capitulo 6

113 8 1
                                    

—Entonces, ¿qué pasó? —pregunta Emma ansiosa, cuando me siento a su lado.

—Nada —le digo.

—Sí claro, llegaste tan tranquila después de haber estado con él.

—Mejor presta atención, falta poco para los exámenes, y no sé tú, pero yo no pienso quedarme de año —le digo.

—Odio química —la escucho mascullar.

—Tú odias todas las materias —le digo—, no es novedad.

—Sí, tienes razón, una semana más y salimos a vacaciones, por navidad y año nuevo —suspira.

—Sí, y después volvemos por un mes más ¿no? —hago cuentas y para finales de enero o principios de febrero nos estaremos graduando.

—Tienes un don para acabar con mi buen ánimo —dice Emma rodando los ojos— espero que no te vaya bien esta semana sentada con Dylan.

Y a diferencia del deseo de venganza de Emma, me fue bien esa semana, aún no podía estar completamente cómoda hablando de mucho con él, pero por lo menos llevarnos mejor es un avance.

—¿Van a venir a la fiesta de navidad? — pregunta Emma.

—Yo sí —dice Samuel.

—La verdad, no se —dice Dylan.

—Yo creo que sí, bueno, ya me voy, adiós.

Hoy me voy caminando, otra vez.

Llego a mi casa después de unos minutos, mis padres están trabajando.

Al fin es viernes, no mandaron deberes, así que por ahora puedo dibujar sin preocupaciones.

Saco mi cuaderno de dibujo, trato de inspirarme, pero lo único que me viene a la mente son recuerdos, la terraza de la escuela, Dylan.

Ugh, ¿qué me pasa?

A ver, tengo que concentrarme.

Basta de Dylan.

Sin embargo, de algún modo terminé dibujando la terraza de la escuela con nosotros.

Uf, mejor hago cualquier otra cosa.

A las cuatro de la tarde, ya he ordenado mi cuarto, he limpiado la casa, e incluso me metí al sótano, en el cual tengo algunas cosas que no utilizaba hace años, diarios, fotografías, un álbum de fotos que hice yo o eso creo.

Solo limpie y deje todo ahí.

Entonces escuche mi teléfono sonar, en la pantalla aparece el nombre de mi hermana.

Contesto.

—¿Otra vez llamando?—le digo.

—Claro, ya que tu no me llamas, yo lo hago por ti, ¿y qué ha pasado?

—Nada.

—Emma dijo que esta semana has estado hablando más con Dylan —oh, claro, Emma.

—Solo acordamos por el bien del proyecto fingir que no nos conocimos antes y hacer como si no existiera el pasado —ella se queda en silencio antes de reir,—¿qué?

—Esther, hermanita, el pasado sea bueno o malo no se puede borrar, así que te deseo suerte intentándolo.

—Ahora entiendo a Emma —murmuro—  acabas con mis pocas esperanzas de que este mes no sea incómodo, Paola.

—¿Paola? ¿dijiste paola? —escucho la voz de mi madre, que acaba de llegar.

—Dime que no es lo que imagino —me pide con voz suplicante.

—Creo que sí —digo divertida, escuchando su frustración.

Mi madre me pide el teléfono y se lo paso.

—Paola, ¿por qué no me has llamado? ¿ te pasó algo? ¿has comido bien? —y siguieron como un millón de preguntas por parte de mamá.

Papá y yo solo nos sentamos en el sofá y escuchamos, al final, Paola inventó algo y colgó.

—Dice que vendrá este jueves —exclama mi madre emocionada— ha pasado tanto tiempo desde la última vez que vino.

—Mamá, vino hace tres meses.

—Cuando tengas hijos entenderás, hablando de eso, ¿tu no pensarás irte a otra ciudad? ¿o sí?

—Pues, viendo el montón de preguntas que haces, las ganas se le quitan a cualquiera —murmuré, pero me escuchó.

Mi padre esboza una sonrisa que se borra cuando mi madre lo mira.

—Voy a hacer compras —mencionó

Y se fue

" oh, no, va a ver bronca "

Bueno, al final, no hubo bronca.

Cenamos y me fui a mi habitación.

Al otro día, llegaron Dylan y Merit.

—Esther —me saluda Merit— mira lo que dibuje —me muestra un dibujo, es un retrato que para ser de su edad le salió muy bien.

—¿Te gusta dibujar?

—Sí, mucho.

Estuvimos avanzando en el proyecto, Dylan y yo ya teníamos una idea.

Una escuela de arte y música.

Estábamos ya organizando, sobre materiales, lo que invertiriamos, cuánto ganaríamos, etc.

Cuando llamaron al celular de Dylan.

—Es Samuel —dice antes de contestar— ¿Qué pasa? ¿salir? ¿no deberían estar haciendo el proyecto?, no se, voy a preguntar —cuelga— Samuel y Emma nos invitan a los juegos mecánicos.

—¡Juegos mecánicos! —grita Merit—, quiero ir, Dylan, por favor.

—Merit, tenemos que...

—No está bien —interrumpi— estoy segura que hemos avanzado mucho más que los otros, podemos ir.

—Sí, Dylan, por favor —le decía Merit, y él termino cediendo.


Tonterías de niños Where stories live. Discover now