capitulo 12

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—¿Están seguros de dejar la casa sola con Paola? —les pregunto a mis padres.

—¡Oye! No es como que fuera a quemar la casa —protesta.

—No creo que pase algo —dice mi madre con una sonrisa.

—Además, tú tienes que hacer tu proyecto, ya mismo llegaran tus compañeros —ahora mi padre—
nos vamos, pásala bien.

—Okey —se fueron.

—Y, ¿cuál es tu relación con Dylan ahora? —Paola espera mi respuesta pero justo suena mi teléfono— que suerte tienes —dice con mala cara.

—Ya me esperan afuera, adiós, no destruyas la casa.

—¡Oye! —salgo, y veo el auto de Samuel afuera.

Subo a los asientos traseros, ahí está Emma.

—Cinco días sin verte es demasiado —me dice abrazandome.

—Hola —saluda Samuel— ¿cómo estás?

—Bien, soportando a mi hermana —contesto.

—¿En serio es insoportable ser el menor? —escucho a Dylan preguntar.

—Lo insoportable son los hermanos mayores —le responde Emma— sin ofender.

Samuel y yo reímos por la cara de disgusto de Dylan.

—Sí, muy gracioso —dice sarcástico.

—Bueno, vamos son casi dos horas de camino hacia el lugar —Samuel pone el auto en marcha.

Después de un tiempo llegamos al campo donde vive la abuela de Samuel.

—Este es el paisaje perfecto, empezemos, que mi abuela nos invitó a almorzar.

Estuvimos horas haciendo fotografías, de diferentes ángulos y de diferentes formas.

Cuando terminamos decidimos ir a la casa de la abuela de Samuel.

Ella nos recibió, nos invitó a comer y estuvimos hablando con ella, después fuimos al lugar donde hicimos las fotos porque Emma querías tener fotos de los cuatro juntos.

Así que nos tomamos fotos después Emma y Samuel fueron a caminar yo me quedé en las mesas de campo dibujando.

Dylan también se quedó.

Pero solo se quedó mirándome.

—¿Qué? —le pregunto, cuando se queda mirándome mucho tiempo.

—Nada, te ves linda concentrada —responde.

No digo nada y él pone su mirada en nuestros amigos.

—¿Por qué crees que esos dos aún no son parejas? —señala a Emma y a Samuel.

—¿Quién sabe?, tal vez esperan más tiempo, a que terminen las clases.

—¿Pero, si se aman porque esperar más? —pregunta mirándolos.

—No lo sé —guardó mi cuaderno en mi mochila y sacó mi cámara— pero aprovecharé que están distraídos —empiezo a tomarles fotos, estando de espaldas, no se les ve el rostro.

—No me digas que piensas venderlas en internet.

—No, aún —le muestro las fotos.

—Tomemos una foto de los dos —dice, y acomoda la cámara.

Justo un segundo antes de que la foto se tomara él me da un beso en la mejilla.

—Oye, Samuel y Emma pudieron haberlo visto —le digo.

—No creo, además tu me besaste de sorpresa el lunes, si no recuerdo mal —está viendo la foto, distraído.

—Eso fue distinto —protestó.

—No lo fue.

—Sí lo fue

—No lo fue

—Que sí lo... —me da un beso en los labios y mi mente queda en blanco.

Hasta que se separa

—Hay que aprovechar, no te veré hasta el 31 —se encoge de hombros.

—Agradece que Samuel y Emma no lo vieron, porque ya estarías muerto.

—De acuerdo, Esther.

—Ya es hora de volver —dice Samuel, acercándose— vamos.

Ya en el auto estábamos a media hora de llegar, cuando Emma dijo:

—No soportaré más tiempo sin verte, ¿que tal si salimos mañana? los cuatro, y también pueden ir Paola y Merit.

—No estaría mal —apoya Dylan.

—Y yo tengo curiosidad de conocer a Paola —menciona Samuel.

—Yo también —opina Dylan, ruedo los ojos.

—¿Servirá que diga que no? —pregunte.

—No —dijeron los tres a la vez.

Y así llegué a casa y invité a paola.

—Sí, iré, pero dime, ¿qué relación tienes con Dylan?

—Ninguna, bueno no de las que imaginas.

—Pero lo amas y él a ti, ¿no?

—Pues... no, creo que amar sea la palabra correcta.

—¿Siguen con el plan de que cuando termine el proyecto no se volverán a hablar?

—Ninguno ha dicho que quiera una relación de pareja o que quiere seguir hablando después del proyecto.

—Pero tampoco lo han negado —eso me dejó pensando por toda la noche.

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Tonterías de niños Where stories live. Discover now