capitulo 3

121 8 0
                                    

—Entonces ¿tienes que hacer un proyecto para la materia del profesor Pérez? —es lunes, estoy en la mesa con mis padres desayunando y mi mamá me pregunta sobre el proyecto.

—Aja —respondo.

—¿Y es un proyecto en pareja?

—Aja.

—¿Y si no lo haces repruebas?

—Aja.

—¿Puedes dejar de solo decir "aja" Esther?

—Aja.

—Hablo en serio.

—No tengo ganas de hablar, ni de comer, mamá —digo, alejando mi plato de comida.

—Hija, no será... ¡¿ estás embarazada ?! —mi padre empieza a toser.

Mi madre siendo ella.

—Claro que no —le digo, mi padre ya esta dejando de toser demasiado.

—Que bueno, digo, un hijo es una bendición y eso, pero eres joven y no quiero que cometas el mismo error que... —se calla inmediatamente.

" No sabes cuánto me alegra no ser la hija mayor "

Estoy de acuerdo con mi conciencia.

—Mamá, no me des explicaciones porque te delatas tú misma. —ella asiente.

—Bueno, ¿cómo se llama tu compañero?

—Dylan

—¿Dylan qué... ? —no entiendo porque tiene curiosidad por su nombre completo.

—Dylan Fernández.

—¿No es el hijo de Alberto y Xiomara? —pregunta mi madre, hago memoria y creo que si son ellos.

—Parece que sí, creo.

—Son mis colegas en la empresa. ¿te acuerdas, Pedro? —mi padre asiente dejando la tasa de café en la mesa.

—Tengo que irme, encargaron un mueble y para lo más pronto posible  —se  levanta—, vamos Esther.

—Adios mamá.

—Adiós, vayan con cuidado.

Salimos de casa y entramos al auto, estamos en silencio hasta que él pregunta.

—¿Por qué no quisiste comer?

" porque tiene que hablar con dylan, sobre el proyecto "

—Porque, pronto son los exámenes y estoy algo nerviosa.

" mentirosa "

—¿Segura de que no es otra cosa?

—Segura, ¿qué más podría ser?

—Pues no sé, y no te preocupes mucho por los exámenes, siempre sacas buenas notas.

—Sí, talvez me preocupo por nada —el resto del camino me lo paso viendo la ventana.

Hasta que llegamos, me despido de mi padre y bajo, entro al salón.

Voy a mi asiento, ahí está Emma, con su sonrisa de "el mejor fin de semana"

—Parece que te fue bien —digo sentándome.

—Y a ti parece que te fue mal.

—Me la pasé haciendo deberes, y dibujando, normal de mi día a día —ella no se convence.

—No te creo, y ¿que paso con XX? —XX es un tipo apodo que le dio a dylan.

—Nada, se supone que hoy vamos a hablar sobre el proyecto.

—¿Me vas a contar todo? —me pregunta con sus ojos brillando de curiosidad.

—Te pareces a mi hermana —digo, negando con la cabeza divertida.

—Hablando de tu hermana, el programa en que trabaja esta muy interesante.

—Claro, a ti te gusta el drama, los celos, y el chisme.

—Pues sí —se encoge de hombres—, mira llegó Dylan.

Observo a la puerta, está riéndose con Samuel, ellos pasan y se sientan en sus lugares, de inmediato miro mi cuaderno de dibujo.

Suena el timbre.

Y pensar que en unas horas tendré que hablar con el.

Ni siquiera mi materia favorita, arte, hace que me olvide de los nervios.

Nunca he entendido por qué me da vergüenza, si yo no fui la que mintió

Y tal vez estoy siendo infantil por no hablarle, más que todo por algo que pasó hace muchos años, cuando éramos unos niños.

Pero es raro aparentar que nada pasó.

Sin darme cuenta ya es hora de receso.

—Que envidia, tu no prestas atención en clase y eres la mejor. —dice Emma, mientras todos salen— Voy a comprar algo, ¿vienes? —me pregunta.

Se que en verdad no va a comprar, va a hablar con Samuel, que acaba de salir con Dylan.

—No, me quedaré dibujando —miro mi cuaderno, estoy terminando el dibujo del bosque.

Minutos después escucho que alguien entra al salón, no le presto atención.

Hasta que se sienta al lado.

—Hola —es Dylan.

—Hola —dejo de dibujar, después de un tiempo en silencio hablo otra vez— Bueno, tenemos que elegir un día para reunirnos en un lugar y hacer el proyecto, aunque también podemos elegir dos días, para así tener más tiempo de corregir errores.

—Me parece bien, ¿qué tal sábado y domingo?

—Por mi está bien, ¿y el lugar?

—Bueno, podría ser en tu casa, si quieres.

—Bien —dije, otro silencio, hasta que al fin suena el timbre.

Entran Emma y Samuel sonriendo.

Dylan se levanta y va a su puesto.

—¿Y? —pregunta Emma, acercándose.

—Nada, solo nos pusimos de acuerdo, sobre el proyecto.

—Que aburrido, espero con el tiempo haiga drama de verdad.

—O sea lo que para mi significa sufrimiento.

—Exacto.

Después de ese fantastico (que se note el sarcasmo) intercambio de palabras con Emma, siguieron las clases, y los días siguientes fueron casi normales.

Casi.

Con la diferencia de que Emma me arrastraba a los recreos, y me hacía juntarme con ellos, osea, Samuel, dylan y ella, durante ese tiempo.

En cuanto a Dylan, no volvimos a hablar.

Hasta hoy, sábado.

"¿preparada para la batalla?"

No.

Suena el timbre de la puerta.

Ya llegó.

Voy a abrir la puerta.

Ahí está el, con sus ojos avellana y cabello rubio.

Mirándome.

—Buenas tardes, Esther.


Tonterías de niños Where stories live. Discover now