Capítulo 33: Selina en el país de las pesadillas

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Esquina de Dockside y Forest Avenue

Al momento de llegar, Selina estaciono la moto y subió a un tejado vecino. Se sentó en la torre de agua del lugar durante diez minutos hasta que ocurrió algo interesante. Vio a un hombre de aspecto sucio con una sudadera con capucha y que además llevaba una máscara de conejo. Catwoman saltó de la torre de agua y se inclinó sobre el borde del edificio. A través de sus gafas modificadas, la audición de Catwoman se amplificó para que pudiera escuchar lo que se decía.

Un hombre nervioso con un traje de aspecto caro se acercó al comerciante.

-Me dijeron que podías... – el hombre tragó saliva – Dame algo para mi dolor de espalda.

El comerciante sacó una bolsa de plástico que Catwoman identificó rápidamente como la droga especial.

-Sin embargo, vas a tener que hacer más que solo darme dinero... – dijo el distribuidor, manteniendo el paquete fuera del alcance de su ansioso cliente – Voy a necesitar algo más de ti.

-¿Qué? – El hombre estaba indeciso –

-Solo echa un vistazo a esto por unos buenos segundos. Eso es todo – El traficante sacó una carta de juego. Catwoman podía ver el cableado interior intrincado, naranja contra un filtro azul. Un gemido que crecía lentamente se elevó en su auricular y los indicadores auditivos le dijeron que procedía de la tarjeta. Los latidos del corazón del cliente pasaron de nerviosos a calmados en el transcurso de diez segundos. El traficante guardó la tarjeta – Cuando tomes estas cosas, te sentirás muy, muy bien. Tu dolor de espalda desaparecerá por completo. No compartirás esto con nadie. No fumarás esto con nadie más. Nunca. Pero... puedes contárselo a todos tus amigos, está bien. Diles que lo prueben, que ha hecho maravillas para ti. Pero nunca lo fumes con nadie más. Además, no sentirás miedo cuando tomes esto. Ni siquiera después de que lo hayas tomado. Serás liviano como una pluma hasta que yo lo diga. Cuando diga la palabra "anochecer", entonces lo sentirás. Asiente dos veces si lo entiendes.

El hombre asintió dos veces.

El comerciante chasqueó los dedos y su cliente negó con la cabeza. Le dio el dinero y se fue con su bolso.

-Oracle... ahora sabemos por qué nadie se ha estado volviendo loco – decía Selina a través del auricular – Solo están esperando un momento para activarlo a todos en la ciudad. O al menos, a todos los que compraron esta droga... ¿Quién es Mad Hatter y que habilidades tiene?

-Jervis Tetch era un técnico especializado en ondas visuales y auditivas, trabajaba para Wayne Industries, pero al ver que sus proyectos tenían que ver bastante con cosas como "lavados de cerebro", Bruce lo echo sin indemnización y lo demando. Estuvo un tiempo en Arkham, pero cuando el manicomio exploto Tetch también lo hizo.

-¿Y eso cuanto tiempo tiene? – pregunto Catwoman, aun viendo hacia el traficante en la calle –

-Ocho meses, de cuando Harley libero al Joker – le dijo Barbara – Ahora dirige una red de tráfico de drogas, con empleados que están sometidos con aparatos que mandan ondas a su cerebro.

-Cada vez están más enfermos – dijo Catwoman con bastante desprecio. No con solo privar a la gente de su libertad, Tetch también inundaba las calles con drogas, y si había algo que Selina odiaba era eso: todo era por culpa de las drogas – Maldito bastardo enfermó.

-¿Actuaras? – pregunto Oracle – El traficante podría llevarnos a Mad Hatter. Él tiene que ser la clave.

-¿Tengo opción? – Selina desenrosco su látigo y tomo posición – Es hora de que alguien les ponga un hasta aquí a estos tipos – Catwoman saltó desde el techo y aterrizó suavemente frente al traficante, quien inmediatamente gritó y trató de correr. Catwoman enrosco su látigo en los pies del traficante y este cayó, golpeándose la cara contra el cemento. Casi al momento, Catwoman se acercó, lo agarró por la nuca de su sudadera y lo golpeó contra la pared del edificio más cercano – ¿Dónde está Tetch?

Batman: La Broma FinalWhere stories live. Discover now