12. Virginia

73 11 0
                                    

La ultima vez que estuve dentro de un edificio tan grande fue cuando visité la oficina de correos para dejar mi solicitud. De solo recordarlo puedo sentir como el calor sube por mis mejillas. Pero sin duda, fue aun más vergonzoso cuando Bryant entró a mi casa de acampar el viernes pasado, a mitad de la noche, para avisarme que había salido como Seleccionada en el sorteo.

―Uno que no sepa gobernarse a sí mismo, ¿cómo sabrá gobernar a los demás? Confucio.

Por un momento dudo si Piscis está o no, hablando conmigo. Pero somos las únicas dos personas en la puerta.

―¿Qué?

Pero lo único consigo es que repita la frase una vez más, solo que esta vez me mira fijamente.

―¿Es tu palmadita para decirme que no esté nerviosa?

―¿Mi qué?

―Tu palmadita. Das una palmadita y un consejo para apoyar al otro ―explico mostrándole cómo debería darme esa palmadita―. ¿Ya entendiste? Ahora hazlo tu.

―Si te toco me cortan la mano ―declara al momento en que se pone firme y mira al frente.

Una mujer delgada con cabello corto y otros dos hombres más grandes están frente a nosotros.

―Me lo imaginé peor ―admite ella mientras camina hacia mí.

―¿Yo?

En un lugar tan grande es confuso saber a quién le están hablando.

―Solo queremos que se vea presentable ―menciona Piscis―. Lo suficiente para una foto, pero no para que deje de parecer una Ocho.

―Creí que dijiste que ahora soy una Tres.

El me hace un ademán para que guarde silencio.

―Señor Wiedergott, lo crea o no, llevo veintidós años haciendo mi trabajo porque lo hago muy bien ―la mujer me agrada.

―No quise ofenderla lady Sinclair...

―No podría aun que eso quisiera ―declara ella.

El rostro de Piscis es muy divertido en estos momentos.

―Bueno. Estás en muy buenas y capaces manos ―destaca Piscis―. Nos vemos.

¡¿Qué?!

―Prometiste quedarte a mi lado ―le recuerdo aferrándome a su ropa.

―Tengo que ir a ver al príncipe ―responde―. Llevo tres días fuera. Necesito hablar con él.

―Pues vamos.

Toma mis muñecas y me aleja.

―Eso iría en contra de las reglas, una Seleccionada no puede encontrarse con el príncipe antes de que él la busque ―defiende.

―Eso te lo acabas de inventar ―mi acusación lo molesta, pero no logra responderme.

―Lady Virginia ―la voz de lady Sinclair me sorprende, ya me había olvidado de ellos―. Tenemos pocas horas y mucho trabajo que hacer.

Piscis asiente y tenemos que separarnos mientras yo sigo a Lady Sinclair y al resto de los hombres hasta un salón. Dentro hay una fila de espejos con mesas y un montón de aparatos.

―Primero sería bueno que se dé una ducha.

Al fondo de la habitación hay una cortina y del otro lado una tina.

Me dan unos minutos para que me desvista y después lady Sinclair entra para ayudarme a duchar.

―¿Van a bañarme todos los días?

La Selección ||Zodiac Ver.||Where stories live. Discover now