Princesa pantera 4

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Mi novio ya sabía que mis padres tenían esta sorpresa preparada para mi así que sin que yo me diera cuenta subió sus maletas a una de las camionetas que nos trajo hasta aquí y ahora estaban en la sala.

— Vamos a tu habitación mi amor— asentí, subió sus maletas, le dije que lo ayudaba pero simplemente se negó, al estar en mi habitación se me ocurrió una muy buena manera de estrenarla.

— Se me ocurrió una idea— lo mire directamente a los ojos, el me miraba con curiosidad esperando a ver cual sería mi siguiente movimiento, me quite la camisa de mezclilla delante de él, me quite los tenis con los pies y sin desatarlos.

— Ya entiendo a que te refieres mi amor— se quita los tenis del mismo modo que yo, nos subimos a la cama y empezamos a brincar en ella como cuando éramos pequeños, ¿pensaban que me refería a otra cosa tal? Eso tal vez mas tarde.

Estuvimos brincando en la cama un buen rato, cuando nos cansamos simplemente nos acostamos y nos abrazamos, recordando nuestros buenos tiempo juntos, también nuestras peleas cuando éramos pequeños.

— Pero si fuiste tu la que estrello mi cara contra el refrigerador de tu abuela— me acusa.

— Seguramente me hiciste algo, yo no era agresiva solo por que si y tu eras muy maldoso—

— Tu eras igual solo que me hacías maldades cuando nadie te veía, a la fecha sigues haciendo maldades pequeñas a tus tíos o a mi cuando nadie te ve y tu abuela siempre te defiende al igual que tu papá— sonrío.

— A eso también se le podría llamar estrategia— nos reímos, me levanto de la cama para pedir una pizza, después de que la he pedido Enzo me arrastra de nuevo a la cama.

— Yo también tengo una idea de como estrenar la cama— besa mi cuello al tiempo que acaricia mis piernas, suelto un gemido, mis puntos más sensibles son el cuello y las piernas.

Me saca la ropa lentamente y yo hago lo mismo con la ropa de él, sólo quedamos en ropa interior, me hizo ponerme en cuatro, nuestro secreto es que yo soy su sumisa en la cama y él es mi dominante, besa mi espalda, desabrocha mi sostén.

— Enzo— gimo su nombre cuando acaricia mis senos, los pellizca fuertemente y suelto un gritito de dolor y placer, siento como mis pantis se mojan cada vez mas, estando muy lista para él.

— Quítate el resto de la ropa interior sin tocar tu piel— me ordena al oído erizando mi piel, en la misma posición en la que estoy me quito la ropa interior, dejándola a un lado, siento la primera nalgada, gimo su nombre tal como le gusta — Estas tan mojada mi amor— masajea mis glúteos adoloridos por la nalgada que me dió antes.

A él le encanta el sexo duro pero con algo de cariño, a mi simplemente me gusta duro sin nada de cariño pero con él me he acostumbrado a las pequeñas muestras de cariño después de la rudeza.

— Es por ti mi amor— me giro lentamente para ver como se quita los bóxers y se pone el condón, roza su dureza en mi entrada, sacándome gemidos, me hago un poco hacía atrás queriendo que ya lo meta, a cambio recibo otra nalgada.

— No comas ansias mi amor, acuérdate como se piden las cosas— muerdo mi labio inferior.

— Por favor mi amor, mételo ya— ruego, recuesto mi pecho contra la cama para elevar mas mi trasero, él agacha para besar mis glúteos, los lame y los muerde, al tiempo que gimo, se yergue y finalmente me penetra.

— Ohhh si amor— grito excitada, su grosor rosa mi punto G cada vez que entra y sale, aprieto mi suelo pélvico, siento el ardor en mis glúteos cuando llega el tercer azote, eso me prende aun mas —Enzo— gritó cuando llego al orgasmo, él no tarda en seguirme, sale de mí después de recuperar un poco el aliento.

— Estuviste perfecta como siempre mi amor— besa mis labios cuando se acuesta a mi lado después de quitarse el condón y tirarlo en la basura del baño, me recuesto en su pecho.

— Tu también mi amor— me acaricia el cabello sin importarle nada, nos quedamos así un buen rato hasta que el sonido del timbre me hace recordar que había pedido pizza para comer, rápidamente me pongo su playera junto a sus bóxers, hago un intento de rollo con mi cabello y lo ato con una liga que siempre llevo en la muñeca.

Bajo las escaleras tranquilamente, escuchando los pasos de mi novio atrás de mi seguramente viendo mi trasero, me meneó un poco mas al caminar escuchando su risa, llego a la puerta y él se pone detrás de mi, el repartidor de pizzas me mira demasiado las piernas y los pechos.

— Tiene quien la ame, la respete y le de buen sexo así que ni lo pienses amigo— le extiende unos billetes y toma las dos cajas de pizza antes de cerrarle la puerta en la cara, me giro para verlo, su rostro serio me hace sonreír, siempre se pone así cuando esta celoso.

— Eres el único hombre que amo— le doy un casto beso en los labios antes de quitarle una de las cajas de pizza y correr al sillón de la sala para sentarme, tomo el control de la televisión para elegir una película, él llega un poco después con unos refrescos de lata y servilletas.

— Se que soy el único hombre al que amas y no me molesta que andes así por tu casa o donde quieras lo que me molesta es que algunos no respeten a las mujeres y las vean de forma morbosa sin importar su vestimenta y el lugar en el que estén— suspiro.

— Lo se amor, pero desgraciadamente no podemos erradicar a todos los mal nacidos aun que sea lo que mas queramos, ya vez que cada día aparecen nuevos tratantes de personas y mi madre no puede con todos, mata a unos y otros toman su lugar, lo mismo pasa con los morbosos amor, pero por suerte mi equipo de seguridad tiene al chico en la bodega por si mas tarde te quieres desahogar— le sonrío, él sonríe también antes de besarme.

— Eres la mejor— dice cuando nos separamos.

— Lo se y tu también eres el mejor— nos ponemos a ver películas mientras comemos nuestras pizzas, si yo me como una pizza y él la otra.

— Vamos a bañarnos y a divertirnos un rato mi amor— sonríe y corre hacia las escaleras para ganarme el baño, con divertirnos se refiere a que él va a torturar al repartidor y yo me voy a divertir viéndolo, pocas veces compartimos nuestras presas, no nos gusta meternos en los métodos de tortura del otro pero si disfrutamos viendo como el otro se divierte.

Cuando se sale de bañar trae una toalla al rededor de la cintura, me encanta su cuerpo pero no es momento de pensar en eso así que paso por su lado y me meto al baño.

La última reina pantera 🖤🖤🖤Where stories live. Discover now