💜Cap 18💜

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La elegida

Abigail

Mi mente no dejaba de pensar en que había arruinado la noche, Paul de seguro planeó muy bien todo, incluso lo de la casa del terror y yo lo arruine con mis tontos traumas, no pensé que me pondría así...

—Oye —El chico a mi lado me sacó de mis pensamientos y lo miré, tenía su típica mirada enojona y seria—. Si estas pensando lo que creo q estas pensando entonces deja de hacerlo, falta poco para que se acabe la noche y no quisiera verte con esa cara, vinimos a divertirnos ¿No es así?

—Tienes razón, perdón... —me disculpe y le sonreí—, antes de regresar quisiera pasar a un baño.

—Mmmm creó que hay uno en el restaurante en el que estábamos —aconsejó Paul—, no esta muy lejos así que podemos ir.

—Sii gracias —agarré su mano entrelazando mis dedos con los suyos y caminamos rumbo al restaurante.

(...)

En el camino estuvimos platicando y eso me calmó, ya no estaba tan asustada ni nerviosa por haber arruinado la noche, hablar con él me relajaba y la manera en la que se portaba me daba mucha gracia.

—Bueno ya llegamos —habló el pelirrojo deteniéndose justo a las puertas del establecimiento.

—Mmm parece estar vacío —dije jugueteando con mis dedos.

—Venga te espero aquí —dijo y soltó mi mano abriendo la puerta para que entrara.

—Solo... No te alejes mucho —me puse algo nerviosa y entré, caminé a la puerta que ponía el cartel de baño femenino y entré.

Dentro se veía como un baño bastante limpio, entré a uno de los cubículos y comencé a realizar mis necesidades.
Una vez terminé estaba lista para irme pero... Al intentar abrir la puerta esta se mantenía cerrada, comencé a asustarme y la jale con fuerza, pero seguía trabada.

—¡¿Hay alguien ahí?! ¡Necesito ayuda! —grité pero nadie parecía responder, Paul estaba en la puerta, a esta distancia no creo que me oyera.

Empecé a escuchar a alguien silbando, era una melodía suave como la de una canción de cuna. Eso me puso muy nerviosa, mi corazón y mi respiración se aceleraron. Me subí encima del inodoro para poder ver que pasaba, pero no veía a nadie.

—¡El que esta silbando! —grité con la esperanza de que alguien respondiera—. ¡¿Me puede ayudar?!

Nada... Nadie respondía, sólo ese molesto silbido, me cansé de esperar así que pensé en algo para salir. Las paredes eran muy altas no podía salir por arriba, me baje del inodoro y me agache en el piso para intentar pasar por debajo de la puerta. Logré pasar mis manos pero mi cabeza no cabía.

Mierda... Estaba realmente atrapada. Sentí como el silbido se hacia más fuerte, me levanté del piso y comencé a golpear la puerta con fuerza, tenía mucho miedo, daba muy mal rollo y no era para nada divertido, esperaba que fuera algún tipo de truco por Halloween, pero no me estaba gustando.

Sentí como las llaves de los grifos se abrieron y comenzaron a soltar agua, ¿Cómo es posible? No vi a nadie afuera. Después de un rato el agua comenzó a desbordarse y a recorrer todo el piso, llegó a mis pies pero... No era agua... Me subí encima del inodoro y metí un grito muy fuerte.

Debajo estaba todo el.suelo manchado de lo que parecía ser... Sangre... Estaba aterrada e impactada a punto de llorar, no sabía que estaba pasando, pero quería salir de aquí cuanto antes.

—¡Ayuda por favor, el que sea que me saque de aquí! —pedí ayuda, pero nadie me respondía, nadie venía a salvarme.

Escuché como los grifos se cerraron... Y el silbido terminó... Me quedé un rato quieta sin saber que pasaba, escuché la perilla de la puerta girando y luego por arte de magia... La puerta del cubículo se abrió sola...

Heartless ©Where stories live. Discover now