Capitulo 39

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Mariano y Justin termination llevándose increíble, tenían más cosas en común de las que pensaban, y bueno Laura y yo también , ella era española viviendo en Italia y yo era Polaca viviendo en Estados Unidos, las dos sabíamos cómo era vivir lejos de sus raíces y casadas con extranjeros, además ella estaba embarazada de su segundo bebé y yo tenía poco de haber tenido a Charlie.

-¿Y ya saben que va a ser?
-No de echo este sábado es la revelación de sexo y nos gustaría invitarlos.
-¿En serio?
-Claro.
-Gracias, yo estaré ahí.

-Me encantaría acompañarlos pero no puedo, estaré de viaje y es el más importante de mi vida.
-Entendemos Justin, no te preocupes.
-Pero les aseguro que Hanna estará ahí.

-Bueno amor, vamos a casa.
-Vamos.

Nos despedimos de Mariano y su esposa y fuimos a casa, de camino nos detuvimos en un semáforo en rojo y lo único que pude hacer fue ver a Justin fijamente.

-¿Un lo siento no basta cierto?
-No esperaba que dijeras nada, yo tampoco sabía que Mariano estaba casado y menos que tiene dos hijos.
-Es que se comportaba tan...
-Mi vida ¿Qué esperabas? Es italiano.
-... ¿Mi vida?
-Justin.
-Me gusta cuando me dices así.
-Justin no quiero que lo qué pasó hace unos días se repita, no me quiero volver a sentir insegura en nuestra relación, no quiero tener que mudarme de verdad y terminar con nuestro matrimonio... Cuando me quedé en el departamento sola me di cuenta que tenía miedo.
-¿Miedo?
-De estar sin ti, sola, de no escuchar tu voz, no oler tu aroma, el frío de ese lugar me invadía; fue una sensación horrible. A pesar de la casa en la que vivimos es mucho más grande que el departamento, para mí es mil veces más cálida la casa, es acogedora.
-Es nuestro hogar mi vida, el hogar que poco a poco vamos a seguir construyendo juntos.
-... El lunes comienzo la terapia y creo que me hará bien.
-Yo regresó el miércoles pero quiero que me cuentes cómo te va ¿Okay?
-Okay.

El semáforo cambió de color y seguimos camino a casa, llegamos en unos minutos y nos fuimos a nuestra habitación, los niños estaban dormidos y no quisimos despertarlos.

-Por cierto, en tu cumpleaños no pude darte uno de tus obsequios porque aún no llegaba... Feliz cumpleaños atrasado.
-¿Qué es?
-Ábrelo.
-... ¿¡Un ajedrez de piedra!?
-Tu mamá me dijo que cuando eras niño tenías uno y cuando te mudaste a Nueva York tuviste que dejarlo en casa de tus padres y era tu favorito.
-¡Hanna es idéntico!
-Tan idéntico que tiene el caballo pegado con cemento, como el que tenías cuando niño.
-¿¡Es mi ajedrez!?
-Sí.
-¡Pero... ¿Cómo lo conseguiste!?
-No fue fácil pero tu madre me ayudo.
-¿¡Mi mamá!?
-Sí, ella lo tenía pero estaba algo descuidado y yo solo lo envié a arreglar; ella dijo que este ajedrez era muy importante para ti.
-Fue el primer ajedrez que mi abuelo hizo con sus propias manos, lo hizo para mí cuando tenía 6 años. Él estaba perdiendo la vista y este ajedrez fue lo último que el hizo antes de morir.
-¿Eras muy cercano a tu abuelo?
-Era como un padre para mí, no faltaba a ninguno de mis eventos de preescolar y siempre me ayudaba con mis tareas. Su pérdida fue lo más difícil de mi infancia.

Yo estaba empezando a conocer cosas de Justin que en todos los años de relación no sabía, habíamos estado viviendo en el presente sin conocer nada de nuestro pasado.

-¿Quieres qué te prepare un té? Charlie no debe tardar en despertar para comer, podemos hablar mientras lo alimentamos.
-... De acuerdo.

Le prepare un té a Justin y otro para mí ya que empezaba a sentirse el clima frío y a caer algo de aguanieve, lo que quería decir que el invierno se acercaba. Justin prendió la chimenea de la sala de arriba y arreglo un poco con velas mientras yo preparaba la leche para Charlie, le di de comer y me fui a poner la pijama para después encontrarme con Justin en la sala.

-¿Y esto?
-Una pequeña velada romántica... Con una taza de té.
-No puedes desvelarte demasiado, tienen un viaje en dos días y el JetLag te puede afectar más si no descansas bien.
-No te preocupes, todo está bajo control cariño.
-Justin me gustaría saber sobre tu infancia, saber cómo eras de niño, que te gustaba que odiabas, todo.
-¿Ah si?
-Sí.
-Bueno, pero sólo sí me cuentas sobre ti, sobre esa Hanna pequeña que crecía en Polonia.
-De acuerdo mi amor.

Mi familia no tan perfecta Where stories live. Discover now