2. Sagitario

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Alguien ha muerto antes del amanecer. Lo sé. La muerte de alguien es lo único capaz de provocar el llanto de mamá de esta manera.

Alguien ha muerto antes del amanecer. ¿Fue alguien cercano? ¿Muy cercano? ¿Realmente cercano? Supongo que sí, porque, según mi reloj, son las 6:09 am y en una familia como la mía, si alguien se levanta antes de las 09:00 am significa que en serio, algo grave sucedió.

Alguien ha muerto antes del amanecer. Mamá está en la sala devastada llorando y yo solo permanezco en mi cama, enredada entre mis mantas, con los dedos temblando, pero sin fuerzas para poder levantarme a consolarla.

Trato de aclarar mi mente. ¿Quién ha muerto? ¿Por qué murió justo ahora? ¿No tiene consideración por el tiempo de los demás?

Esta semana debo trabajar, cuidar a Luna y ensayar para el recital de la escuela. De todos los días del año ¿Por qué eligió alguien morirse justo hoy, justo ahora?

Es un pésimo momento para que una tragedia como la muerte golpee a la familia. Mamá no puede venirse abajo en un momento como este. Ya es suficiente con que deba educar a Luna, Júpiter y Orión en casa, ¿ahora también tendré que realizar las tareas del hogar? Y, si mamá está rota por aquella muerte, ¿yo tendré que cubrirla en el trabajo?

¡Por dios, yo no sé cantar!

―¿Pueden callarse? ¡Es una casa de artistas, debemos dormir! ―se escuchó el grito de Orión desde la habitación de al lado.

Me alegró saber que no era la única a quien le molestaba que alguien se hubiera muerto antes del amanecer.

Orión tenía razón. Somos artistas, nos vamos a la cama después de la media noche y no buscamos ser molestados hasta después del mediodía. Pero al parecer a la muerte no le interesan nuestros horarios.

El estruendo que causó mamá al entrar a la habitación me hizo pensar que había tirado la puerta abajo. Dudo que los vecinos no lo hayan escuchado. Es más, dudo que alguien en Íllea no lo haya escuchado. A excepción de Luna, quien podría estar en medio de la guerra de oriente y se quedaría dormida en su cama con el sueño bien profundo.

Mi cuerpo seguramente pensó que estábamos en medio de la guerra, pues trató de ponerse de pie de inmediato, olvidando por completo que duermo en la parte de debajo de la litera. El golpe con el metal frío me hizo recordarlo.

―¡Ya lo sabía, hija! Sabía que serias tu ―fue lo primero que escuché decir a mamá una vez que la cabeza dejó de darme vueltas.

Cuando traté de enfocarla de nuevo observé su semblante. Su rostro estaba hinchado, pero en vez de lucir destrozada por la muerte de alguien, parecía que no cabía en si misma de la felicidad.

Detrás de ella, las siluetas de Júpiter y Orión se dibujaban en donde antes solía estar la puerta.

―¿Yo? ―balbucee.

Como respuesta, los brazos de mi madre se estrujaron mi cuerpo con tanta intensidad que sentí que yo sería quien moriría antes del amanecer.

―¡Que use esta! Es con la que firmamos las cosas importantes ―gritó papá pareciendo por el hueco de la pared con la pluma que le regalaron cuando pidió un préstamo en el banco. Por suerte mamá de asfixiarme al momento en que Júpiter y Orión también habían aparecido en mi habitación.

Mamá me tomó del brazo y arrastró fuera de la cama hasta llevarme a la mesa del comedor.

―Fírmalo, querida ―pidió mamá con ojos llorosos.

Y entonces frente a mis manos depositó, como si fuera un cristal muy delicado, una hoja, la hoja más pesada y bonita que hubiese visto.

―¿Qué es esto? ―pregunté tratando de enfocar los ojos entre las minúsculas letras impresas en el papel. Pero antes de que mamá pudiera responder, mis ojos se centraron en aquel escudo de armas tan distintivo en la parte superior, justo al lado de las palabras: "Formulario para sorteo de la Selección".

―Este es el boleto dorado, la gallina de los huevos de oro que tanto estábamos esperando, ¡oh!, Sagitario, querida. Vas a casarte con el príncipe Aries.

Y de pronto, desee que alguien hubiera muerto antes del amanecer.

La Selección ||Zodiac Ver.||Where stories live. Discover now