XX. Fuego y Sangre

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Nota: Voy a hacer unas modificaciones del comportamiento de Daemon con respecto a la serie pero siento que este comportamiento le hará mayor justicia.

ESA NOCHE JACE Y MARGAERY SE UNIRÍAN, ella bajó los escalones del brazo de su padre y sostuvo las faldas de su vestido con la elegancia que le caracterizaba.

Se deshonraba a sí misma al amar a un bastardo pero no podía pensar en otra cosa que en Jace. Quizás aprendió a querer a Bran pero amaba al hijo mayor de Rhaenyra Targaryen. Ese día decidió usar los colores de Altojardin, poco le importó que ya no fuera su señora, estaba determinada a llevar su boda a cabo.

—Nos reunimos aquí para el matrimonio de Jace y Argaery. —Rhaenyra se pavoneo con su vestido negro y rojo, estaban en medio de la playa—. Te he considerado siempre como una hija, desde el momento en que naciste. Te amo como si hubieras salido de mi propio vientre y sé que amas a Jace con todo tu corazón. Agradezco que sin importar que estés con mi hijo. —Observó de reojo a Harwin que usaba un traje oscuro con tres bordados en el hombro derecho con los colores de su casa: azul, rojo y verde. También era atractivo—. El amor siempre triunfará al final. Sin importar cuanto tiempo pase.

No era para nadie un secreto que Rhaenyra deseaba volver a tener la calidez de hogar que manaba de Harwin.

—Sé que no soy el mejor padre pero amo a mis hijos y deseó que todos sean felices y estén a salvo. —Daemon empezó—. Aunque tus hermanos no estén aquí...

—¡¿Cómo de qué no?! —Los tres príncipes Targaryen ataviados de la mejor forma bajaron por las escaleras de Rocadragón para alcanzar a su familia.

Discretamente los seguía Prentys, Vys exhaló y se dijo que en nombre de su reclamo al Trono de hierro debía congraciarse con Argaery para evitar que Jace intentase desafiarlo.

—¿Puedo...?

—Me rechazaste como tu hermana y como señora de Altojardin. —Margaery frunció el ceño y miró a su gemelo con desdén. No era justo que porque se dudaba de su legitimidad la apartaran—. Me prometiste cuando eramos niños que me acompañarías siempre, cuando se acercará la tormenta y el mar estuviera embravecido...

—Prometiste que protegeríamos a nuestra casa a pesar de las dificultades. Protegerla implicaba obtener al Norte como aliado, aferrarse a la ayuda de los Stark, aferrándose a Invernalia y toda su fuerza. —Vys negó y luego se encogió de hombros decidiendo ser pacifico y no armar el escándalo que se merecían—. Te ruego, sangre de mi sangre, que perdones a Aerion y Aegon que nunca han hecho nada más que cumplir mis palabras. Sin más me retiro, si te complace, Baela es oficialmente tu cuñada.

—Ya que, párate junto a Luke e intenta no lucir hipócrita. —Margaery suspiró, no podía estar mucho tiempo molesta con él—. Bien, ¿En dónde quedamos? —Preguntó una vez que sus hermanos y padre volvieron a su sitio en la familia que vestía a negro y rojo.

Jace le envío una sonrisa a su prometida y la acercó a él. A diferencia de lo esperado no parecían regios y altivos juntos, se amaban pero en vez de príncipes Targaryen parecían simples mortales.

Se formularon los siete votos, se invocaron las siete bendiciones y se intercambiaron las siete promesas. Cuando terminó la canción nupcial y nadie se
alzó para impedir el matrimonio llegó el momento del intercambio de capas. Margaery sonreía y su mirada chispeaba, Jace se encontraba nervioso y frenético, esto le pareció demasiado soso a Vys pero intentó no aguar la fiesta.

Daemon le quitó la capa de doncella a su hija con gesto tierno, al tiempoque Jace aceptaba la capa de desposada que le tendía Luke y la desplegaba con un movimiento. Margaery fue cubierta con el brocado negro y rojo, y él le abrochó la capa al cuello. Y así la muchacha pasó de estar bajo la protección de su padre a estar bajo la de suesposo.

La otra Targaryen | Daemon Targaryen & Aemond TargaryenWhere stories live. Discover now