X. Un funeral, dos planes y tres muertes

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MARGAERY ENVÍO UN CUERVO DESDE ROCADRAGÓN, habían llegado perfectamente bien y decidió informarle a su madre que debía estar preocupada.

Al anochecer regresó a sus habitaciones, el suave camisón de tela blanca transparente cubría su tersa piel, se deslizó entre las pieles de su cama junto a la loba sin nombre.

Iba a dormir cuando escuchó que alguien tocaba su puerta.

-Pase. -Murmuró débilmente. Alzó sus ojos con sorpresa al ver a Jace parado en el borde de la entrada-. ¿Qué haces aquí, Jacaerys? -Bajó de la cama con la sutileza propia que la caracteriza y le dió una pequeña sonrisa llena de confusión. Se acomodó el cabello con la esperanza de verse bien y no desarreglada.

El día había sido tormentoso por lo que pensó que todos ya estarían durmiendo. Con un ademán invitó a Jace a seguirla al Jardín de Aegon, se sentó entre las rosas para buscar arándanos.

-¿Y cómo llevas todo esto?

Jacaerys bufó y se dejó caer junto a Margaery, la noche era hermosa y fresca pero no podía estar tranquilo mientras veía la luna plateada.

«Mi cabello debería ser plateado» Pensó con dolor y rechazó a sí mismo «Todos me rechazan por mi cabello y por ser como ser Harwin Strong...».

-Creo que me esforzaré el doble para ser un buen rey y para merecerte. -Confesó y Margaery le dió una sonrisa triste llena de melancolía-. Seré un buen líder y lucharé hombro con hombro con el pueblo.

-Me casaré con Brandon Stark, es mi deber. -Ella acarició los cabellos castaños con dolor y añoranza.

-¿Y si logró que nos comprometamos me aceptarías? -Jace la observó ante la luz clara que la hacia lucir más hermosa, entrelazó sus manos observando el anillo de rosas que portaba ella.

-Lo haría, te lo prometo, prometo cumplir como tú esposa y darte herederos si logras que nos casemos, Jace. -Margaery sonrió presionando un beso en la frente de Jacaerys. Las mejillas se le tiñeron de un suave color rojizo como el de las rosas.

Entonces lo haré, haré de todo. Pensó Jace.




-DEBERÍAS HACER UN PLAN. -Aegon El Mayor apartó los ojos de Visenya que entrenaba junto a Tom Flores y miró a Aemond, él bastardo le logró sacar una risita similar a la belleza de la plata bien trabajada.

Ella lo golpeó en la espalda con la parte plana de la espada mientras giraba. Tom intentó contratacar pero Enya lo evitó con la agilidad de una serpiente.

-Es decir, consigue algo que ella quiera y no tenga. Como un collar o un anillo de acero valyrio, tengo entendido que usa un anillo que le regaló Laena Velaryon pero es de plata y no de acero valyrio así que quizás podrías...

-No puedes comprar a Enya con joyas. -La defendió Aemond-. Ser Harwin le regaló una vez una pulsera de plata simple, una esclava y le encantó... Eso me lo contó Margaery...

-¿Y Margaery te habló de mí? -Aegon se inclinó suavemente con interés.

-No. Es decir, a veces. Al parecer le caes bien. -No le iba a dar más detalles, Aemond había decidido que Aegon no era un buen esposo para Margaery.

Aemond no le quitaba los ojos de encima a su princesa guerrera. Aegon se carcajeó.

-Visenya y Aemond sentados en un árbol ¡B.e.s.á.n.d.o.s.e! Se quieren, se aman, se adoran, se besan, se toman la mano... Primero viene el amor. Después viene el casamiento... -Empezó a canturrear El Mayor y Aemond se alertó y con un brinco halo a su hermano por los cabellos plateados y la bajo a su altura para callarlo colocando la mano en su boca.

La otra Targaryen | Daemon Targaryen & Aemond TargaryenWhere stories live. Discover now