Interludio: Los juegos de Nygma parte 1

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Nota: Estos interludios tienen lugar aproximadamente cuatro años antes de los sucesos actuales de esta historia. Cabe señalar que para este punto, Bruce y Dick ya sabían que Selina era Catwoman, pero ella no sabía que ellos eran Batman y Robín.

El gran salón de baile del hotel Vreeland no tenía nada que ver con la residencia Wayne. Si bien la extensa mansión era lo suficientemente grande como para acomodar a los trescientos y tantos invitados de Bruce Wayne, este salón si estaba bien equipado y además contaba con bastante personal de mantenimiento.

A pesar de todos los adornos glamorosos, Selina Kyle podía decir que la decoración era demasiado formal. Tal vez el mayordomo inglés fue el que decoro personalmente el salón. Selina observó a dicho mayordomo haciendo una ronda con una bandeja de copas de champán y se permitió darle una pequeña sonrisa. Alfred era formal, bien entrenado, impecablemente británico y peligrosamente decidido cuando se le ponía a prueba.

-Impresionante, ¿no? – dijo una voz en su oído –

-Mmm – respondió Selina, bebiendo su champán y evaluando al recién llegado con una mirada casual –

Su leve acento desmentía el aprendizaje, probablemente era de Harvard o Yale, y tenía un cierto aire de presunción intelectual sobre él. Tenía más o menos su estatura, peso promedio, cabello pelirrojo bien peinado, un mentón afilado y unos ojos verdes muy brillantes.

-No creo que haya tenido el placer... al menos no oficialmente – dijo el joven, ofreciéndole una mano – Edward Nygma – lo dijo como si ella debiera reconocerlo –

-Oh sí... nos conocimos en la Casa Tártaro. Soy Selina Kyle – ella tomó su mano con seguridad y le permitió una breve sonrisa –Encantada, estoy segura.

-¿Vienes aquí a menudo? – preguntó Nygma –

-No realmente – respondió Selina, tomando un sorbo de champán –¿Tú?

Eso provocó una risa rápida.

-¡Oh no, yo no! – dijo Nygma – Soy nuevo aquí. Estoy, eh... ayudando al Departamento de Policía de Gotham City. Fui prestado del departamento de Nueva York.

Eso despertó el interés de Selina.

-Oh, ¿en serio? ¿Y qué están haciendo los chicos de azul? – ella preguntó –

Por un segundo, hubo un brillo agudo en los ojos de Nygma.

-Ah, bueno, no puedo discutir el caso, por supuesto – dijo el – Y en realidad, solo soy un consultor en retención.

-¿Un científico forense?

-Un criptógrafo. Esta pintura es realmente magnífica – dijo Nygma, volviéndose hacia el retrato detrás de ellos y pasando un dedo suavemente por el marco – Las pinceladas aquí y aquí... son bastante típicas de la técnica utilizada por los pintores de finales del siglo XIX. Pero muy, muy nuevas. Mira donde el brillo se encuentra con el marco exterior. Sellador... muy del siglo XXI. Y se puede ver que el artista no dejó fecha.

-¿Eres un experto en arte? – Selina preguntó abruptamente –

-Oh no, en absoluto – respondió Nygma con complacencia –Simplemente soy un buen observador.

-¿Por qué el interés?

Nygma sonrió, sus ojos brillaban intensamente.

-Atención al detalle – respondió el –

Selina inclinó ligeramente la cabeza hacia atrás y esperó a que continuara. Sin embargo, antes de que pudiera hacerlo, una cara muy familiar apareció justo por encima de su hombro. Miró hacia arriba y Nygma (al sentir el cambio dinámico) se volteo en la misma dirección.

Batman: La Broma FinalTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon