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No sabe dónde ir realmente, su pecho le quema. Apreta el volante con fuerza y lo golpea por la frustración. ¿Tan mal visto es que un empresario te patrocine?
Por supuesto que si. Las personas tienen un concepto muy tergiversado del asunto.
— Pero no me voy a acostar con él — se repetía una y otra vez con la cabeza sobre el volante cuando el semáforo cambió a rojo.
Y como si lo hubiera estado llamando con el pensamiento, el nombre del presidente estaba en la pantalla de su teléfono.
— ¿Si?
— Te necesito en mi oficina, por favor. Tengo un asunto que tratar contigo.
— E-estoy en unos 20 minutos, señor.
— Te espero.
El hombre fue el primero en colgar. Jimin tan solo se quedó sumido en sus pensamientos hasta que un auto detrás de él empezó a pitar llamando la atención, el chico aceleró para tomar el camino que lo llevaría al edificio de Kim Namjoon.
Cuando llegó, entró y la mujer de la recepción lo saludó enseguida y Jimin fue directamente a los ascensores. Subió hasta llegar al piso indicado y caminó con un poco de nerviosismo hasta la puerta del presidente. Tocó suavemente y se le permitió el paso.
— Presidente...
Namjoon alzó la mirada y su rostro se iluminó por completo, dejó todo lo que estaba haciendo en ese momento para saludar correctamente al recién llegado. Lo llevó a la sala de estar y se sentó junto a él. Le ofreció alguna bebida que amablemente se negó en aceptar, pues ya había tomado café hace minutos atrás.
— ¿Cómo estuvo la primera noche en tu nuevo hogar?
— B-bien, supongo. En serio estoy muy agradecido. Es más de lo que merezco.
— Mereces eso y mucho más.
— El auto... G-gracias por eso también, prometo cuidarlo.
— Lo necesitas para tu movilización, no me lo agradezcas. Para mí es un placer poder satisfacer tus necesidades.
Jimin jugueteaba con sus dedos con las mejillas sonrojadas, Namjoon no podía dejar de verlo, hasta que el chico lo miró a los ojos y el hombre no pudo evitar desviar la mirada.
— ¿Por qué hace todo esto por mí?
A Namjoon le tomó por sorpresa aquella pregunta, sabe que es el momento perfecto para confesarle todo lo que ha estado sucediendo pero prefirió mantenerlo aún en secreto, solo sonrió y respondió.
— Porque ese es mi trabajo.
Ambos se quedaron en silencio, había una atmósfera de timidez. Parecían dos niños que se habían quedado sin nada que decir, hasta que Namjoon rompió el silencio con una pregunta.
