capitulo 10

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—Paola, cállate, me voy a mi cuarto —le digo, entrando a la casa.

—Pero... es que, yo...

—Empieza a hacer la cena, ya vengo.

Me encierro en el baño de mi cuarto.

No puedo creerlo.

Me besó.

" y lo seguiste "

Me paso las manos por la cara.

No es momento para pensar en esto, tengo que ayudar a preparar la cena de navidad.

Y aunque dije que no iba a pensar en eso, se me hizo imposible, pasé todo el rato en silencio con Paola, mientras preparábamos la cena.

Cuando mis padres llegaron, subí a mi cuarto para cambiarme.

Me recosté en mi cama.

Inmediatamente llegó Ñaola.

—¿Y entonces?

—¿Qué quieres que te diga? No sé ni lo que siento en este momento, tampoco sé porque correspondí el beso, mi cabeza es un lío.

—¿Estás enamorada de verdad?

—No lo sé, pero ¿no decías tu que lo estaba, entonces porque el tono de pregunta?  —hablo, aún con los ojos cerrados.

—Es que bueno, no estaba segura, solo lo hacía para molestar, no espere que fuera cierto —me dice— mamá dijo que empezaremos la cena en unas horas, no puedes estar distraída.

Me dice que me vaya a bañar.

Mientras tanto ella elige mi ropa.

Cuando salgo veo que tiene un vestido morado en las manos.

—Combinará con tus ojos, y con estos aretes que te compre.

—Gracias, Pao.

—¿Al fin me dirás qué me extrañaste?

—No, para eso aún no estoy loca —le contesto, esbozando una sonrisa.

Al final, yo le ayudé a ella a alistarse, nos peinanos, y bajamos.

Nuestros padres aún no bajaban.

Pasamos un tiempo en la sala viendo cualquier cosa en la tele.

A las once empezamos con la cena, recordando cuando Paola y yo éramos niñas.

Todo el rato fueron risas y protestas de Paola, cuando contaban algo vergonzoso sobre ella.

Y ya eran las doce.

Empezamos con los abrazos, el feliz navidad.

Y empezaron a llegar mensajes.

Tenia mensajes de Samuel, Emma, algunos compañeros y Dylan.

"Feliz navidad, Esther"

Por alguna razón sentí que mis mejillas enrojecian.

La pregunta es ¿por qué?, solo me deseo feliz navidad ¡ por mensaje !

Paola se acercó para ver, me di cuenta que mis padres me miraban con curiosidad.

—Por cierto, para la fiesta de año nuevo, vamos a ir a la fiesta que realizan en la empresa, así que no tienen que preparar la cena —anuncia mi madre.

—¡Que bueno! —exclama paola.

—¿Eso significa que todos las personas que trabajan en la empresa van a ir ? —pregunto.

—Solo las que quieren.

Entonces hay posibilidades que la familia de Dylan no llegue a ir.

"O sí"

Al otro día solo abrimos regalos, pasamos un dia en familia y estuvimos de compras.

Hasta que llegó el lunes, como perdimos un día, dylan yo habíamos decidido hacer hoy una parte del proyecto.

Solo que esta vez va a ser en su casa.

No es la primera vez que vengo a su casa.

Vine hace muchos años, cuando era niña, por su cumpleaños.

Toco la puerta.

Cuando se abre veo a merit, corriendo y me abraza.

—¡Esther, feliz navidad!, te extrañé.

—Yo también te extrañé Merit.

—Bueno, Merit, deja que pase —Dylan se queda a unos pasos detrás de ella.

Merit entra, nosotros vamos detrás de ella.

—¿Seguro de que no molesta que hagamos el proyecto aquí? —vuelvo a indagar.

—No, además mis padres saben que eres la hija de sus amigos, por cierto, ¿te acuerdas que hace años viniste a mi casa?, mi madre recordó tu nombre.

—¿Qué? —no le da tiempo de responder, ya estamos en la sala— mamá, papá, ella es Esther, ellos son Xiomara y Alberto, mis padres.

—Un gusto, señor y señora Fernández — ¿por qué me siento nerviosa?

—El gusto es nuestro Esther —dice el señor Fernández— bienvenida, quisiera quedarme pero tengo que salir, pásenla bien —Merit lo sigue y regresa después de cerrar la puerta.

—Esther, has cambiado mucho, la última vez que te vi fue hace unos 9 años —me dice la madre de Dylan.

—Sí, ha pasado mucho tiempo —
menciono.

—Siéntete como en casa, estaré en la cocina, y Merit, no los distraigas.

—Está bien —resopla.

—Bueno, ¿dónde nos quedamos? — pregunta Dylan, empeze a sacar las cosas de mi mochila.

Horas después terminamos viendo mulan con Merit.

Y cantando hombres de acción.

Los tres.

—Dylan, tu teléfono está sonando, está en la cocina —escuche que dijo su madre, que según merit veía una novela.

—A veces me gustaría tener una hermana —me dice merit, cuando Dylan se fue, si algún día tú y Dylan están juntos, serías como mi hermana —sonreí, negando con la cabeza —no le digas a Dylan que te dije eso, no me prestaría mas su compu.

—Bien, pero tu me vas a hacer un favor a cambio —abri mi mochila y saqué las hojas que Dylan me dio, le respondí con otra nota, donde le dije que me gustaron  —deja esto en el cuarto de él.

Merit las tomó, fue hacia el (supongo) cuarto de dylan, y las dejó allí, cuando volvió, yo la esperaba con un regalo.

Una caja de acuarelas, lápiz de colores y un cuaderno de dibujos, se los dí y ella me abrazo.


Tonterías de niños Where stories live. Discover now