Capítulo 28

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Hanna
Había pasado casi un día desde que Justin se había ido, no tenía ganas de absolutamente nada, salí de la habitación por un sándwich y volví a la cama; pase todo el día viendo películas ridículamente románticas, no había parado de llorar comparando mi relación con las películas que veía. Me di cuenta que toda la vida había idealizado una relación como la de las películas y la vida real no era así.
Decidí que tenía que arreglar las cosas de una vez por todas con Justin, tenía una decisión tomada y no la cambiaria, busque vuelos disponibles lo antes posible para volver a casa y el único vuelo que encontré salía después de tres días, tenía que esperar para hablar con Justin arreglar la situación tres días más. Lo compré y lo único que me quedaba era esperar a que llegara el momento.

Justin
Desperté mucho más descansado así que me pondría trabajar un rato en lo que llegaba la hora de ir por los niños al colegio, Nath se había ido a  antigua casa de Hanna donde estaba viviendo con Erik, estaba arreglando algunos de mis cajones en el despacho ya que tenía muchos bocetos bastante viejos y tenía que deshacerme de ellos para re decorar el lugar, entre mis cajones encontré la primera foto del primer viaje que hicimos Hanna y yo Canadá, fue para mi cumpleaños 35, al verla recordé muchas cosas que habíamos vivido en los años de relación que teníamos.

JustinDesperté mucho más descansado así que me pondría trabajar un rato en lo que llegaba la hora de ir por los niños al colegio, Nath se había ido a  antigua casa de Hanna donde estaba viviendo con Erik, estaba arreglando algunos de mis cajones e...

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Estábamos tan enamorados en ese momento, no sabía que había pasado en los últimos meses que nuestra relación había cambiado tanto en tan poco tiempo. Sabía que muchas cosas habían sido culpa mía pero también había cambiado por ella, no porque me lo hubiera pedido sino porque no quería perderla.
Se llegó la hora de la salida del colegio de Mia así que fui por ella y después por Charlie para volver a casa, Nath me había dicho que iría a comer a casa para ayudarme con los niños así que pasamos por pizza antes de llegar.

-Mia ve a cambiarte.
-Ya voy.
-Ahora.
-¡Ya voy!
-Mia entiende por favor, ve a cambiarte.
-Nunca estás en casa y cuando estás solo me regañas.
-No te estoy regañando.
-Da igual.
-¡NO ME HABLES ASÍ!
-¡EXTRAÑO A MI MAMÁ!

-¿Qué fue eso?
-Una casi adolescente.
-¿Y Charlie?
-Durmiendo, no sabes lo difícil que fue hacerlo no llorar en el auto.
-¿Estás jugando al papá soltero?
-Es más difícil de lo que pensé.
-Imagina ahora a Hanna haciendo todo eso recién aliviada.
-Harry no tienes idea de cuanto admiro más a mi esposa.
-Y la vas a admirar más. Revisa el estado de cuenta de la empresa.
-¿Qué pasó?
-Mariano hizo el primer depósito del trabajo que hizo tu esposa.
-¿En serio?
-Sí.
-Que bien.
-¿Puedo preguntar o mejor no?
-Discutimos y preferí volver a casa, mi matrimonio está en riesgo.
-Hermano, creo que esto está llegando demasiado lejos, ustedes debieron hablar las cosas antes de dar el sí.
-Hasta ahora me doy cuenta de eso Harry.
-¿Y qué vas a hacer? La dejaste del otro lado del mundo... Sola.
-Ya no me digas nada, me siento mal de haberla dejado sola.
-Eso debiste haberlo pensando antes.
-No sabes cuánto me arrepiento de haber hecho eso, tengo unas ganas inmensas de volver a ella.
-Sabes que no te dejaran salir del país así ¿Cierto?
-Ya lo sé.
-Llámala.
-No creo que me responda.

Harry no respondió nada, solo tomo una rebanada de pizza y empezó a comer como si nada, no entendía porque había cambiado su actitud hasta que escuché la voz de Mia detrás mío.

-¡Tío Harry!
-¡Princesa!

-Ya me cambié.
-Gracias, lávate las manos para que puedas comer.
-Esperaré a mi tía Nath.
-Mia...

-Justin.
-...

-Okay hija.

Harry era mi otra esposa, el y Hanna siempre eran los que me controlaban la parte fuerte de mí.

Hanna
Los siguientes tres días se me pasaron increíblemente lentos pero, por fin volvería a casa a ver a mis hijos y a mi esposo, estaba muy nerviosa y al mismo tiempo con los sentimientos encontrados de ver a mis bebés. Casi 24 horas después ya estaba aterrizando, tomé un taxi para ir a casa y entre más me acercaba, más nerviosa estaba.
Cuando llegue a la puerta de la casa, las luces del jardín estaban encendidas y el coche de Justin afuera, lo que quería decir que estaba ahí.
Abrí la puerta y entré casi sin hacer ruido por si los niños estaban durmiendo no despertarlos. Para buena suerte ellos no estaban y en la planta baja no se veía nadie excepto la luz prendida del estudio de Justin; fui directo hacia allá y abrí la puerta.

-Hola.
-¿¡Hanna!?... ¡Volviste!
-Justin tenemos que hablar... Quiero el divorcio.
-¿¡Qué!?

Mi familia no tan perfecta Where stories live. Discover now