Capítulo XII

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Principios de febrero de 1972

Era un tarde fría y lluviosa en la cual varios alumnos de Ravenclaw estaban en la sala común haciendo tareas, leyendo o simplemente intentando coger calor junto a la chimenea. Emmeline y yo estábamos sentadas en uno de los sofás de terciopelo azul, al lado de la ventana, mientras que Emmy me explicaba las reglas y algunas estrategias de Quidditch las cuales no llegaba a comprender del todo.
El deporte no es mi fuerte.

Verás cuando empecéis a montar en escoba, te vas a matar.

Cállate conciencia.

— ¿Quieres dar un paseo y ya de paso buscamos a Pandora y Hestia por la biblioteca? — preguntó— Necesito moverme un rato.

La verdad, yo también.

— Está bien, voy a beber un poco de agua y vamos.

— Te espero aquí.

Subí rápidamente al cuarto que compartimos Hestia, Emmeline, Pandora y yo y cogí la botella que tenía en la mochila. Bebí uno o dos tragos de agua y volví a guardarla. Sabía un poco rara, pero seguramente sería porque había estado allí todo el día.

— Ya estoy, vamos. — le dije a Emmy desde la escalera, ella ya se encontraba en la puerta.

Cruzamos la puerta que comunicaba la sala de Ravenclaw con el pasillo e iniciamos el camino hacia la biblioteca.

— Tengo que dejar el libro de Quidditch y coger un par de libros, así que si quieres, busca a las chicas y yo mientras los cojo rápido.

— Vale, sin problema.

— ¿Crees que ya habrán terminado la tarea?

— Espero que sí, porque pronto es la hora de la cen...

De pronto, empecé a toser. Pero no era una tos normal, era de esas secas que te hacían daño en la garganta. Y cada vez el impulso era mayor, y tosía más y más de manera descontrolada.

No podía parar, algo me lo impedía, era como si mi cuerpo no hiciera caso a las acciones que le mandaba mi cerebro.

Y me estaba haciendo daño a mi misma.

— Iria, ¿Estás bien? ¿No te estarás atragantando, verdad?— Dijo Emmeline. Estaba preocupada, demasiado preocupada, lo sentía. Negué con la cabeza, no me estaba atragantando, pero a este paso, lo haría en breve.

— Vamos a la enfermería, ya, corre. — ordenó mientras me daba de la mano.

Andamos lo más rápido que pudimos por los pasillos para llegar cuanto antes a enfermería. A cada rato que pasaba, más tosía, y poco a poco comencé a sentir me empezaba a ahogar.

Y también las emociones de los demás.

Cuando estás más vulnerable es cuando más te afecta y te vuelves inestable.

Eso es cierto.

Nos faltaba aún un buen trecho cuando de pronto nos chocamos con un grupo de alumnos.

Marlene, Remus y Sirius.

Menos mal.

— ¡Ah! ¡Tened cuidado por dónde vais! — chilló Marlene con molestia.

—Espera... ¿Iria? ¿Qué te pasa en los ojos? — preguntó Sirius, con un poco de miedo, el cual yo sentía con el triple de intensidad.

Al escuchar esto, Emmeline, se dio la vuelta, con una expresión de extrañeza en el rostro que pasó directamente a una de terror en cuánto me vió.

⋅Ataraxia⋅ ||PAUSADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora