuanto Piscis termina de leer la pequeña presentación de la chica.

―¿Entonces va a los No? ―pregunta a lo que asiento tomando uno de los emparedados que Tauro aún no se termina―. ¿No te da ni tantita curiosidad cómo fue la vida de alguien tan distinto a ti? Quiero decir. Mientras tu crecías aquí en el palacio con lujos y responsabilidades, ella vivió en la calle con carencias. Podría contarte cosas del mundo que tu ni imaginabas.

―A él no le interesa ¿Y a ti? ―interpela Tauro.

―Es mera curiosidad ―aclara el pelirrojo―. Soy su consultor real. Mi trabajo y consultar cosas ―responde acalorado.

Tauro está a punto de responder cuando logro tragar el bocado.

―Está bien. Que se quede ―concedo. Mi primer pensamiento es que hasta ella merece una oportunidad, mi siguiente pensamiento es la conversación que tuve con Tauro recién llegó de su exilio, la Ocho era bonita. Merezco tener una esposa bonita.

Y así continuamos con el resto de Seleccionadas.

Los nombres de Kennia y Enid saltan a mi mente de inmediato cuando Piscis los lee. Ambas son Treses, de Atlín y Baffin respectivamente. Capricornio estaba seguro de quererlas echar por considerarlas "relleno". Una vez Piscis termina de leer ambas solicitudes quiero aferrarme a la idea de que ambas merecen quedarse. Pero no estoy tan seguro.

La Selección ||Zodiac Ver.||Where stories live. Discover now